LOS ÁNGELES, California.- El patio donde en una mañana gris Bibiano Cainas degustaba una taza de chocolate caliente tiene cuatro orificios de bala. La calma reina hoy en su calle de la ciudad de Compton, en el condado de Los Ángeles, una localidad en la que han sido asesinadas 26 personas en lo que va de año, el triple que en el mismo período de 2015, según datos del Sheriff de Los Ángeles (LASD).
Tras cientos de homicidios, los vecinos de Compton han aprendido a vivir sin miedo a las balas
En 2016 se ha triplicado el número de asesinatos en esta ciudad de Los Ángeles, aunque sus habitantes aseguran que la situación no es tan mala. "Antes era pura balacera todas las noches”, dice Bibiano Cainas.

Al señor Cainas, de 60 años, no le asustan esas cifras y asegura que las cosas están mejorando, a pesar de que el 6 de julio Antonio López fue ejecutado en el mismo lugar donde él está ahora sentado.
López, de 31 años, conversaba con unos amigos cuando se acercó un sujeto y abrió fuego sin mediar palabra. Según la estación en Compton de LASD, la víctima trató de resguardarse en el patio de una vecindad, en la esquina de la avenida Santa Fe y la calle Pine, pero ahí lo alcanzaron las balas.
Un altar con seis veladoras y dos botellas de cerveza Modelo, una llena y otra vacía, indican el sitio preciso donde murió López. Hasta el momento es el octavo asesinato de un latino en Compton en 2016. En los últimos cinco años ese número roza el medio centenar.
“Sólo pasó y tiró los balazos. Lo confundieron”, cuenta con serenidad Cainas, quien aquel día escuchó varios tiros, de los cuales uno perforó la puerta principal de la propiedad y otro, el muro que la sostiene.
Cainas, originario de Tijuana, asegura que aún con el asesinato de López, a quien describe como “una buena persona”, las cosas se han tranquilizado en la ciudad donde ha vivido desde hace 15 años y cuyo nombre se reposicionó en la cultura popular por la película Straight Outta Compton.
“Ahora está más calmado, antes era pura balacera todas las noches”, afirma el hombre antes de subrayar que ve la guerra entre pandilleros como un asunto ajeno. “Las balas no le llegan a uno”, confía.
Luto constante
En los últimos 16 años, más de 600 homicidios han enlutado a este municipio de apenas 10 millas cuadradas y con casi 100,000 habitantes, de los cuales el 65% es hispano y el 33% de raza negra.
“No puedes ser tan delicado si te mudas a esta ciudad”, expresa Fernando Torreblanca, un constructor nacido en Jalisco que ha criado en este sitio a tres hijos. “Para nosotros no es nuevo que haya pandillas, que se venda droga, que si dejas un carro nuevo en la calle te lo vayan a robar”, enumera.
A unos pasos de la vivienda de Torreblanca, en la esquina de la calle Laurel y la avenida Rose, un hispano de 27 años, Phillip González, perdió la vida luego de recibir varios balazos el pasado 26 de junio. El Sheriff angelino indica que la víctima estaba dentro de un auto estacionado cuando un sujeto se aproximó a bordo de una bicicleta y le disparó. El joven fue declarado muerto en el lugar.
Las rejas en ventanas y puertas, los perros de razas consideradas agresivas y la desconfianza con la que se mira a los extraños, confirman que hay que andarse con cuidado. La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) consideró Compton a principios de 2008 como la octava ciudad más violenta de Estados Unidos, después de haber reportado 40 asesinatos el año anterior. Esa cifra casi se igualó en 2013.
Guerra entre pandillas
Los asesinatos de López y González ocurrieron este año en el este de Compton, la zona que se ha cobrado más víctimas en los últimos 10 meses, lo cual se atribuye a la lucha territorial entre al menos tres pandillas, pero las autoridades resaltan que el problema se enmarca dentro de una tendencia al alza de la delincuencia.
“Las muertes han ocurrido en todas las áreas de la ciudad”, dijo el sargento Vincent Plair, quien coordina la participación del Sheriff de Los Ángeles LASD en el movimiento #PlantersforPeace (Sembradores de Paz), que este sábado 15 de octubre pondrá a estudiantes, activistas, empleados y funcionarios a sembrar flores en zonas impactadas por la violencia.
La idea es mostrar “el nacimiento de nuevas vidas” o un nuevo comienzo para una localidad que ha sepultado a ocho personas que perdieron la vida a tiros desde julio.
“Una sola muerte en la ciudad es mucho”, comentó Isaac Galván, el único concejal latino de Compton y hermano de Larry Galván, quien en febrero murió luego de ser tiroteado en el Este de Los Ángeles, otra zona del condado que sufre un repunte en la tasa de homicidios (van 11 asesinatos este año).
“Mi hermano fue víctima, por eso quiero trabajar mucho para eliminar este problema”, expresó el edil.
Lea también:
- Mueren dos policías y uno resulta herido en un tiroteo en Palm Springs
- ‘Steve realizó el sacrificio definitivo’, asegura la familia del sargento baleado en Lancaster
- Así vivía la ‘familia linda’ acusada de secuestro, tortura y asesinato de una niña
- Muere baleado en el Este de Los Ángeles el hermano de un concejal hispano







