Un nuevo “eje del mal”: qué busca Irán al enviar armas a Rusia para la guerra en Ucrania
Una nueva amenaza para la guerra en Ucrania llega desde Irán.
Reportes de inteligencia occidentales indican que el gobierno de Teherán planea proporcionar a Rusia misiles balísticos tierra-tierra, así como más drones de ataque, para que las tropas del presidente Vladimir Putin los usen en el conflicto.
Desde hace semanas, el Kremlin comenzó a utilizar drones “kamikaze” contra objetivos civiles en Ucrania, un regreso a los bombardeos que asolaron por meses a las principales ciudades, desde Kiev hasta Odesa.
El número de muertos se ha contado por decenas y las autoridades ucranianas se han visto obligadas a programar apagones por los daños ocasiones por estos drones a instalaciones de producción eléctrica.
Si bien Ucrania asegura que ha logrado derribar más de 300 de estos pequeños aviones no tripulados, este martes el gobierno expresó temores por los reportes del envíos de misiles.
Yurii Ihnat, un portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, aseguró que los misiles iraníes significarían “un desastre” para su país.
"Estos son misiles balísticos. No tenemos una defensa efectiva contra estos misiles. Teóricamente es posible derribarlos, pero de hecho es muy difícil hacerlo con los medios que tenemos a nuestra disposición. Tenemos defensa antiaérea, pero no defensa antimisiles", dijo.
No es la primera vez que la inteligencia de Occidente advierte sobre el potencial envío de armas de Irán a Rusia.
EEUU aseguró hace unas semanas que Moscú compró drones a Teherán en el verano y que instructores iraníes viajaron incluso a Crimea para instruir en su uso a los soldados rusos.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, aseguró que Moscú ordenó 2,000 drones Shahed-136 a Teherán, a la vez que llamó a Israel a actuar para impedir que su enemigo regional siga apoyando al Kremlin.
“Esta alianza (entre Irán y Rusia) no hubiera tenido lugar si los políticos (israelíes) hubieran tomado una decisión tiempo atrás, en 2014, cuando Rusia inició su agresión contra Urania”, dijo en referencia a la anexión de Crimea.
El gobierno iraní niega haber suministrado armas al Kremlin, pero numerosas fotografías y videos desde Ucrania muestran lo que parecen ser los drones iraníes.
De comprobarse, sería la primera nación, hasta donde se sabe, que se atreve a violar las sanciones de Occidente a Rusia para proveerle armas.
Esta unión ha consolidado, en criterio de muchos académicos, la alianza entre los dos países como un nuevo “eje del mal” para Occidente.
Los expertos militares temen también que el apoyo logístico pueda implicar también un cambio en el curso de la guerra, en la que Moscú ha ido perdiendo progresivamente momento, territorio y moral.
Pero ¿por qué Irán ha decidido apoyar a Rusia? ¿Por qué se ha atrevido a un paso que incluso, otros antagonistas de EEUU, como China, no han dado?
Una relación de conveniencia
Mark N. Katz, profesor de gobierno y política de la George Mason University, explica a Univision Noticias explica que la reciente relación entre Moscú y Teherán " es una alianza en cierta medida insólita y en gran parte de conveniencia”.
“Rusia e Irán han tenido una relación históricamente complicada. Son incluso rivales en temas económicos (ambos exportan petróleo). Pero la guerra en Ucrania ha venido a convertirlos en un extraño tipo de aliados”, señala el experto.
De acuerdo con el académico, la rivalidad compartida contra Estados Unidos ha llevado a ambas naciones a unirse en momentos en que los dos países sufren numerosas sanciones de Occidente.
Ocurren, por demás, en un contexto en el que Irán negocia un nuevo tratado nuclear con EEUU, luego de que el entonces presidente Donald Trump rompiera el existente, lo que llevó a un aumento de las tensiones y a que Teherán reforzara su programa de enriquecimiento de Uranio.
Reportes de inteligencia difundido la pasada semana sugieren también que Moscú, por su parte, parecer estar ofreciendo ayuda a Irán para controlar las protestas que han tenido lugar en el país desde la misteriosa muerte de una joven a manos de la policía.
Pero, en criterio de Katz, hay muchas más fichas en juego en las relaciones entre Rusia e Irán.
Y las consecuencias a largo término pueden ser arriesgadas para ambos.
Unas complicadas relaciones
Las relaciones entre Rusia e Irán han sido tradicionalmente complicadas.
Por siglos, el imperio persa y el zarista tuvieron numerosas confrontaciones y lo que es hoy territorio ruso está formado por territorio conquistado a los persas en el Cáucaso y Asia Central.
