FILADELFIA, PA- Con fiebre alta, pulso bajo y dificultad para respirar, Orfa Fernández, de 85 años, ingresó en el Hospital Lehigh Valley-Cedar Crest en Allentown, Pennsylvania el pasdo 30 de marzo. Ella se había contagiado con el coronavirus y poco a poco más miembros de la familia fueron dando positivo por COVID -19. Al final, doce personas estaban infectadas y así daba inicio la pesadilla que por más de dos meses ha atormentado a esta familia procedente de Ecuador.
Doce miembros de una familia hispana diagnosticados con coronavirus, tres fallecieron
La parte más inquietante de esta historia es que la propagación del coronavirus no está contenida en los muchos miembros de la familia que viven en Allentown, Pensilvania. Miembros de la extensa familia en Brooklyn e incluso en su Ecuador natal, han sido diagnosticados con COVID-19.
Durante tres semanas, la bisabuela en Allentown, al norte de Filadelfia, luchó contra una serie de síntomas y tuvo que ser colocada en un respirador artificial, una batalla difícil, especialmente para alguien de su edad.
“Estábamos muy tristes, cuando a ella se la llevaron, muy grave, con fiebre y con el pulso bajo, sentí que mi mamá ya no regresaba. Como dicen que a la edad de ella es muy difícil sobrevivir, pero ella le puso todo a Dios, la fe y nosotros en casa, todos orando, confiamos en que la iba a traer de regreso, que fuera su voluntad”, dijo Mariana Elisa, la hija menor de Orfita como cariñosamente le llaman sus nietas.
Sin poder visitarla, Mariana fue una de las muchas personas que hicieron súplicas en las redes sociales por oraciones para su mamá quien es devota de la Virgen María y profesa su fe católica. “ Se lo debo todo a mi fe”, dijo Orfita en entrevista con Noticias Univision 65.
Doce contagios y tres muertes
Mientras Orfa luchaba por su vida en la unidad de cuidados intensivos, la familia sufría en silencio la muerte de Melitón Mendoza, hermano de Orfa. Melitón de 79 años y que ya tenía problemas respiratorios que requerían el uso de oxígeno, murió el 22 de abril, pocos días después de ser ingresado en el hospital. En su delicado estado, la familia prefirió callar y contarle luego el trágico desenlace a la mujer que hace 40 años llegó a Pensilvania.
“Yo no me quería morir, quería estar con mi familia, con mis nietas”, aseguró Orfita. “Mi hermano falleció, no sabia que había muerto”, recordó con tristeza.
De acuerdo con datos del Departamento de Salud de Pensilvania, en el condado de Lehigh, Allentown se han reportado 2,309 casos de coronavirus mientras que 67 personas han fallecido. Los funcionarios de la ciudad dijeron que las familias de las comunidades de minorías parecen verse desproporcionadamente afectadas como es el caso de los Fernández Cevallos.
“Yo soy una de las portadoras del COVID 19 y como portadora puedo mencionar que es un monstro invisible que se introduce en el sistema inmunológico de uno y que las personas que no están creyendo, lo hagan, cuando le llega ese momento de tenerlo, tenemos que protegernos”, expresó Raquel Fernández, otra de las hijas de Orfa.
Una celebración diferente y especial
Hace dos semanas, Fernández celebró su cumpleaños 86 con un desfile de autos organizado por sus familiares.
Orfita salió débil del hospital, con pérdida de peso considerable y dependiendo del oxígeno para recuperar su fuerza. Ahora empieza a sentirse como antes otra vez, dijo Cevallos.
Incluso después de sus recuperaciones, la familia sigue siendo cautelosa. Ahora tienen la regla de no permitir que más de cinco miembros de la familia estén juntos en cualquier momento, incluso si se trata de una reunión especial de las víctimas del coronavirus.
La familia que ha vivido en carne propia los estragos del coronavirus recomendó a las personas utilizar una mascarilla, a lavarse las manos y mantener la distancia hasta que se encuentre una cura o vacuna.
Además, enviaron un mensaje especial a la comunidad hispana.
“Que se cuiden, que tengan fe, le pido a Dios que les de mucha fe y que podamos salir de esto”, dijo Orfita.













