De carceleros a prisioneros: acusan a 14 oficiales penitenciarios de agredir a reclusas de la prisión Edna Mahan

Una reclusa con el cráneo roto y otra bañada en sangre tras recibir 30 puñetazos de un oficial, mientras otros la sujetaban por el pelo, son algunas de las acusaciones que podrían mandar a estos carceleros más de 30 años tras las rejas.

Video Acusan a carceleros de romper el cráneo a reclusa y otros delitos. Ahora ellos podrían ir a prisión

Esta semana un jurado indagatorio estatal votó para encausar legalmente a 14 carceleros por agredir a reclusas del Centro Correccional Femenino Edna Mahan. Por años, medios locales han reportado sobre los presuntos abusos y demandas por agresiones a las prisioneras, pero esta es la primera vez que 14 de sus guardias enfrentan la posibilidad de pasar hasta 30 años en prisión, y multas de hasta medio millón de dólares, si son hallados culpables.

En un comunicado de la oficina del fiscal general Matthew J. Platkin, se informa que el martes el jurado indagatorio determinó que hay suficientes pruebas para de que los oficiales sacaron a la fuerza a un grupo de reclusas y las golpearon, dejando a algunas gravemente heridas.

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Los miembros del gran jurado acusan a los 14 oficiales de cargos de conspiración, mala conducta oficial, manipulación de registros públicos y agresión con agravantes.

Estos son los nombres de los oficiales acusados

Sean St. Paul, 56, de Newark
Ryan Valentín, 44, de Bloomfield
Eddie Molina, 44, de East Brunswick
Amir E. Bethea, 37, de Springfield
Andraia Bridges, 45, de North Plainfield
Anthony J. Valvano, 40, de Bound Brook
Brandon Burgos, 22, de Roseland
Luis A. García, 25, de Nutley
Courey James, 33, de East Piscataway
José Irizarry, 38, de Paterson
Desiree Lewis, 33, de Elizabeth
Gustavo Sarmiento, 29, de Maywood
Marika Sprow, 33, de West Orange
Tara Wallace, 37, de Somerset

Las investigaciones dicen que los incidentes ocurrieron durante las horas de la noche entre el 11 y el 12 de enero de 2021, en la instalación en Union Township, en el condado de Hunterdon.

Las agresiones surgieron después de que las reclusas les arrojaron líquidos desconocidos a través de las puertas de sus celdas, golpeando a los oficiales.

Las celdas pertenecientes a las reclusas sospechosas de esas "salpicaduras" fueron atacadas, en una acción a la que el Departamento Correccional de NJ se refiere como ‘extracción de reclusos’, un procedimiento que, de acuerdo al DOC, solo puede realizarse cuando los reclusos rehúsan ponerse las esposas y salir de sus celdas por su cuenta, o si representan una amenaza para ellos mismos o para los demás y se niegan a salir de una celda.

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Carceleros dan 30 puñetazos a una reclusa

En este caso, dicen los fiscales, los oficiales planearon ingresar a las celdas y usar la fuerza sin importar si encontrar resistencia, y en algunos casos no les dieron a las presas en cuestión la oportunidad de cumplir con las órdenes de ponerse las esposas y salir de sus celdas sin incidentes.

En otros casos, las reclusas cumplieron con las órdenes de ser esposadas y aun así fueron sacadas por la fuerza de sus celdas.

Una reclusa recibió casi 30 puñetazos por parte de un oficial mientras un equipo de cinco oficiales la extraía, a pesar de que aparentemente no hubo provocación ni resistencia física de su parte, dice la investigación.

Otros oficiales sujetaron a la víctima mientras ocurría el asalto, a veces agarrándola del cabello o empujándola. La llevaron a un hospital con dolores de cabeza, náuseas y vómitos, y los médicos descubrieron que tenía una conmoción cerebral.

Otra reclusa queda con fractura craneal

Otra víctima, después de su extracción a pesar de que había cumplido con las órdenes de ser esposada, estaba cubierta de sangre y su ojo derecho estaba cerrado por la hinchazón. Fue transportada al Centro Médico Hunterdon, donde los médicos descubrieron que tenía el cráneo roto alrededor del ojo. También se descubrieron marcas de botas en su cuerpo.

La acusación formal alega que estos oficiales planearon, supervisaron, participaron y no detuvieron “una o más extracciones forzadas de celdas en el nivel de la Unidad de Vivienda Restaurativa con el propósito de castigar, intimidar o aterrorizar a una o más reclusas”.

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También se les acusa de facilitar, no intervenir y no denunciar las agresiones, como es su deber como agentes del orden. Además: las investigaciones aseguran que, tras los incidentes, se generaron informes internos falsos o engañosos en un intento de ocultar la “brutalidad” que se usó en estos incidentes.

Carceleros podrían pasar 30 años -o más- tras las rejas

El cargo de conspiración conlleva una sentencia de cinco a 10 años de prisión estatal y una multa de $150,000.

La mala conducta oficial puede conllevar una pena de cinco a 10 años de prisión estatal con cinco años de inhabilitación para la libertad condicional y una multa de $150,000.

La manipulación de registros públicos se castiga con tres a cinco años de prisión estatal con dos años de inhabilitación para la libertad condicional y una multa de $15,000.

El asalto agravado con lesiones corporales graves puede conllevar una sentencia de cinco a 10 años de prisión estatal, con un mandato para cumplir el 85 por ciento de la sentencia, más una multa de $150,000.

La oficina del fiscal aclara que, por el momento, los cargos son meras acusaciones y se presume que los acusados son inocentes a menos y hasta que se pruebe su culpabilidad en un tribunal de justicia.

Si los oficiales son hallados culpables de todos los cargos, se suman estas sentencias y enfrentarían condenas de treinta años de prisión -o más- y multas que superían el medio millón de dólares.

El año pasado, cuando se dieron a conocer esto incidentes, el gobernador Phil Murphy anunció el cierre de esta prisión, aunque no se ha dado fecha para ello.

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