Cárcel para los 'coyotes', el otro muro que reduce los cruces ilegales en la frontera
LOS ÁNGELES, California.- La sentencia a ocho años de cárcel que le impuso este lunes un tribunal federal en San Diego, California, a Martel Valencia Cortez, uno de los traficantes de personas más buscados por los gobiernos de Estados Unidos y México, es parte de la nueva estrategia para combatir el cruce ilegal de personas y que, sumada a una estricta vigilancia, ha reducido los arrestos en la frontera en los últimos meses.
Valencia Cortez dirigía a un grupo de 15 indocumentados en una montaña cerca de la frontera entre San Diego y Tijuana el 15 de noviembre de 2015, cuando los interceptó la Patrulla Fronteriza. Enfadado, el 'coyote' lanzó una piedra del tamaño de una pelota de softball que impactó en el rostro de uno de los uniformados. Lo roca golpeó tan duro al agente que este pensó que "le había tumbado los dientes o que su quijada se había roto", según la acusación.
En ese entonces, el contrabandista de personas llevaba menos de dos meses en libertad tras su deportación, después de cumplir una condena de 33 meses en la cárcel por el mismo delito. Tras el ataque, Valencia Cortez, quien nació en Colima hace 39 años, huyó a México, pero allá se efectuó una intensa búsqueda en la que se pidió ayuda a la comunidad para lograr su arresto.
Fue el 11 de marzo de 2016 cuando las autoridades mexicanas lo entregaron en la garita de San Ysidro.
"Esta sentencia es un recordatorio apropiado de que la seguridad de nuestros agentes, quienes ponen su vida en peligro todos los días para proteger al país, es de vital importancia para nuestra oficina y para la comunidad”, dijo la fiscal federal interina de San Diego, Alana Robinson, en un comunicado.
'Coyotes' enfrentan la justicia
El juicio contra Valencia se suma a otros en contra de 'coyotes' en San Diego este año.
Lydiana Castro, residente de Calexico, fue condenada en marzo a ocho años de prisión. Ella desató una persecución en auto con agentes de la Patrulla Fronteriza que concluyó con un aparatoso accidente en el cual fallecieron dos de los cincos indocumentados que transportaba en su camioneta.
En mayo, la cubana Dania Olivero recibió una sentencia de tres años en la cárcel por operar una 'casa de seguridad' para indocumentados en San Diego. La mujer de 51 años fue arrestada a finales de 2016 cuando la Policía descubrió que en su vivienda había 44 inmigrantes sin papeles.
A mediados de julio, el oaxaqueño Pedro Velasco-Manzano, recibió una pena de 12 meses en prisión por colaborar en el contrabando de dos indocumentados que perdieron la vida luego de estar encerrados bajo elevadas temperaturas y sin ventilación dentro de la cajuela de un vehículo que intentó cruzar con ellos a través de la garita de San Ysidro el 14 de agosto de 2014.
Sus cómplices también fueron llevados ante un tribunal. Nicholas George Zakov, un ciudadano estadounidense, fue condenado a 84 meses de prisión; y Eduard Ervemac Saavedra, de Perú, a 63 meses de cárcel.
Miguel Ángel Tejada-Loaiza, un sinaloense de 21 años, fue condenado a dos años de prisión el 14 de agosto. En su intento por huir de las autoridades federales, él terminó estrellando su camioneta y causó lesiones graves a tres de los seis indocumentados que transportaba en un paraje cercano a la garita de Otay Mesa, en el condado de San Diego.
Se espera que en estos días se emita la sentencia contra José Emiliano Aguilar, hijo del cantante Pepe Aguilar, quien se declaró culpable en junio pasado por tráfico de personas, tras introducir a cuatro asiáticos en la cajuela de su auto por la garita de San Ysidro el 14 de marzo.
"Tienen miedo de cruzar"
El que hayan disminuido los arrestos en la frontera este verano, en comparación con el año pasado, no solo es reflejo de las vallas fronterizas, la tecnología y el personal, sino de los juicios contra los traficantes de personas, indicó Eduardo Olmos, vocero de la Patrulla Fronteriza en San Diego.
"Hemos sido más agresivos enjuiciando a los guías", dijo Olmos a Univision Noticias. "Los 'polleros' han dicho a reporteros en México que tienen miedo de cruzar porque los van a meter a la cárcel", agregó el portavoz en una entrevista que se realizó frente a la colonia Libertad de Tijuana, México, un vecindario en el que, según las autoridades, viven muchos traficantes de personas. Por eso no dejan de vigilarlo.
"Sus abuelos eran contrabandistas, sus padres eran contrabandistas y ahora los hijos son", dijo Olmos.
A lo largo de las 60 millas que vigilan 2,400 agentes de la Patrulla Fronteriza en el sector San Diego se han registrado más de 21,600 arrestos desde el 1 de octubre de 2016, esto a poco más de un mes de que concluya el año fiscal. El ciclo anterior concluyó con alrededor de 31,000 detenciones en esa zona.
"Desde enero ha habido una disminución. Unos meses hubo un descenso de hasta un 40%", señaló el agente.
Por otro lado, la agencia federal ha notado un incremento en la cantidad de agresiones contra sus oficiales en San Diego, como la que realizó Valencia Cortez. En lo que va de este año allí se han registrado 62 ataques, esto es 10 más que en todo el ciclo fiscal anterior.
El agente Olmos explicó que se debe a la "desesperación" de los contrabandistas por las detenciones más frecuentes. Quizás ese fue el sentimiento que experimentó el coyote al que la Patrulla Fronteriza le pidió detenerse en la carretera 15, en Rancho San Bernardo, a principios de agosto. Al intentar huir a gran velocidad, la camioneta del contrabandista terminó en un barranco.
Dos jóvenes recién casados que habían emigrado de Oaxaca en busca de una vida mejor en EEUU, perdieron la vida en el accidente. Gloria López, de 15 años, y su esposo Raúl Quiroz, de 20, jamás llegaron a su destino, el Valle Central de California. Se cree que la tercera víctima era el 'coyote'.