La Asociación de Coordinadores Profesionales de Eventos de Puerto Rico (ACEP) junto a varios reconocidos líderes del sector de eventos alzan su voz para expresarle a la gobernadora Wanda Vázquez, que están listos para la reapertura y reactivación de la Industria de Bodas y Eventos siguiendo los protocolos de seguridad para prevenir la propagación del covid-19.
Industria de Eventos y Bodas asegura estar lista para su reapertura en Puerto Rico
La Asociación de Coordinadores Profesionales de Eventos de Puerto Rico recomienda la reactivación y recuperación de la industria en una segunda fase, enfocados en un formato de cenas y mesas íntimas a un 50% de la capacidad del espacio a utilizarse, para garantizar el cumplimiento del distanciamiento de 6 pies entre personas.

La ACEP recomienda la reactivación y recuperación de la industria en una segunda fase, enfocados en un formato de cenas y mesas íntimas a un 50% de la capacidad del espacio a utilizarse como celebración de la actividad para garantizar el cumplimiento del distanciamiento de 6 pies entre personas.
De igual forma, abogan por la utilización de la “Guía y Protocolos Industria de Bodas y Eventos de Puerto Rico Post COVID-19” creada por dicha asociación en conjunto de todos los sectores de la industria de Bodas y Eventos.
"Es importante destacar que la Industria de Bodas y Eventos es un importante sector económico con más de 500 millones anuales que aporta a la creación de valor de la economía de nuestro país. Además, genera miles de empleos y fomenta el mantenimiento de las microempresas”, resaltó el presidente de ACEP, Rafael Ramos.
De igual forma, el empresario y diseñador de modas, Leonardo Cordero, enfatizó que “los pequeños y medianos comerciantes son el motor del desarrollo económico de Puerto Rico y comprenden aproximadamente el 91% de los negocios del país. La reactivación de forma ordenada y segura de nuestro sector, pymes principalmente, es urgente si queremos rescatar miles de empresa y empleos”.
No obstante, el registro demográfico ha documentado en promedio 15 mil matrimonios anuales; y según expertos de la industria se estima que la inversión promedio de gastos directos en la celebración de una boda es de 20 mil dólares en promedio en el país. Por tanto, un estimado del efecto agregado de estas actividades ronda cerca de los 300 millones de dólares anuales.
En adición, se tiene que advertir el efecto psico-emocional del disloque causado por los efectos de la pandemia en la fibra social puertorriqueña. Según algunos investigadores, se ha incrementado entre un 600 % y un 700 % los niveles de ansiedad y estrés mayor sostenido en nuestra sociedad. Por tanto, la limitación y prohibición de la celebración de bodas se traduce en una carga adicional en las vidas de aquellas personas que se encontraban en el umbral de asumir con el compromiso matrimonial “el mayor proyecto de vida” .
El sector reconoce que Puerto Rico debe regirse por los más altos niveles de calidad, de prevención y en cumplimiento con las acciones salubristas requeridas para la celebración de bodas y eventos en la Isla. Por tal razón, se recomienda impulsar la economía de tan importante sector, para lo cual proponemos la siguiente propuesta.
Propuesta para la reactivación y recuperación de la industria de bodas y eventos de Puerto Rico
· Abogar por la utilización de la Guía y Protocolos de la Industria de Bodas y Eventos de Puerto Rico Post Covid-19 creada por la Asociación de Coordinadores Profesionales de Eventos de Puerto Rico, en conjunto con los distintos sectores de la industria.
· Requerir que los coordinadores de bodas y eventos, así como los proveedores de la industria, cuenten con sus registros, certificaciones y educación en el manejo de covid-19.
· Fomentar el uso de los restaurantes y salones con permiso de uso de restaurante, para la celebración de las bodas y eventos cumpliendo con la capacidad y distanciamiento establecido en la orden ejecutiva.
· Asegurar que las ceremonias a celebrarse en las iglesias, templos y espacios cuenten con los protocolos y requerimiento para la celebración de dichos eventos.
· Promover el uso de las pruebas para los invitados, 72 horas antes del evento, y presentar los resultados previo al evento.
· Cumplir con los horarios de toque de queda vigente, el uso de mascarilla, lavado de manos y desinfección, toma de temperatura, y el distanciamiento de 6 a 9 pies entre personas y organización de sillas y mesas.
· Contratar personal de seguridad para que, durante el evento, se pueda asegurar el cumplimiento con la orden ejecutiva vigente, los protocolos de seguridad y salud, y los requerimientos del CDC.
· Enfocar en la realización de bodas y eventos en formato de cenas y mesas íntimas.
Para finalizar, ante el panorama que vivimos y apelando a la nueva normalidad, es de suma importancia poder considerar los servicios de un Coordinador de Eventos debidamente certificado, de manera que la planificación de una actividad se realice con todas las implicaciones de seguridad necesarias.
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