Tragedia en San Antonio aviva debate sobre ciudades santuarios

El vicegobernador de Texas culpa a las jurisdicciones que limitan su cooperación con ICE de dramas como el que acabó con la vida de 10 inmigrantes este fin de semana, pero los factores que impulsan la inmigración son más complejos.

Video San Antonio se une en torno a la tragedia de los inmigrantes abandonados en un tráiler

La tragedia en San Antonio, en la que 10 inmigrantes fallecieron asfixiados luego de viajar en un tráiler, ha puesto a las ciudades santuarios nuevamente en el centro del debate migratorio.

Horas después de que se descubriera a las víctimas en un Walmart el domingo, el vicegobernador de Texas, Dan Patrick, culpó a las jurisdicciones que limitan su cooperación con las autoridades migratorias de desgracias como esa.

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“Las ciudades santuario llevan a la gente a creer que puedan venir a Estados Unidos y Texas y vivir fuera de la ley”, señaló el republicano en Facebook en un mensaje en el destacó que por eso fue una prioridad para él aprobar la controversial ley SB4 en Texas.


Pronto, Patrick fue acusado por sus opositores de politizar las muertes.

“Este momento precisa que gente compasiva de todo el espectro político tenga una conversación difícil y honesta sobre una reforma migratoria integral”, señaló Eddie Rodríguez, un legislador estatal de Austin, en un comunicado. “Espero que el vicegobernador Patrick ponga a la gente primero en sus futuros comentarios públicos”.

Patrick también abogó por una "reforma para la inmigración legal", pero puso énfasis en las políticas del presidente Donald Trump para reforzar la frontera.

Incentivos: familia y trabajos

¿Hay una relación entre las ciudades santuario y el contrabando de inmigrantes? “No hay evidencia de que la gente esté más inclinada a ir a ciudades santuario”, señala Randy Capps, director de investigación en el Migration Policy Institute, un centro de estudios no partidista en Washington D.C.

Lo que se sabe es que los inmigrantes suelen ir a lugares donde tienen familia o trabajos, acota.

A corto plazo, señaló Capps, los arrestos y políticas federales del gobierno de Trump sí parecen estar reduciendo el número de cruces ilegales, que ya estaban en bajos históricos desde antes de su llegada.

En el año fiscal 2016, las aprehensiones fueron casi un tercio del más de un millón de hace 10 años.

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En junio de este año, 21,659 inmigrantes fueron detenidos o rechazados en la frontera con México, menos de la mitad que en el mismo mes del 2016, según estadísticas de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza.

Pero, a largo plazo, las condiciones de los países de orígen, como la pobreza y la violencia, son factores que empujan a la gente a tomar la decisión de emigrar e incluso arriesgarse a contratar a coyotes en medio de la desesperación, señaló.

En el caso de El Salvador, Honduras y Guatemala no ha habido cambios internos que mejoren las condiciones, acotó. No espera, en cambio, que suba la inmigración de mexicanos.

La mayoría de los casi 40 inmigrantes que se sabe viajaban en el camión provenían de México, según fuentes diplomáticas.

Pero otro efecto de una implementación más rígida de las leyes migratorias es que sube el costo de venir a Estados Unidos.

Capps señaló que los expertos en su centro de estudios han notado que los contrabandistas están cobrando más. Al ser un negocio más lucrativo, se vuelve más atractivo para organizaciones criminales, razonó.

El Departamento de Seguridad Nacional se está enfocando más en desmantelar a esas redes y aún más recursos deberían destinarse a obstaculizarlas, acotó.

“Esa es la solución más importante ahora”, señaló Capps. “Darle más recursos a eso porque es una amenaza a la seguridad y puede llevar a estas tragedias”.