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Detector de Mentiras

Al menos 35% de los políticos recién electos difunde mentiras sobre fraude electoral

En esta edición de “Crónicas de la desinformación” abordamos los resultados de las elecciones de medio término, en las que seis gobernadores y decenas de congresistas celebran victorias electorales a pesar de haber cuestionado el sistema de votos de Estados Unidos. ¿Qué pasará en 2024, cuando tengan que confirmar al nuevo presidente?
Publicado 20 Nov 2022 – 11:33 AM EST | Actualizado 20 Nov 2022 – 11:33 AM EST
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"La situación es preocupante y ya hay quienes asoman que podría poner en riesgo las elecciones presidenciales de 2024". Crédito: Arte: Arlene Fioravanti

De los más de 500 políticos electos en Estados Unidos en las elecciones de medio término, al menos 176 (un 35%) dicen públicamente que no se fían –para nada– del sistema electoral estadounidense y llevan al menos dos años atacando su credibilidad.

Apoyados en una serie de mentiras y de teorías conspirativas, viven días de paradoja, pues celebran con euforia la victoria obtenida en un juego con cuyas reglas han dicho no estar de acuerdo.

Si la situación no fuera extremadamente peligrosa para el futuro de la democracia en Estados Unidos, uno podría incluso reírse. Pero no es hora para esto. La situación es preocupante y ya hay quienes asoman que podría poner en riesgo las elecciones presidenciales de 2024.

Según un detallado estudio realizado por The Washington Post, seis de los 35 gobernadores cuya elección estaba confirmada para el 17 de noviembre (casi un 20%) tienen en su currículo frases recientes que ponen en jaque el sistema electoral del país.

Key Ivey, de Alabama, dijo en abril, en un anuncio de campaña que ha tenido casi 60,000 visualizaciones solo en YouTube, que "las fake news [desinformaciones], las big techs [grandes empresas tecnológicas] y los liberales de los estados azules robaron la elección de Donald Trump [en 2020]". Mientras en el video la republicana no presentó ninguna prueba de fraude, en su primer discurso tras la victoria exclamó sonriente: "¡Lo logramos! Y convocó a sus seguidores a celebrar su triunfo.

Kim Reynolds, de Iowa, reconoció la victoria de Joe Biden en 2020, pero dijo muchas veces que la elección suscitaba "preocupaciones" que merecían atención. "Cuando tienes la mitad del electorado sintiendo que tal vez algo no está bien, entonces esto debe de ser una preocupación para nuestra república y queremos hacer todo lo posible para investigarlo".

Kristi Noem, de Dakota del Sur, participó en la toma de posesión del presidente demócrata, pero hasta 2021 decía que "muchas personas todavía tenían dudas" sobre la transparencia del proceso electoral. Además de eso, Noem ha sido una de las figuras públicas que fueron a la Corte Suprema pidiendo que se anularan los resultados de los comicios presidenciales de 2020.

Brad Little, de Idaho; Greg Abbott, de Texas, y Ron DeSantis, de Florida, han dudado de la seguridad de las elecciones realizadas hace dos años. Abbott, por ejemplo, invirtió 4 millones de dólares en un nuevo sistema de auditoría para la votación de este año. DeSantis, que ahora parece interesado en disputar con el expresidente Donald Trump las primarias republicanas para 2024, defendió que los ciudadanos presionaran a sus representantes para que hubiera claridad sobre las últimas presidenciales.

En el Congreso, el escenario no es muy distinto y las acusaciones en contra del proceso electoral estadounidense son aún más alarmantes y numerosas.

Mike Collins, diputado por Georgia, ha dicho, por ejemplo, que "los que piensan que no hubo fraude o irregularidad en las elecciones de 2020 viven en el primero de abril [Día de los Inocentes en Estados Unidos]".

Angy Ogles, diputado por Tennessee, repite que a los estadounidenses les quitaron el derecho a una "elección verdadera y honesta" en 2020 sin, por supuesto, presentar pruebas que comprueben la afirmación.

El senador J.D. Vance, de Ohio, parece creer hasta hoy que ha sido grande "el número de personas que votaron ilegalmente" en la última disputa por la Casa Blanca. Un estudio hecho por USA Today y la Universidad de Suffolk muestra que uno de cada cinco habitantes de Ohio nombra "ataques a la democracia" entre su segundo motivo de preocupación respecto a las elecciones. El primero es la economía. Sabiendo esto, Vance surfea la ola y avanza políticamente.

El hecho de que tantos políticos que sin enseñar ninguna prueba concreta sobre fraude electoral se mantengan en el poder, pone en riesgo la validación de los resultados presidenciales de 2024.

Si el 6 de enero de 2021 el mundo se paró para ver cómo una multitud descontrolada invadía el Capitolio con el fin de impedir el reconocimiento de Joe Biden como presidente, imaginemos lo que puede ocurrir en enero de 2025 si los revoltosos no están fuera, sino dentro del Congreso.

Hasta entonces, nos toca seguir señalando como falsas todas las frases sobre fraude electoral en Estados Unidos y explicar a amigos y familiares lo imposible que sería alterar el resultado de algo que involucra a millones de ciudadanos.

elDetector, de Univision Notícias, tiene una buena colección de desmentidos que podemos difundir y varias notas explicativas que debemos compartir entre aquellos que puedan sentirse atraídos por la locura de la "Gran Mentira": el fraude electoral. Aquí les dejo un enlace que vale oro.

Cristina Tardáguila es directora de ICFJ y fundadora de Lupa.

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