Solo en el siglo XX, Rusia intervino en Irán en dos ocasiones: primero lo hizo el gobierno zarista y luego, la Unión Soviética junto a Gran Bretaña en 1946.
“Fue por esto que la revolución iraní fue tan antisoviética como antioccidental. A diferencia de muchas partes del mundo en desarrollo que nunca experimentaron el colonialismo ruso, Irán tuvo una larga experiencia negativa con el expansionismo soviético”, señala Katz.
Los dos países, por demás, han competido por años en el mercado energético global y sus relaciones políticas y comerciales han sido limitadas y han generado suspicacias de ambos lados.
Entonces, ¿cómo se explica esta nueva fase en la relación entre ambas naciones?
Amigos de conveniencia
En criterio de Katz, numerosos factores políticos coinciden detrás de la decisión y van más allá de la animosidad común hacia Estados Unidos.
“Lo que ha sucedido ahora es que, tanto Putin en Rusia como el ayatolá Alí Jamenei, el líder supremo de Irán, se ven a sí mismos con intereses comunes. Rusia se ha vuelto un socio útil para Irán, pese a las diferencias entre ambos. Y esto es en lo que se centran en Teherán”, opina el experto.
“Es por eso que, desde la cúpula iraní, tienen una imagen más positiva de Rusia en los últimos tiempos que, desde luego, no comparte el resto de la población iraní”, dice el académico.
Desde la invasión a Ucrania, Irán ha sido el único país, además de algunas repúblicas exsoviéticas, que ha recibido a Putin en visita oficial.
Y el mismo ayatolá se reunió con el mandatario ruso y abogó por vías de cooperación común entre los dos países.
En criterio de Katz, otro de los elementos que ha fomentado el vínculo entre los dos países es la propia guerra en Ucrania, no porque a Teherán le preocupe lo que ocurre allí, sino por lo que el conflicto puede implicar para su “zona de influencia” en el Medio Oriente.
“Lo que demuestra este apoyo es que, para Irán, la perspectiva de que Rusia sea derrotada en Ucrania es algo terrible, porque si se expulsa a Rusia de Ucrania, lo que saldrá de ahí será una Rusia muy diferente. ¿ Podrá esa Rusia permanecer en Siria?", se cuestiona.
Desde 2015, Moscú y Teherán han estado cooperando juntos en la guerra de Siria para para respaldar el régimen de Bashar al-Assad.
“Para Irán, la perspectiva de que Rusia sea derrotada es algo terrible. Si Rusia sale perdiendo de la guerra en Ucrania, el costo de apoyar al régimen de Assad recaerá en Irán y sus diversos aliados de la milicia chiíta. Si ganan, seguirán apoyando a Irán e Irán podrán conservar su rol en el Medio Oriente”, señala Katz.
Otras consecuencias
Las implicaciones de la ayuda de Irán a Rusia pueden ofrecer un panorama más sombrío a los meses por venir en las relaciones internacionales.
Los expertos temen que la decisión de Teherán pueda influir en que Estados Unidos y Europa frenen las conversaciones para retomar un tratado nuclear con Irán y que nuevas sanciones, a su vez, conlleven a un mayor apoyo del país persa a la guerra en Ucrania.
A inicios de esta semana, el enviado de Estados Unidos a Irán, Rob Malley, afirmó por primera vez que el gobierno de Biden no va a “perder el tiempo” en conversaciones si no ve señales por parte de Irán.
De acuerdo con Katz, si bien a corto término, el apoyo iraní puede ser beneficioso para la campaña rusa en Ucrania, puede afectar sus relaciones con otros países del Medio Oriente a los que el Kremlin ha tratado de hacerse cercano.
“Putin tiene buenas relaciones con los regímenes antiestadounidenses en Irán y Siria, pero también ha tratado de acercase a regímenes tradicionalmente prooccidentales como Israel, Egipto, Arabia Saudita o los Emiratos Árabes Unidos y, por supuesto, Israel, Arabia Saudita y los Emiratos ven a Irán como un enemigo”, señala.
La pasada semana, el gobierno israelí, que ha mantenido una posición neutral en la guerra de Ucrania dijo que investigaba el presunto envío de armas iraníes a Rusia y que, de comprobarlo, podría implicar un cambio en su política.
“Y creo que es algo que pasará en otros países aunque no cambien su posición hacia la guerra: comenzarán a ver a Rusia como un socio confiable si apoya y negocia con su principal enemigo. Esto puede ser un cambio de juego a largo plazo para la política rusa en el Medio Oriente”, señala.