Con un cierre parcial del gobierno acechando a la administración federal por la falta de consenso en el Congreso, la agencia encargada de la seguridad de los viajeros aéreos podría verse severamente impactada, como ha ocurrido en el pasado.
El caos que un cierre parcial del gobierno puede causar en los aeropuertos
La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA en inglés), encargada de la seguridad en los aeropuertos, es una agencia federal que en el pasado ha sufrido los estragos ocasionados por la falta de acuerdos legislativos para mantener el gobierno funcionando.

Un cierre del gobierno, como se le conoce al periodo cuando el Congreso falla en la aprobación de un paquete legislativo para mantener operando al sector federal, parece inminente ante la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas.
A la falta de acuerdo se suma que el presidente Donald Trump advirtió el jueves que se avecinaba un cierre gubernamental, mientras la Casa Blanca intensificaba su enfrentamiento con los demócratas al amenazar con despidos masivos.
Trump se encuentra en una tensa disputa con los demócratas del Congreso para acordar planes de gasto antes de la fecha límite fiscal de la medianoche del 30 de septiembre, tras la cual se recortarán servicios clave.
"Podría ser, sí", dijo Trump a los periodistas cuando se le preguntó en el Despacho Oval sobre la probabilidad de un cierre. "Como los demócratas están locos, no saben lo que hacen".
Qué pasaría con la TSA si el gobierno “cierra”, como ocurrió en 2018 y 2019
La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA en inglés), encargada de la seguridad en los aeropuertos, es una agencia federal que en el pasado ha sufrido los estragos ocasionados por la falta de acuerdos legislativos para mantener al gobierno funcionando.
Por ejemplo, durante el cierre de diciembre 2018 a enero de 2019, en la primera gestión de Trump, se registraron dificultades en los aeropuertos porque hubo controladores aéreos y agentes de la TSA que tuvieron que trabajar sin que les pagara.
Hubo filas más largas y, por ejemplo, no se permitió la entrada ni salida de aviones desde el concurrido aeropuerto de LaGuardia en Nueva York ante la ausencia de una decena de controladores aéreos.
Aquel cierre se extendió por más de 30 días, por lo que muchos agentes optaron por renunciar a sus puestos en lugar de seguir con un puesto que no les garantizaba el salario.
Además, el mayor sindicato de pilotos del mundo le envió en ese año un carta al presidente pidiéndole que abriera el gobierno, pues esto afectaba la seguridad y la eficiencia del sistema nacional de espacio aéreo.
De acuerdo con un análisis de ABC, los planes establecidos por el Departamento de Transporte en caso de un cierre del gobierno dicen que cuando eso ocurra, la agencia mantendría a 58,488 empleados de un total de 61,475 trabajadores que tiene su plantilla laboral.
Según un plan del Departamento de Transporte difundido en marzo de 2025 para un potencial cierre gubernamental, la agencia garantiza que 13,227 controladores aéreos se mantendrían en sus puestos en caso de que una situación así ocurriera.
En una declaración enviada a ABC, la Asociación Nacional de Controladores Aéreos, el mayor sindicato de controladores aéreos en Estados Unidos, dijo que el cierre de 2018 "erosionó capas críticas de seguridad necesarias”.
“Muchas de las actividades de seguridad que reducen proactivamente el riesgo y aumentan la seguridad del sistema se suspendieron durante ese cierre", dijo el organismo.
Amtrak, la agencia encargada de la operación de los trenes de pasajeros, dijo que operará con normalidad en caso de un cierre gubernamental. La agencia opera con fondos propios.
Trump amenaza con más despidos en caso de un cierre
La Casa Blanca ordenó previamente a las agencias gubernamentales que se prepararan para despidos que irían más allá de la práctica habitual de licencias temporales durante los cierres gubernamentales.
En un memorando obtenido por AFP, la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca instó a las agencias federales a "aprovechar esta oportunidad para considerar la posibilidad de emitir avisos de Reducción de Personal (RIF) a todos los empleados".
La medida aumentaría el dolor de los trabajadores del gobierno después de los despidos a gran escala planificados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) del magnate Elon Musk a principios de este año.
Los demócratas han rechazado las propuestas republicanas, a menos que se reviertan algunos de los recortes de gasto y se amplíen los subsidios existentes a la atención médica en Obamacare. Los demócratas argumentan que el fin de esos subsidios duplicara el costo médico para quienes cuentan con ese esquema de salud pública.
El líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, respondió a la amenaza de despidos diciéndole a la Casa Blanca que "se fuera".
"No nos dejaremos intimidar", dijo a los periodistas, describiendo al jefe de la OMB, Russ Vought, como "total y completamente fuera de control".
"La administración Trump ha dejado clara su intención: quiere seguir despidiendo a los funcionarios públicos que son contribuyentes estadounidenses que trabajan duro".
Trump busca culpar a los demócratas y sus exigencia "demenciales"
El memorando de la Casa Blanca también culpó a las "demandas demenciales" de los demócratas y los acusó de romper lo que llamó una tendencia de 10 años de alcanzar un acuerdo bipartidista para evitar cierres en la misma época del año.
Las batallas por el cierre del gobierno se han convertido en una característica habitual de la política estadounidense bajo administraciones republicanas y demócratas, en un Washington cada vez más paralizado y polarizado.
Los demócratas del Senado rechazaron la semana pasada un proyecto de ley de financiación provisional que fue aprobado apresuradamente por la Cámara de Representantes controlada por los republicanos en un intento por evitar un cierre.
Trump, a su vez, canceló una reunión el martes con líderes demócratas en el Congreso, diciendo que no se reuniría con ellos hasta que "sean realistas" con sus demandas.
Con ambas cámaras en receso, los senadores no regresaban sino hasta este lunes, el día antes de la fecha límite, se está acabando el tiempo para mantener financiado al gobierno de Estados Unidos después del final del año fiscal.
Los republicanos tienen una estrecha mayoría en ambas cámaras del Congreso pero, debido a las reglas del Senado, tienen que conseguir cierto apoyo de la oposición.
Los republicanos de la Cámara de Representantes advirtieron el viernes que sus miembros no regresarán antes de la fecha límite de financiación, lo que obligará al Senado a votar nuevamente y aceptar su propuesta o enfrentar un cierre.
El proyecto de ley, si se aprueba, sólo sería una solución temporal que financiaría a las agencias federales hasta el 21 de noviembre.
La última vez que el Congreso se vio obligado a cerrar fue en marzo, cuando los republicanos se negaron a dialogar con los demócratas sobre los masivos recortes presupuestarios de Trump y el despido de miles de empleados federales.
Durante el último enfrentamiento, los legisladores votaron a favor de mantener las luces encendidas hasta septiembre con horas de sobra, después de que el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, anunciara que respaldaría la propuesta redactada por los republicanos.
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