¿Por qué comemos tan mal en Estados Unidos? Solo el 13% de la población tiene una dieta saludable

Solo el 13% de la población en Estados Unidos tiene una dieta saludable, según un estudio de la Universidad de Harvard. El resto consume alimentos ultraprocesados y pocos nutrientes. ¿Por qué comemos tan mal y cómo cambiar esta realidad? Aquí te lo explicamos.

Video Solo el 13% de las personas en Estados Unidos tiene una dieta saludable, revela estudio

DALLAS, Texas. Un estudio reciente de la organización Nourish Science, en colaboración con la Universidad de Harvard y la Universidad de California, reveló que solo 13.7% de la población en Estados Unidos tiene una buena alimentación.

El resto, más del 86%, consume una dieta de baja o muy baja calidad.

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Esto incluye exceso de alimentos ultraprocesados, pocos vegetales y un bajo valor nutricional general.

María Del Mar Rivero, doctora experta, lo resumió así: “la tierra ya no tiene los minerales y nutrientes que necesitamos, y el consumo de productos ultraprocesados domina nuestra dieta diaria.”

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Comer sano en Estados Unidos es costoso… y complicado

¿Por qué comemos tan mal? La respuesta es una mezcla de factores:

Acceso fácil y barato a comida rápida

Un combo cuesta menos de $2, mientras que una ensalada con salmón puede rondar los $18.

Tiempo limitado para cocinar

Muchas familias trabajan largas jornadas, lo que las obliga a recurrir a opciones rápidas, no siempre saludables.

Desinformación y mercadeo

Aunque hay más acceso a internet, todavía cuesta identificar qué alimentos realmente aportan valor nutricional.

“Volver a cocinar en casa y consumir comida de temporada puede marcar la diferencia. El problema es que muchas personas no tienen tiempo ni recursos”, explicó la especialista.

Tres consejos clave para mejorar tu alimentación sin gastar tanto

La experta dejó estos consejos prácticos, especialmente para las familias que viven con presupuestos ajustados:

1. Elimina los refrescos y jugos azucarados

Son los principales responsables del exceso de azúcar en la dieta de niños y adultos. Cambiarlos por agua o agua mineral puede hacer una gran diferencia.

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2. Come al menos 4 porciones de verduras al día

Intégralas en cada comida. Las verduras han desaparecido de muchos hogares, pero siguen siendo una fuente esencial de salud.

3. Haz tus compras en los pasillos laterales del supermercado

Ahí está lo fresco: carne, pollo, pescado, frutas, verduras.

Evita los productos empacados del centro del supermercado, que suelen estar llenos de conservantes.

Y un consejo extra: se vale pedir ayuda.

Si no tienes tiempo para cocinar, considera pedir a alguien que te apoye preparando la comida con ingredientes que tú compres.

¿Qué pueden hacer las autoridades?

El estudio también señala la necesidad urgente de que programas como SNAP y WIC favorezcan alimentos saludables.

“No tiene sentido que se permita comprar productos procesados con ayuda del gobierno. Deberíamos fomentar el acceso a proteínas, legumbres, frutas y verduras de calidad”, dijo la doctora.

Durante la pandemia, por ejemplo, se aprobó el uso de leche orgánica en algunos programas, pero luego se eliminó.

“Eso afecta directamente el desarrollo cerebral de los niños”, advirtió.

¿Y en nuestras escuelas?

En México, ya se prohibió la venta de comida chatarra en escuelas. Esa medida, según la especialista, ayudó a que familias enteras hicieran un cambio positivo en su alimentación.

En Estados Unidos, en cambio, muchos programas escolares de alimentación saludable están siendo recortados, especialmente en verano.

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Y eso podría empeorar el panorama para niños de familias con bajos recursos.

El reto: cambiar nuestros hábitos… y exigir mejores políticas

Comer sano no debería ser un lujo. La alimentación es salud, prevención y bienestar a largo plazo.

Cambiar esta realidad requiere esfuerzo personal, pero también decisiones políticas.

Mientras tanto, cada pequeña acción cuenta: cocinar en casa, leer etiquetas, enseñar a los niños a preferir frutas en lugar de frituras.

Porque comer bien también es una forma de querernos.