DALLAS, Texas. - El barrio de Pleasant Grove, al sur de la ciudad, se queda sin uno de sus más queridos vendedores: el paletero mexicano Luis Diosdado Muñoz, quien murió a sus 52 años, tras ser atropellado en Buckner Blvd.
El paletero Luis Diosdado Muñoz trabajó por 20 años en un barrio al sur de Dallas y murió atropellado un mes antes de volver a México
El paletero Luis Diosdado Muñoz tenía 20 años empujando su carrito de paletas por el barrio de Pleasant Grove, al sur de Dallas, hasta que el pasado miércoles 26 de julio, a las 9:00 pm, murió atropellado a solo 3 minutos de llegar a su casa, tras su jornada de trabajo.
Luis Diosdado Muñoz era originario de Guanajuato y tenía 20 años empujando a diario su carrito de paletas en el barrio de Pleasant Grove, cuentan sus hijos y fieles clientes.
La familia recuerda que, al llegar al lugar del atropello y que era a pocos minutos de su casa, vieron la triste escena: el sobrero vaquero de Luis Diosdado Muñoz y su carrito de paletas tirado y con golpes.
“Él decía que esa era su área favorita para vender paletas, porque todo mundo lo conocía y lo saludaba y le daban agua cuando estaba el sol muy caliente”, dice María Diosdado, una de sus hijas.
“Mi papá lamentablemente ya no va a volver a vender las paletas nunca”.
La Policía de Dallas dijo que el atropello fue el pasado miércoles 26 de julio, a las 9:00 pm. Murió atropellado a solo 3 minutos de llegar a su casa, tras su jornada de trabajo.
“Estaba a tres minutos de la casa”, recuerda su hija, “Estaba por llegar a la casa porque era su horario de todos los días”.
En el reporte policial dicen que el sospechoso de atropellarlo sí respondió y se bajó del auto, tras el incidente.
Sus hijos dicen que seguido le decían del riesgo de morir atropellado, al terminar de trabajar tan noche, y dicen que no usaba chaleco reflejante o luces.

El paletero Luis Diosdado trabajó 20 años sin documentos en Texas; planeaba retirarse y volver a México pronto
El 25 de agosto, el señor Luis Diosdado Muñoz cumpliría 52 años, de los cuales casi la mitad pasó lejos de su natal Guanajuato, México. En septiembre, Luis Diosdado planeaba en septiembre dejar su vida en Texas, volver a su tierra y reencontrarse con su esposa, padre y nietos.
“Yo le dije que tenía ya tiempo trabajando, que ya se fuera para México”, dice Sergio Diosdado, hijo del paletero, “Yo quería que fuera a ver a su papá, su papá estaba muy grande. Él me dijo que ya se iba a ir”.
Luis Diosdado Muñoz si volverá a México, no cómo él, ni su familia lo habían planeado.
“ Él terminando su velorio, aquí se va para México. Mi mamá allá lo están esperando y lo están esperando todas mis hermanas y sus nietas”, dice su hija.
Aun sin documentos, los hijos de Luis Diosdado Muñoz dicen que su padre les dio todo y hasta recuerdan que les mandaba paletas a México, antes de que ellos migraran a los Estados Unidos.
“Mi papá no tenía documentos legales, entonces él venía peligrando también y por la edad que tenía ya no iba a volver a venir (cruzar a Estados Unidos)”, “Por eso se quiso aguantar. Un tiempo aquí”.
Una comunidad llora por la muerte del paletero Luis Diosdado
Los hijos de Luis Diosdado Muñoz no conocían Estados Unidos, pero tenían una idea de cómo era Dallas, Texas por las fotografías que él se tomaba con sus fieles clientes y se las manaba impresas hasta México.
Esta semana dedicarán un rosario diario por Luis Diosdado Muñoz, además buscan reunir fondos en un Go Fund Me para el funeral del paletero en la Funeraria del Calvario en Lake June y enviar el cuerpo a Guanajuato, México.
“Estamos muy dolidos y agradecidos con toda la gente que nos está ayudando porque tenemos un Go Fund Me y estamos recaudando fondos para su funeral”, dicen los hijos, “Hemos recibido bastante ayuda. Estamos muy agradecidos con toda la gente, porque es gente que no conocemos y que tiene el corazón de ayudarnos”.
El cariño de la comunidad y que Luis Diosdado Muñoz visitó una iglesia y oró un día antes de morir, dan algo de consuelo a sus hijos, en especial a Elizabeth Diosdado, una de las más chicas.
“Me duele mucho su partida, pero me siento, por una parte, tranquila porque él estuvo en la presencia de Dios un día antes”, concluye.










