Los residentes de Pensilvania han tenido acceso legal a ciertos fuegos artificiales más poderosos desde 2017, cuando los legisladores aprobaron el Proyecto de Ley 542 de la Cámara. Ese proyecto de ley permitió a los residentes del estado comprar y usar legalmente fuegos artificiales de "grado de consumo" o "Clase C" que contienen hasta 50 miligramos de explosivo material, según la Policía Estatal de Pensilvania.