LOS ÁNGELES, California.– Ronald Anderson, un diabético de 51 años, se recuperaba en abril de la amputación parcial de un pie en un centro de convalescencia en Willowbrook, cuando empleados lo despertaron para avisarle que no podía seguir allí. Apenas guardó sus pocas pertenencias lo subieron a una furgoneta y lo llevaron hasta un albergue para indigentes en el centro de Los Ángeles.
Abandonar pacientes en la calle, una práctica inhumana que siguen realizando hospitales en California
Mientras legisladores locales y estatales preparan proyectos tratando de poner en cintura a los centros médicos que continúan dejando a su suerte a los pacientes sin hogar, la Fiscalía de Los Ángeles logró que uno de estos pague 450,000 dólares por dejar en la calle a un diabético en silla de ruedas.

En medio de la noche, lo sentaron en una silla de ruedas y a prisa se alejaron del lugar.
"Dejaron mis maletas en la puerta y se fueron como ladrones en la noche", contó a la prensa Anderson, quien aseguró que tampoco le dejaron insulina, poniendo en riesgo su vida. "Se me derrumbó todo. Pensé ‘¿Qué voy a hacer? No puedo conseguir ayuda en un refugio para desamparados y no puedo cuidarme yo solo’. Esto es inhumano", lamentó.
Su caso se resolvió esta semana con un acuerdo extrajudicial de 450,000 dólares y un nuevo protocolo que le impide al centro en cuestión, Avalon Villa Health Care Home, dejar en la calle a pacientes sin hogar e incluso le exige financiar una vivienda temporal si no hay opciones disponibles.
Se trata de la más reciente batalla legal que gana la Fiscalía de Los Ángeles a los centros médicos que insisten en abandonar a indigentes con enfermedades mentales en el barrio de Skid Row, donde viven miles de desamparados crónicos.
Las autoridades creen que esta práctica ilegal se ha realizado desde hace más de 20 años y continúa a pesar de que existe una ordenanza que le prohíbe a los hospitales transportar a pacientes a otro lugar que no sea un centro de salud y sin su consentimiento por escrito.
Gracias a esta legislación, la Fiscalía municipal ha logrado seis acuerdos con hospitales y sanciones civiles contra estos por casi 4 millones de dólares durante los últimos años.
"Desechar pacientes es inhumano y debe terminar", expresó el fiscal municipal Mike Feuer al anunciar este jueves el acuerdo en el caso Anderson. "Dejar que los pacientes más vulnerables se las arreglen solos es inaceptable", agregó.
La oficina de Feuer alega en una demanda civil que la clínica Avalon Villa transfirió a los pacientes sin razón y sin previo aviso en los últimos tres años. Este centro ya pagó miles de dólares a una agencia estatal reguladora para resolver acusaciones relacionadas con la atención de sus pacientes, dijo el fiscal.
Uno de los albergues para desamparados más grandes de Los Ángeles, Union Rescue Mission, a las puertas del cual fue botado Anderson, incluso tuvo que instalar cámaras de vigilancia para captar el momento en que empleados de hospitales dejaban ahí a los pacientes, algunos solo vistiendo batas y sandalias.
Este problema continúa en medio de una crisis por la gran cantidad de personas que deambulan por las calles en el condado de Los Ángeles. Cifras oficiales indican que hay más de 55,000 personas sin hogar en esta región, 17% más que hace un año.
Abandonados en bata de hospital
El primer caso que representó la Procuraduría de Los Ángeles data del año 2007, cuando se descubrió que empleados del proveedor de servicios de salud Kaiser Permanente bajaron de un taxi a Carol Ann Reyes, entonces de 63 años, en la calle San Pedro, en Skid Row.
Una cámara grabó a la mujer caminando desorientada. Aún vestía una bata de hospital. Después de varios minutos, personal del refugio Union Rescue Mission la llevó a un lugar seguro.
"Tratamos de que Kaiser sea declarada culpable y reciba un castigo apropiado por poner a la señora Reyes en grave peligro al dejarla en Skid Row, a millas de donde ella vive", declaró el entonces fiscal municipal Rocky Delgadillo.

Como resultado de esa acusación, Kaiser Permanente acordó establecer nuevas reglas al dar de alta a sus pacientes, brindar más capacitación a su personal y monitorear sus nuevas políticas.
En esa época, la Procuraduría angelina ya investigaba más de 50 casos de este tipo.
En Sacramento, donde viven más de 3,600 desamparados, 30% más respecto al conteo de 2015, sus políticos locales tratan de imitar la ordenanza de Los Ángeles para poner en cintura a los hospitales irresponsables.
En febrero se expuso la historia de Laura Woods, una paciente con cáncer que fue enviada en un vehículo de viajes compartidos del Centro Médico UC Davis a un albergue del Salvation Army en el centro de Sacramento. Según el diario Sacramento Bee, a esta mujer recién le habían practicado una mastectomía doble y el refugio al que la llevaron no tenía espacio para ella. Por eso terminó durmiendo en un auto.
Una encuesta que realizó una organización que aboga por los sin techo encontró que 7 de los 13 albergues en Sacramento dijeron que es común recibir indigentes sin que los hospitales les notifiquen. Por esa razón, señalaron, a menudo no les pueden ofrecer camas, ni otros servicios.
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El Código de Salud y Seguridad de California exige que las clínicas tengan una política para que todos los pacientes, incluidos los desamparados, sean dados de alta y lleguen con su familia, a un hogar de cuidado o a una agencia. Pero no les exige obtener su consentimiento por escrito.
Precisamente esa parte intenta agregar una propuesta de ley del senador Ed Hernández (D-Azusa), que esta semana fue aprobada por la Asamblea de California.
"Las agencias de servicios para personas sin hogar informaron que en muchos casos los pacientes llevaban batas de hospital al llegar y que muchos llegaban en sillas de ruedas o andadores, y algunos con heridas abiertas", cita el proyecto legislativo.
La Fiscalía angelina también abogó por el caso de una mujer de 38 años que fue llevada en una camioneta desde el hospital Tri-City Regional Medical Center (ahora se llama Gardens Regional Hospital), en el sur de Los Ángeles, a las calles de Skid Row en septiembre de 2014.
Esta paciente, que padece una enfermedad mental, solo vestía una bata y en esta colocaron una nota en la que se leía la palabra "esquizofrenia".






























