LOS ÁNGELES, California.- Alejandra Velázquez Gurrola asegura que se detuvo para que su hijo observara el paisaje cerca de la frontera entre California y México el lunes pasado, cuando cuatro indocumentados entraron a su auto y le ordenaron que los llevara. Según el testimonio de la mujer, los inmigrantes le advirtieron que si no les obedecía la matarían a ella y a su hijo pequeño. Las autoridades no le han comprado esa historia.
Mujer acusada de transportar indocumentados dice que la amenazaron para que los llevara
Alejandra Velázquez asegura que detuvo el auto para que su hijo viera el paisaje cerca de la frontera cuando cuatro inmigrantes le ordenaron que los transportaran o la matarían a ella y a su niño. Pero las autoridades fronterizas no le creyeron y ahora enfrenta cargos por tráfico de personas.


Velázquez Gurrola fue arrestada durante la mañana del 29 de enero acusada de tráfico de personas. Su vehículo transitaba de manera sospechosa por la carretera 8 en el este de San Diego, California, cuando fue detenido por la Patrulla Fronteriza. Según esta agencia, su carro era manejado a exceso de velocidad, cambiaba de sentido, zigzagueó abarcando la orilla de la carretera y la mujer veía constantemente los espejos retrovisores.
Los agentes que la detuvieron encontraron en su Dodge Nitro de color rojo a cuatro hombres. Dos de estos, identificados como Leonel Mendoza Martínez y Alberto Rivera Lugo, estaban acostados en la cajuela; los otros dos, Jose Martín Rivera García y Cipriano Montiel Tomas, intentaban ocultarse en el asiento trasero. Ellos dijeron ser mexicanos y aceptaron haber entrado ilegalmente al país.
En la parte trasera del vehículo también viajaba un niño pequeño, el hijo de la acusada.
Notas Relacionadas
Un narco se casó frente a la Patrulla Fronteriza y ahora se cancelan los eventos en el muro
Según la acusación federal, el auto de Velázquez Gurrola coincidía con la descripción de un vehículo sospechoso de estar involucrado en el contrabando de inmigrantes, su registro vehicular había expirado y tenía registrado un domicilio del Valle de San Joaquín, en el norte de California.
Estos mismos documentos señalan que un agente migratorio sin uniforme que realizaba tareas de investigación en Boulevard, un área no incorporada de San Diego, reconoció el auto que manejaba la sospechosa y comenzó a seguirlo a eso de las 11:15 am.
Le llamó la atención que el coche salía de los carriles en dirección oeste de la carretera 8 y giraba hacia el este. Cuando le dio alcance, este notó que había un asiento de seguridad en el asiento delantero y un niño pequeño sentado atrás.
"Velázquez tenía una postura rígida, miraba constantemente sus espejos retrovisores y laterales, lo que provocaba que manejara sobre el acotamiento de la autopista 8", cita la acusación.
Este agente pidió el apoyo de una patrulla para que detuvieran a la mujer. El uniformado que respondió al llamado notó que el auto viajaba en ese momento a unas 55 millas por hora, 15 millas menos del límite en esa carretera. Además, la conductora parecía estar evitando que la patrulla se pusiera detrás de su auto y cambiaba de carril constantemente. Cuando finalmente obedeció la orden de la autoridad, se detuvo en la autopista 98, cerca de Ocotillo.
Notas Relacionadas

El fenómeno de las 'mulas ciegas', cuando te conviertes en narco sin darte cuenta
¿Pidió ayuda conduciendo mal?
El informe indica que la mujer apenas dejó que el uniformado migratorio se identificara cuando "comenzó a gritar que los cuatro individuos que estaban en la parte trasera del vehículo tomaron a su hijo y la amenazaron con hacerle daño si no los llevaba a un sitio".
Los agentes le pidieron a la sospechosa que saliera del auto, pero no les obedeció, advirtiéndoles que la vida de su hijo corría peligro. Ante esto, la tuvieron que sacar por la fuerza y al intentar esposarla ella "se arrodilló repitiendo que quería a su hijo".
En un interrogatorio, la acusada afirmó que había salido del coche para mirar el paisaje, pero que en ese tiempo cuatro hombres caminaron hacia ella y entraron en su auto. Según su testimonio, los sujetos le dieron un teléfono y le dijeron que los llevara a la dirección que estaba en el dispositivo.
La mujer también declaró "que conducía erráticamente a propósito para que los agentes de la Patrulla Fronteriza la detuvieran" y la salvaran a ella y a su hijo de sus presuntos captores.
Los cuatro indocumentados detenidos aseguraron que iban a pagar entre 4,000 y 7,000 dólares para ingresar ilegalmente a EEUU. Ellos son considerados testigos importantes en el caso contra Velásquez. Al momento se desconoce su versión de los hechos.
En un caso similar, el año pasado una mujer de Calexico, Lydiana Castro, declaró que cinco hombres se subieron a su camioneta cuando ella se detuvo en una gasolinera en una zona montañosa conocida como 'Pilot’s Knob', en la ciudad fronteriza de Andrade, California. Relató que al tratar de huir se produjo un aparatoso accidente que cobró la vida de dos indocumentados en marzo de 2016.
Pero más tarde ella aceptó que le habían pagado por transportar a los inmigrantes y que "entró en pánico" cuando la siguió un vehículo de la Patrulla Fronteriza en la carretera 8.
La mujer aceleró a fondo y huyó con dificultades por algunas veredas hasta impactarse con la parte trasera de un camión de carga que circulaba hacia Yuma, Arizona. La camioneta Dodge Durango terminó volteada. Castro fue condenada a ocho años en una prisión federal.
















