LOS ÁNGELES, California.- Después de casi cuatro meses bajo custodia de inmigración, Ambrosio Lozano, conocido por muchos como Enrique, finalmente volvió a abrazar a su familia.
Tras 4 meses detenido por ICE en LA paletero mexicano obtiene residencia permanente y es liberado
La detención de Enrique generó una ola de apoyo comunitario y una campaña en redes sociales por su liberación.

Su liberación, ocurrida la noche del viernes, marcó el final de 114 días de incertidumbre que comenzaron el pasado 23 de junio, cuando fue arrestado mientras vendía paletas en las calles de Culver City.
Enrique llevaba más de 20 años recorriendo los vecindarios con su carrito, cuando dos agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) se acercaron a él.
“Me dijeron: ‘¿tiene papeles?’, y les dije: ‘no, soy mexicano, no tengo residencia’. Entonces me dijeron: ‘pues te vas para arriba’”, recordó. Su carrito quedó abandonado en la acera, una imagen que fue captada por transeúntes y se viralizó en redes sociales, provocando indignación y movilización comunitaria para exigir su liberación.
Durante su paso por tres centros de detención, Enrique asegura que se aferró a la fe. “ La Biblia fue mi refugio”, dijo. “Eso me daba esperanza de que volvería a respirar aire puro, de ver el sol”. Apenas tenía una hora al día para salir al exterior. “Era lo único, ver la luz, respirar”, contó.
Además del encierro, extrañó lo más simple: “ Por cuatro meses no probé una tortilla, eso fue muy difícil. Allá daban pollo solo una vez al mes, pura comida sencilla”, relató.
Su abogada logró obtener su liberación gracias a una petición familiar anterior amparada en la Ley 245(i), que le permitió ajustar su estatus migratorio sin salir del país. “Él tuvo protección porque estuvo casado con su esposa antes de que ella consiguiera la residencia”, explicó la defensora. Aunque su tarjeta verde aún tardará unos meses en llegar, Enrique ya es residente legal permanente.
Con los ojos brillosos, resumió su mensaje para otras familias con seres queridos detenidos por ICE: “ Que no pierdan la fe, sí se puede”.
Ahora, libre y con residencia en trámite, Enrique planea volver a su rutina: empujar su carrito de paletas y reencontrarse con los niños y familias que lo conocen desde hace dos décadas. “Claro que sí voy a regresar. Es lo que amo hacer”, afirmó.
La comunidad que se movilizó por su causa lo recibió como a un viejo amigo, con abrazos, lágrimas y la promesa de acompañarlo en esta nueva etapa, ya no como indocumentado, sino como un hombre que, después de 114 días de encierro, volvió a ver el sol en libertad.
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