WASHINGTON, D.C.- El edificio del Instituto de la Paz de Estados Unidos (USIP, por sus siglas en inglés) tiene un nuevo nombre grabado en su fachada: Donald J. Trump United States Institute of Peace Building, un cambio que no solo sorprendió a antiguos integrantes del organismo, sino que reavivó la batalla legal en curso sobre el futuro de la institución.
Añaden nombre de Donald Trump al Instituto de la Paz de EEUU en DC
La administración Trump defendió la decisión mientras exdirectivos calificaron el cambio como un agravio. Mientras continúa una batalla legal por el futuro de la institución.


La decisión se dio mientras continúa un proceso judicial que busca determinar si la administración Trump tiene facultades para desmantelar o reestructurar por completo al instituto, una entidad creada por el Congreso y dedicada por décadas a la diplomacia, los estudios de conflicto y la prevención de guerras.
De acuerdo con The Washington Post, la instalación del nuevo nombre ocurrió de manera discreta, aunque no improvisada: formó parte de una estrategia más amplia del gobierno para reconfigurar el papel del USIP y señalar lo que considera un historial fallido de resultados.
Postura de los exdirectivos del Instituto de la Paz
Un abogado que representa a antiguos líderes y miembros del personal del USIP condenó la maniobra. Según citó The Washington Post, calificó la decisión como algo que “añade insulto a la herida”, dado que el instituto continúa defendiéndose ante los tribunales para impedir su desmantelamiento.
Para los exdirectivos, el gesto no solo es simbólico, sino un intento de legitimar públicamente una acción administrativa que —según ellos— amenaza la continuidad de una institución dedicada a la diplomacia y la mediación internacional desde hace casi cuatro décadas.
Justificación de la administración Trump
En un comunicado oficial obtenido por The Washington Post, l a administración Trump argumentó que el USIP gastaba “millones por año mientras no entregaba paz alguna”, una acusación que refuerza su intención de recortar fondos y remodelar funciones.
El comunicado también defendió la decisión al afirmar que el edificio quedó “hermosa y acertadamente nombrado después de un presidente que terminó ocho guerras en menos de un año”, un mensaje que buscó presentar el cambio como un reconocimiento histórico.
¿Qué implica este movimiento para el futuro del USIP?
Aunque el litigio continúa, el renombramiento del edificio añadió tensión pública a un conflicto administrativo que ya había dividido a exfuncionarios, expertos en política exterior y legisladores. Según información reportada por Associated Press (AP), l os demandantes sostienen que la administración carece de autoridad legal para extinguir completamente la institución o reorientarla sin aprobación del Congreso.
Mientras tanto, el nuevo rótulo en la fachada del edificio de mármol y vidrio en Constitution Avenue funciona como un recordatorio visible de que la lucha por el control y el destino del Instituto de la Paz está lejos de terminar.
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