Saúl Colindres y Marta Zacarías no quieren regalos, ni grandes gestos: el matrimonio guatemalteco solo pide un techo para alquiler, a un precio razonable, donde puedan vivir junto a sus dos hijos, de 14 y 3 años. Hasta encontrarlo se ven obligados a dormir dentro de un auto prestado, en las calles de Los Ángeles.
Familia inmigrante de Guatemala vive en auto prestado en Los Ángeles, desde que les robaron todo
Saúl Colindres, Marta Zacarías y sus dos hijos llegaron a Estados Unidos hace seis meses buscando una mejor vida. Mientras esperan la respuesta a su petición de asilo político, sufren un desalojo y la pérdida de su tráiler, con todos los bienes, en un asalto a mano armada. La familia se ha visto obligada a vivir en un auto prestado en las calles de Los Ángeles.

No fue lo que soñaron hace 6 meses, cuando emigraron de Guatemala a Estados Unidos, en busca de una mejor vida. "Ahorita estamos sufriendo una situación casi igual (que en casa)", declara Marta Zacarías, la matriarca de esta familia.
"La gente piensa que a Estados Unidos viene uno a recoger los billetes de los árboles, pero si supieran lo que sufre uno aquí", suelta en un suspiro.
En entrevista con la periodista Norma Roque, de Univision 34 Los Ángeles, Marta Zacarías detalla las distintas adversidades que han enfrentado mientras esperan a que las autoridades migratorias en Estados Unidos respondan a su petición de asilo político.
Según la mujer, huyeron de Guatemala por "la violencia". Las pandillas comenzaron a presionarlos, pues querían de integrante a su hijo mayor.
"Querían meter a mi hijo en las Maras (la violenta organización Mara Salvatrucha)", cuenta al revelar que a su esposo Saúl Colindres le dieron un balazo en una rodilla.
Así las cosas, decidieron emigrar por una mejor vida y entraron a Estados Unidos a través de McAllen, en Texas. Ahí se entregaron a las autoridades migratorias y pidieron asilo.
Desalojada y asaltada la familia de Guatemala que vive en un auto
De Houston, Texas, se trasladaron al condado de Riverside, en California, donde unos familiares los apoyarían.
Pudieron quedarse con ellos un tiempo, pero el dueño del apartamento que alquilan sus familiares, ordenó que desalojaran porque eran demasiadas personas en el lugar.
Saúl Colindres, desde que llegaron, ha estado trabajando en construcción. Con los ahorros que ya tenían, compraron un tráiler en el que pudieron vivir hasta hace poco.
Estaban en Compton, cuando los asaltaron y se los robaron. "Nos amenazaron con pistola, incluso me golpearon", dice Marta Zacarías mientras muestra la marca que le dejaron en su frente.
Fueron a las autoridades para hacer la denuncia, pero la mujer alega que les respondieron que no podían ayudarlos porque tenían que llamarlos en el momento.
La madre inmigrante se cuestiona cómo pretendían que lo hicieran, si los ladrones les robaron hasta los teléfonos celulares.
Viendo su situación, un amigo les prestó un auto, donde esta familia intenta salir adelante.
Sin trabajo por falta de papeles y sin techo por no ser "morenitos"
Han llamado a los distintos programas de la Ciudad de Los Ángeles pidiendo orientación para vivienda y empleo.
"Nos dicen que no somos morenitos, que no calificamos para esas ayudas", cuenta.
¿Necesidades? Las tienen todas. Desde un trabajo para papá y mamá, hasta un apartamento que pague poco de alquiler. Les han pedido "de 3,000 a 4,000 dólares más los depósitos", dice Marta Zacarías.
Ropa y zapatos para los cuatro, asegura que no les vendrían mal.
Tanto ella como su esposo se ponen a disposición para trabajar. No les dan mucho trabajo ahora porque aún no tienen sus documentos migratorias al día. Sin embargo, el proceso está abierto.






































