Yo soy Sunita Malhara, una de las víctimas mortales de las inundaciones en Houston

Así como Sunita Malhara, una ingeniera mecánica que falleció en las inundaciones de Houston, yo viví una situación imprevista, de mucho pánico y temor la mañana del lunes 18 abril.

Aclaración: Escribo esta historia a manera de reflexión, con mucho respeto por la señora Sunita Malhara y por las demás víctimas mortales de las inundaciones en Houston. Al contar mi experiencia personal lo hago con la intención de ayudar a crear conciencia de los riesgos inminentes que hay en la vías de Houston ante fenómenos de lluvias torrenciales e inundaciones repentinas como las ocurridas el 18 de abril de 2016. Siempre hay que acatar las recomendaciones de las autoridades y no transitar por vías inundadas. En todos los casos hay que evitar ingresar en calles con aguas acumuladas y no subestimar el riesgo.

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HOUSTON, Texas. - Las lluvias del lunes 18 de abril en Houston ocasionaron severas inundaciones en varias vías públicas y dejaron un total de 8 víctimas mortales.

La mayoría de las muertes ocurrieron cuando las víctimas transitaban por calles con acumulación de agua.

Cada una de las personas fallecidas tiene una historia que merecería ser destacada, pero hay una en particular de la cual quiero hablar.

Se trata de la historia de Sunita Malhara, una ingeniera mecánica que trabajaba en una compañía petrolera en Houston y quien murió mientras conducía a su trabajo la mañana de ese lunes.

No la escogí al azar sino porque las circunstancias que rodearon su muerte se asemejan mucho a lo que yo misma viví ese día, alrededor de la misma hora, cuando las lluvias inundaron las vías por las que cada día conduzco para llegar a mi trabajo.

La única diferencia entre su historia y la mía es que la decisión que yo tomé en un momento dado —aunque no fue planeada— evitó que mis circunstancias empeoraran y quizás terminaran en tragedia.

Malhara salió de su casa antes de las 6 am para llegar a su trabajo a la 6:30 am, según relató a algunos medios locales Rajiv Singh, esposo de la víctima. Las lluvias sorprendieron a la mujer —quien fue descrita por su esposo como una persona muy precavida, cuidadosa y dedicada al trabajo— mientras estaba en la carretera.

Muy similar fue mi caso. Salí de casa alrededor de las 5:15 am, para tratar de llegar a mi lugar de trabajo a las 6 am.

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Había escuchado en las noticias sobre el episodio de lluvias en la región y por ese sentido de previsión que me caracteriza como mamá y también un poco por la astucia aprendida en el oficio del periodismo, revisé el GPS para asegurarme que mi camino al trabajo fuera seguro y sin contratiempos. También revisé el reporte del tiempo y las advertencias de inundaciones en las vías. Todo parecía estar bien. Salí tranquila.

Me atrevo a asumir, basada en los comentarios del esposo de Malhara, que con esa misma tranquilidad ella salió de su casa rumbo al trabajo. El problema para ella comenzó cuando se percató de que la salida desde la autopista que tomaba a diario para llegar a su lugar de trabajo estaba cerrada por la acumulación de agua.

En su afán de llegar a la oficina —su esposo la describió como muy entregada al trabajo—, intentó tomar una vía alterna, con tal mala suerte que terminó dirigiéndose a un cruce donde la acumulación de agua era peor: el paso a desnivel donde se cruzan la autopista 59 y el periférico 610, en el sector de Galleria, el cual tiene una profundidad de más de 5 metros.

El vehículo de Malhara quedó atrapado en las aguas estancadas en ese lugar, una vía a la que el esposo de Malhara calificaría como "trampa mortal”.

Con la ingenuidad de quien desconoce el peligro inminente en el que está, Malhara llamó a su esposo alrededor de las 6:47 am y le comentó que tenía un pequeño problema. Se había metido en una calle inundada, estaba rodeada de agua y desconocía qué tan profunda era la inundación. También le dijo que veía luces de carros de emergencia. Así lo narró Rajiv Singh a los medios, en un intento por generar conciencia acerca de los peligros de ciertas carreteras de la ciudad cuando se presentan lluvias torrenciales.

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En mi caso, había conducido por casi 30 minutos bajo una lluvia casi imposible de transitar, la cual se presentó de forma súbita cuando venía por el periférico 610. Sabía que era peligroso transitar bajo esas condiciones, pero me decía a mí misma que era más seguro continuar que regresar. Me faltaba poco para llegar a la oficina. Tomé la salida a la calle West Park, en el sector de Galleria, para llegar al edificio de Univision Houston.

