El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández condenado en 2024 a 45 años de prisión por el envío de toneladas de cocaína a Estados Unidos, fue liberado tras un indulto del presidente Donald Trump.
El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández sale de prisión: cómo un indulto contradice la lucha antinarco de Trump
La liberación de Juan Orlando Hernández por un indulto de Trump "reabre heridas en Honduras" y envía una "señal desoladora" de creciente impunidad luego de que el exmandatario había sido juzgado y sentenciado por narcotráfico en Estados Unidos, dijeron analistas.
La liberación del exmandatario representa una contradicción en la llamada lucha contra los carteles de las drogas declarada por el actual gobierno y revive heridas que parecían cerradas en Honduras, indican analistas consultados por Univision Noticias.
En medio de un tenso periodo poselectoral que mantiene al país centroamericano atento al conteo de votos para definir al ganador de la contienda presidencial, la liberación de Hernández pareció remover el escenario político hondureño.
Pero, principalmente, el indulto de Trump envía un mensaje contradictorio al liberar a un exmandatario acusado de haber inundado Estados Unidos de cocaína y de haber recibido sobornos millonarios de parte del narcotráfico, dijo Robert Evan Ellis, profesor asociado investigador del Instituto de Estudios Estratégicos del US War College.
“Aumenta la confusión sobre los objetivos declarados y las acciones debido a que para muchos en Honduras está comprobado que estuvo involucrado en el crimen organizado”, dijo Ellis sobre el indulto a Hernández, quien salió de prisión en las últimas horas tras la firma del indulto.
Trump había anunciado antes de los comicios hondureños que planeaba perdonarle los crímenes a Hernández y manifestó su apoyo al candidato del Partido Nacional, al que pertenecía Hernández antes de ser extraditado en 2022 a Estados Unidos para enfrentar cargos de narcotráfico.
El mandatario republicano dijo que a Honduras no le iría bien si no ganaba Nasry ‘Tito’ Asfura, quien se encuentra actualmente en empate técnico con el candidato del Partido Liberal, Salvador Nasralla.
"Una señal desoladora"
La decisión de parte de Trump de liberar a Hernández, envía una "señal desoladora" para los países latinoamericanos que en muchas ocasiones son incapaces de juzgar a políticos y gobernantes de alto nivel por la debilidad de las instituciones, dijo Marcela Ríos, directora para América Latina y el Caribe del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), con sede en Estocolmo.
"Es una señal desoladora, porque hay una sensación creciente de impunidad", dijo Ríos. "Cuando se logra una condena en un caso tan relevante y hay esta impunidad, se consagra la impunidad y representa es una señal que solo profundiza una sensanción de desprotección".
Ríos añadió que el indulto de Trump al exmandatario además pone en entredicho el proceso que la justicia estadounidense llevó en contra de Hernández.
"El expresidente había sido condenado por 45 años con un sistema judicial robusto, imparcial, contundente que demostraba que el expresidente había estado involucrado en proteger activamente al narcotráfico", dijo la experta.
Coincidió en que la liberación de Hernández constituye una "una señal contradictoria" en la supuesta campaña de Trump contra los carteles latinoamericanos.
Ahora, dijo Ríos, el mandatario siembra una duda sobre el proceso completo, sin presentar evidencias de que Hernández fue juzgados por motivos políticos, como lo sostuvo Trump antes de formalizar el indulto.
"Para cualquier fiscalía, que se desbarate un caso es una señal muy negativa, se siembra una duda muy importante con respecto del profesionalismo, creo que debilita aún más la institución", declaró. "Por lo tanto cuestionar el proceso sin entregar evidencias, porque no sabemos qué evidencia tenía el presidente para tomar esta decisión, creo que daña el proceso, daña la confianza en las instituciones y daña el trabajo de las fiscalías".
Además, el posible retorno de Hernández a Honduras supone un reto para las instituciones de ese país, sobre qué hacer en torno a las acusaciones de narcotráfico que fueron ventiladas en contra del exmandatario en Estados Unidos y por las cuales fue condenado a más de cuatro décadas de cárcel.
"No hay garantías de que los vínculos que tenía esta persona se hayan desbaratado, no sabemos si pueda existir una rearticulación de estos vinculos de protección contra el crimen", declaró Ríos. "Es preocupante que una persona que recibió 1 millón de dólares del Chapo Guzmán, pero que además tenía vínculos con muchos grupos criminales, pueda restablecer esos vinculos, es una posibilidad".
Indulto a Hernández reabre “heridas” en Honduras
Graco Pérez, analista político hondureño, dijo que el indulto a Hernández revive “heridas” que en Honduras parecían cerradas luego de la condena de 45 años contra Hernández.
“Reabre una temática, unas heridas que creíamos que habíamos ya superado y nos pone nuevamente en el ojo del tema, de lucha contra el narco, que se supone en el gobierno en el poder”, dijo.
