Vendedores ambulantes son acosados y no reciben apoyo de las autoridades, revela estudio

LOS ÁNGELES, California. - A pesar de que las actividades de los vendedores ambulantes fueron legalizadas en el 2018 en Los Ángeles y en California, la mayoría de las personas que se dedican a esta labor enfrentan amenazas de multas, acoso y multas todos los días, según un informe publicado por la Clínica de Desarrollo Económico Comunitario de la Facultad de Derecho de UCLA.

Hay miles de vendedores ambulantes en el condado de Los Ángeles y la ciudad tratando de ganarse la vida, pero están atrapados en un muro de burocracia que se contradicen. En Univision 34 Los Ángeles hemos documentado y reportado las irregularidades que dan muestra del acoso por parte de las autoridades y la falta de apoyo en su labor.

“De los de parking me han dado como 50 tickets”, dijo uno de los vendedores ambulantes en el área de Los Ángeles. 

Además, los líos burocráticos que enfrentan son complejos y difíciles de navegar. “El problema surge de una red enredada de leyes estatales, del condado y de la ciudad que privan a los vendedores ambulantes del acceso a permisos para vender alimentos legalmente, negando a los vendedores los sueños de espíritu empresarial y perjudicando a todos los angelinos al socavar los principios de seguridad alimentaria que las leyes afirman proteger”, dijo el coautor del informe, Scott Cummings, de UCLA.

La comisionada de Obras Públicas de la ciudad de Los Ángeles, Teresa Villegas, dijo que “para vender comida tiene que ir al departamento de salud para sacar un permiso y luego tiene que venir a la ciudad de Los Ángeles”.

El permiso del condado, si tiene la suerte de recibirlo, cuesta 800 dólares y el de la ciudad 300 dólares. Pero el proceso no es tan sencillo, de hecho la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) reveló en un estudio que desde el 2020 cuando se comenzaron a emitir permisos para los vendedores ambulantes solo se han otorgado 165 permisos de más de 10 mil personas que han solicitado.

Villegas ratificó las bajas cifras de entrega de permisos. “Eso sí es cierto, las figuras son poquito diferentes, nosotros tenemos la figura de 180, pero no importa la figura porque está muy baja y es algo que nosotros reconocemos”. 

Si venden comida les requieren lavamanos, refrigeración y agua potable algo casi imposible de lograr en un carrito. Según el estudio, esos requerimientos costarían unos 10 mil dólares para que sea aprobado y 5 mil dólares más en gastos anuales.

“La pregunta es qué va a hacer usted para ayudar a estos vendedores ambulantes que no han podido obtener un permiso y quieren obtener un permiso, pero ustedes no les dan el permiso”, preguntó Borraez.

Villegas respondió que “lo que yo voy a hacer personalmente es trabajar más con el condado y trabajar más con los representantes estatales para cambiar las reglas y cambiar estas leyes”.

Recomendaciones del estudio 

Las conclusiones del estudio dan una lista de s ugerencias para las autoridades a nivel estatal como:
- Proporcionar un proceso simplificado para la inspección y aprobación de carros de venta ambulante.
- Incluir normas razonables que permitan cortar frutas y verduras, calentar y mantener calientes de forma segura los alimentos comunes que se venden en las aceras.
- Reducir los requisitos del lavamanos o fregadero.
- Ampliar el acceso a la preparación segura de alimentos.
- Despenalizar la venta de alimentos en las aceras.

Además, el informe recomienda a los funcionarios de la ciudad de Los Ángeles:
- Mantener una moratoria sobre las citaciones por venta no permitida hasta que se eliminen las barreras en el sistema de permisos.
- Reorientar las prácticas de aplicación de StreetsLA lejos de la aplicación de la ley punitiva y hacia la facilitación de negocios.
- Reemplazar las “zonas sin venta” por distritos especiales de venta.
- Mejorar el apoyo a las pequeñas empresas a través de la capacitación y los recursos relacionados con la banca, la creación de crédito y la implementación de métodos de pago alternativos y sin efectivo.

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