Papa Francisco celebra Domingo de Ramos en medio de la crisis del coronavirus

La misa que da inicio a la Semana Santa fue celebrada sin fieles en la Basílica de San Pedro en el Vaticano debido a las normas de aislamiento para frenar la propagación del covid-19.

Video Una imagen de desolación que invita a la reflexión: el papa Francisco solo frente al altar en el Domingo de Ramos

" El drama que estamos atravesando nos obliga a tomar en serio lo que cuenta, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir que la vida no sirve, si no se sirve. Porque la vida se mide desde el amor", dijo el papa Francisco en la misa del Domingo de Ramos, que este año se celebró sin fieles en las iglesias del mundo, incluidas las del Vaticano, debido a la pandemia del coronavirus.

Los millones de fieles católicos de América Latina, la religión de mayor influencia e importancia en la región, no podrán acompañar de forma acostumbrada a las ceremonias de la Semana Santa.

PUBLICIDAD

El papa Francisco oficia la misa del Domingo de Ramos sin fieles en la Basílica de San Pedro, una imagen inusual. Normalmente, decenas de miles de romanos junto a turistas y peregrinos de todo el mundo habrían llenado la misa al aire libre sosteniendo palmas y ramas de olivos en sus manos.

Este año fue distinto, el Papa celebra una misa con unos pocos prelados y monjas, sentados en los primeros bancos y separados entre sí para reducir los riesgos de contagio de coronavirus. Incluso alguno de ellos usan mascarilla como una forma de protección.

La misa fue emitida por televisión e internet a millones de fieles. Las iglesias de todo el mundo celebraron servicios similares virtuales esta semana por las restricciones sobre las aglomeraciones de personas.

“Hoy, en el drama de la pandemia, ante tantas certezas que se desmoronan, frente a tantas expectativas traicionadas, con el sentimiento de abandono que nos oprime el corazón, Jesús nos dice a cada uno: ‘Ánimo, abre el corazón a mi amor. Sentirás el consuelo de Dios, que te sostiene”, explicó el Papa.

En esta ceremonia, el papa Francisco caminó de la sacristía hasta el altar en donde bendijo unos olivos en macetas, pero no se realizó ninguna procesión con ramos como ocurre tradicionalmente. Además, Francisco bendijo con el incienso las dos imágenes que estuvieron presentes en la Bendición Urbi et Orbi del pasado 27 de marzo: el ícono bizantino de la Salus Populi Romani y el Crucifijo de San Marcelo.

PUBLICIDAD

La Semana Santa celebra el periodo en que los cristianos conmemoran los eventos que rodear algunos de los momentos claves de su fe: cómo Jesús fue traicionado, crucificado y resucitó de entre los muertos.