Tras la llegada de los vientos de Santa Ana y tal como se esperaba los incendios brotaron desde distintos puntos de la región destruyendo todo a su paso. Al menos dos personas murieron, dos permanecen desaparecidas, más de 70 viviendas fueron destruidas, y cerca de 100,000 personas fueron evacuados y otros miles quedaron atrapados en las carreteras cerradas por las llamas.