Vecinos de Mar-a-Lago no quieren que Trump se mude ahí al salir de la Casa Blanca

En un escenario inédito, Trump tendrá que defender el lugar donde podrá vivir después de abandonar la Casa Blanca debido a la oposición que planteó un vecino de Mar-a-Lago, según el Washington Post.

Donald Trump está planeando vivir en Florida con su familia después de dejar la Casa Blanca, pero algunas personas no lo quieren como vecino.
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Donald Trump está planeando vivir en Florida con su familia después de dejar la Casa Blanca, pero algunas personas no lo quieren como vecino.
Imagen Archivo / Fotoarte: Víctor Vorrath

Vecinos de Mar-a-Lago, donde se encuentra la residencia de Donald Trump en donde planea vivir después de dejar la Casa Blanca, han dicho que no lo quieren como vecino.

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Según el periódico The Washington Post, algunos de los vecinos de Trump en Palm Beach han escrito una carta formal, entregada a los funcionarios de la ciudad y al Servicio Secreto el martes, declarando que es mejor que el presidente busque vivir en otro lugar.

Al señalar un acuerdo que Trump firmó en 1993, la carta recuerda a todos los destinatarios a los que fue enviada que perdió el derecho legal a vivir en el club a tiempo completo y que para “evitar una situación vergonzosa” en la que el futuro expresidente se mude y luego se vea obligado a irse, la ciudad debe notificar a Trump lo antes posible que no puede vivir allí.

Palm Beach se deberá pronunciar

La maniobra legal podría, según el diario, obligar al condado de Palm Beach a abordar públicamente si Trump puede hacer de Mar-a-Lago su residencia legal y su hogar, como se esperaba que hiciera cuando se convierta en expresidente después de la juramentación de Joe Biden el 20 de enero.

“No existe absolutamente ninguna teoría legal según la cual pueda usar esa propiedad como residencia y como club”, dijo Glenn Zeitz, un propietario cercano que se ha unido a la lucha contra Trump.

“Básicamente está jugando una mano muerta. No va a intimidar o engañar a la gente porque vamos a estar allí”, dijo el vecino.

Además del acuerdo de 1993 con la ciudad, Trump también firmó un documento que otorga los derechos de desarrollo de Mar-a-Lago al Fideicomiso Nacional para la Preservación Histórica, que establece que no puede desarrollar o utilizar Mar-a-Lago para “ningún propósito que no sea el uso del club”.

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Un escenario inédito

El diario indicó que este escenario es único en la historia reciente, donde un presidente saliente se ve obligado a defender dónde vivirá después de dejar la Casa Blanca.

Sin embargo, portavoz de una organización empresarial de Trump señaló al Post que “no existe ningún documento o acuerdo que prohíba al presidente Trump usar Mar-a-Lago como su residencia”.

No obstante, el acuerdo que Trump cerró en 1993 cuando sus finanzas se hundían y el costo de mantener Mar-a-Lago era muy alto estableció que los miembros del club tienen prohibido pasar más de 21 días al año en las suites para huéspedes del club y no pueden permanecer allí por más de siete días consecutivos.

Antes de que se sellara el acuerdo, un abogado de Trump aseguró al ayuntamiento en una reunión pública que su cliente no viviría en Mar-a-Lago.

Otras quejas de los habitantes

Durante años, varios vecinos han expresado su preocupación por las interrupciones, como el tráfico atascado y las calles bloqueadas, causadas por los frecuentes viajes del presidente al club.

El Post dijo que incluso antes de ser presidente, Trump se negó a cumplir con los requisitos locales básicos, como adherirse a los límites de altura para un mástil de bandera masivo que instaló.

Además ha intentado con frecuencia salirse de los acuerdos que había hecho cuando convirtió Mar-a-Lago en un club privado.

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