“¿Mil dólares vale la vida de mi hija?”: madre exige justicia por atropello en Tampa

La madre de Rosa Ángela, de 6 años, cuestiona la sanción mínima impuesta al conductor responsable del atropello.

Video Despiden a Rosa Ángela, niña atropellada en Town and Country; piden penas más severas

TAMPA, Florida.- La voz de Catalina Osorio todavía se quiebra cuando intenta describir a su hija Rosa Ángela, la niña de 6 años que murió atropellada el pasado 4 de noviembre mientras caminaba rumbo a la escuela en Town and Country.

“Ella todo el tiempo tenía una sonrisa en sus labios”, recordó entre lágrimas durante las honras fúnebres realizadas este miércoles, donde familiares, compañeros de clase y vecinos se reunieron para despedirla.

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Catalina estuvo allí el día del accidente. Caminaba con Rosa y con su hijo Peter por el paso peatonal cuando un conductor los embistió. Aunque resultó gravemente herida, con 12 costillas fracturadas y afectaciones en la columna vertebral, asegura que permaneció consciente y recuerda cada detalle.

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Yo en ningún momento perdí el conocimiento. Yo sé lo que pasó, todo…”, dijo con voz firme, intentando sostenerse mientras relataba el impacto que transformó la vida de su familia.

Pero junto al dolor, persiste la indignación. La madre cuestiona la sanción impuesta al conductor, a quien, según dice, las autoridades solo le han impuesto una multa mínima y una pena que considera desproporcionada frente a la pérdida de su hija.

“Eso no es justo. ¿Mil dólares vale la vida de mi hija? ¿Seis meses… libre? ¿No le han pedido información…?”, expresó, denunciando que no ha recibido detalles claros sobre el avance del caso.

Rosa Ángela será recordada como una niña a quien le gustaba dibujar y correr

Mientras Catalina hablaba, sus compañeros de duelo colocaban flores y fotografías de Rosa frente al féretro. Las maestras de la niña la describieron como una alumna creativa, con predilección por dibujar y correr en el recreo. Sus compañeros, muchos de ellos con peluches y cartas en las manos, se acercaron para despedirse.

La ceremonia concluyó con un rosario en el sitio donde ocurrió el atropello. Allí, la comunidad hispana formó un círculo alrededor del paso peatonal, encendió velas y elevó oraciones por Rosa. Para los asistentes, el homenaje no solo fue un acto de despedida, sino también un llamado urgente para que las autoridades revisen la respuesta institucional y garanticen que la justicia avance con rigor.

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El cuerpo de la niña será trasladado a México, país de origen de sus padres, donde recibirá sepultura. Entre el dolor y el reclamo, Catalina insiste en que continuará buscando respuestas: “Quiero justicia para mi hija. Nada me la va a regresar, pero el responsable no puede quedar casi sin consecuencias”.

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