Pérez sostuvo que, aunque en Honduras actualmente Hernández no enfrenta cargos, si se declarara ganador a Nasralla, el futuro político del exmandatario en su país no sería positivo.
En declaraciones a la prensa hondureña luego de Trump hablara del indulto a Hernández, un vocero del Ministerio Público dijo que, aunque no está definido si se girará una orden de aprehensión contra el exmandatario, hay varias investigaciones abiertas en la nación centroamericana que están basadas en las revelaciones hechas durante el juicio en su contra en Estados Unidos.
Pero si Asfura termina siendo el vencedor, dijo Pérez, entonces Hernández no tendría nada que temer en Honduras puesto que podría regresar en un contexto de un Partido Nacional fortalecido tanto en la presidencia como en el Congreso.
Sin embargo, eso está por verse ya que el conteo de votos aún continúa en medio de un cerrado resultado que podría inclinar la balanza para cualquiera de ambos lados, dijo el experto en relaciones internacionales.
Por su parte, el analista hondureño Lester Ramírez dijo que los mensajes de Trump antes de los comicios bien pudieron haber inclinado la balanza a favor de Asfura. El experto en temas políticos coincidió en que aún está por verse si los mensajes de Trump influyeron para inclinar la balanza electoral a favor de Asfura.
Los hondureños pudieron haber optado por Asfura para evitar una confrontación de Estados Unidos con Honduras en un contexto en el cual los inmigrantes centroamericanos y de otras regiones enfrentan una escalada antiinmigramte en suelo estadounidense, dijo.
Pero más allá de a quién pudieron haber beneficiado, los mensajes de Trump antes de los comicios representan interferencias que deben "ser rechazadas" puesto que es esencial que las democracias pueda definir "sus destinos políticos con autonomía", dijo Ríos, de IDEA .
"No es una buena práctica incidir y tratar de manipular las preferencias de las personas, es una mala práctica, no contribuye a que las democracias latinoamericanas se fortalezcan", declaró.
Hernández "formuló un sistema estructural de corrupción"
La firma del indulto la estampó Trump el lunes por la noche. Hernández había sido condenado por tres cargos de conspiración para traficar cocaína y uso ilegal de armas de fuego. De acuerdo con el Departamento de Justicia , estuvo en el centro de una de las mayores conspiraciones de narcotráfico del mundo. De 2004 a 2022, siendo líder del Congreso hondureño y luego presidente del país en dos períodos, ayudó en el trasiego de más de 400 toneladas de cocaína a Estados Unidos.
Cayó en desgracia siendo presidente cuando su hermano, Juan Antonio 'Tony' Hernández, fue detenido en noviembre de 2018 en el aeropuerto de Miami y condenado en marzo de 2021 a cadena perpetua por narcotráfico a "gran escala".
Tras ser arrestado en Honduras en febrero del 2022, se consideró víctima de una "venganza" de los capos extraditados por su gobierno a Estados Unidos. Muchos de ellos declararon en su contra en el juicio que enfrentó en Nueva York.
Adversarios políticos tildaban a Hernández de "dictador" y lo acusaban de haberse enriquecido en su gobierno.
También lo acusaron de haber violado la Constitución haciéndose reelegir en el segundo mandato, y de controlar los poderes del Estado para su propio beneficio. En particular, la justicia, que avaló su polémica candidatura, y el Tribunal Supremo Electoral, que proclamó su victoria a pesar de denuncias de fraude.
"Hernández se ha valido de una extensa trayectoria política en donde, aprovechando los distintos cargos públicos que ha ostentado, formuló un sistema estructural de corrupción a gran escala", aseguró en su momento la ONG Consejo Nacional Anticorrupción.
Hernández fue arrestado en su casa de Tegucigalpa, la capital hondureña, tres meses después de dejar el cargo en 2022 y extraditado a Estados Unidos en abril de ese año.
Los fiscales estadounidenses acusaron a Hernández de trabajar con narcotraficantes ya en 2004, diciendo que aceptó millones de dólares en sobornos mientras ascendía de congresista rural a presidente del Congreso Nacional y luego al cargo más alto del país.
En particular, fue acusado por los fiscales que haber tomado del Cartel de Sinaloa -catalogado como organización terrorista extranjera por el gobierno de Trump junto con otros grupos criminales- un soborno de un millón de dólares a cambio de que se le permitiera al grupo criminal traficar drogas hacia suelo mexicano para luego introducirlas a Estados Unidos.
Hernández reconoció en su testimonio en el juicio que se pagó dinero del narcotráfico a prácticamente todos los partidos políticos de Honduras, pero él mismo negó haber aceptado sobornos.
Según indicó el diario The New York Times, "la promesa de Trump de perdonar a Hernández la semana pasada se produjo horas después de recibir una carta aduladora en la que Hernández se presentaba como víctima de 'persecución política' por parte de la administración Biden-Harris, comparando su destino con el del presidente estadounidense".







