San José, California.– Viven en diferentes áreas de Australia y son consideradas como las más venenosas de las arañas. De hecho, hubo que crear un antiveneno porque muchas personas corrían peligro de morir cada año por sus mordeduras.
Primas y venenosas: las arañas más tóxicas del mundo resultaron ser parientes
El hallazgo de un equipo de biólogos de la Universidad Estatal de San Diego ayudará a desarrollar mejores sueros contra mordeduras y al desarrollo de bioinsecticidas que funcionen contra insectos pero sean inofensivos para los animales vertebrados.

Un nuevo estudio dirigido por el biólogo Marshal Hedin, de la Universidad Estatal de San Diego, descubrió un parentezco insospechado entre las arañas de tela de embudo australianas y las arañas de ratón.
Este hallazgo ayudará a entender mejor ambas especies, a prepararse mejor contra ataques de estas y otras especies (con sueros más eficientes) y también al desarrollo de nuevas formas de bioinsecticidas (que funcionen contra insectos pero que sean inofensivos para los animales vertebrados).
Hedin descubrió que los dos linajes de arácnidos australianos que durante mucho tiempo habían estado clasificados como muy lejanos en la taxonomía o nomenclatura oficial son, de hecho, primos evolutivos bastante cercanos.
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¿Cómo lo supo? Cuando se enteró de que en los hospitales australianos el suero antiofídico que se usa para combatir casos de mordeduras de una especie funcionaba también para la otra, decidió revisar el 'mapa'
evolutivo de estas especies, es decir el árbol genealógico y sus parientes evolutivos.
Con los nombres que tenían ambas especies de arañas (Atricinae y Actinopodidae) parecía que se habían separado de un ancestro común hace más de 200 millones de años y, por lo tanto, solo estaban relacionadas lejanamente.
Pero recolectando nuevos especímenes y allanando las colecciones de museos y privadas de biólogos de Nueva Zelanda y hasta Argentina pudieron ver que se parecían y mucho.
Luego, en el laboratorio, los científicos secuenciaron grandes fragmentos de los genomas de las arañas, en busca de patrones genéticos y pudieron confirmar que en efecto ambas especies de arañas estaban más estrechamente relacionados de lo que se pensaba.
Durante este estudio, de forma incidental, Hedin y sus colegas también descubrieron la existencia de tres familias taxonómicas de arañas completamente nuevas para la ciencia.
Los resultados de la investigación se publicaron en Nature Scientific Reports.