Justo al salir, el vehículo que iba adelante de mí se detuvo abruptamente. Noté que el agua estancada en la vía le cubría las llantas. El auto se había detenido porque un camión de bomberos venía en contravía, indicando que no debíamos continuar por esta calle.

Ambos vehículos giramos a la derecha y nos detuvimos en el estacionamiento de una tienda Home Depot. Pronto el vehículo, tipo sedan, que se había detenido conmigo, emprendió su marcha. No supe qué ruta tomó.

Yo estaba a menos de 2 millas de mi oficina y en ese momento pensé que aún podría llegar, si utilizaba una vía alterna. Busque en el GPS y encontré que la calle de la parte trasera de Home Depot, podría llevarme a mi destino.

Emprendí la marcha. Estaba aún muy oscuro. No se podía apreciar desde una distancia corta cuán inundadas estaban las calles. Cuando empecé a conducir, me di cuenta de que esa vía también presentaba inundación, no muy profunda, pero decidí regresar al estacionamiento de Home Depot.

Siempre tuve presente las advertencias que uno mismo como periodista suele ofrecer al público sobre las inundaciones repentinas, pero aún así tenía la idea de que no me iba a pasar nada y que podía continuar.

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Desde el lugar donde estacioné observé que varios vehículos estaban transitando por la vía por donde yo venía inicialmente. Eso me hizo creer que quizás esa ruta no estaba tan inundada como había advertido el vehículo de bomberos.

Traté de volver ahí con cierta confianza en lo que estaba haciendo. Pero estaba totalmente equivocada, los autos que vi desde lejos, transitaban pero al interior de la autopista 610. Me detuve asustada. Abrí la ventana y noté que el agua sobrepasaba la altura de las llantas de mi camioneta. Lentamente empecé a retroceder. Volví al estacionamiento de Home Depot.

Eran las 6:51 am cuando llamé a mi esposo desde el estacionamiento de Home Depot y le conté que estaba rodeada por agua. Le dije que no podía regresar a casa pero tampoco podía ir a la oficina, así que bajaría del vehículo y correría al interior de la tienda.

Así lo hice. Volví a llamar a mi esposo a los pocos minutos y le confirmé que ya estaba segura allí, adentro de Home Depot.

Mientras tanto, casi a la misma hora de mi caótica experiencia, Rajiv Singh intentaba contactar a su esposa de nuevo. No tuvo respuesta, pero confió en que los vehículos de emergencia a los que ella había hecho referencia, estarían ahí para ayudarla. Ese no fue el caso. El vehículo de Malhara terminó varado y sumergido en ese cruce. Nadie vino a asistirla.

Más tarde, las autoridades confirmaron que Sunita Malhara y otro conductor habían sido hallados sin vida dentro de su vehículos sumergidos.

Al igual que Malhara, muy cerca de este cruce, en otro paso a desnivel en la intersección de la autopista West Park y el periférico 610, se reportó la muerte de una joven de 25 años, ocurrida en circunstancias similares.

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Dos historias paralelas, con desenlaces diferentes

Es muy difícil ponerse en los zapatos de alguien más y tratar de especular acerca de las decisiones que toma en situaciones imprevistas y repentinas.

Rajiv Singh aseguró a medios locales en Houston que si su esposa hubiera tenido idea de la situación en la que se estaba metiendo, jamás habría conducido hacia esa calle inundada, porque ella era muy precavida.

En mi caso, yo tampoco busqué estar en una situación de peligro. Así se presentaron los hechos y me desenvolví acorde con las opciones que tenía disponibles.

Creo que el escenario en que se desarrollaron ambas historias fue similar, con la diferencia de que las alternativas que yo tuve, sin duda fueron más favorables que las de Sunita Malhara.

La generosidad brilló en medio de la adversidad

Cuando ingresé a la tienda de Home Depot tratando de encontrar un refugio seguro, una mujer se me acercó y entabló una amigable conversación conmigo. Quizás ella notó mi tensión y esa fue su manera de ayudarme a tranquilizar.

Imagen Liliana Cadavid/Univision45.com

Cuando la amable dama se apartó, yo de inmediato saqué mi computadora para ver si podía conectarme al internet. Me acomodé sobre varios bloques de madera, esperando a que tal vez el personal de la tienda viniera a decirme que no podía hacerlo.

Pero no le di muchas vueltas al asunto. Me urgía empezar a actualizar las noticias sobre las inundaciones y tenía que apostarle a la única opción que tenía para hacer mi trabajo.

Estaba muy concentrada en tratar de conectarme a la red wi-fi de la tienda, cuando la misma mujer que me había abordado antes, regresó a mi lado. Sin decir una palabra me indicó que la siguiera y me llevó hasta una mesa que había adecuado para que me sentara.

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El nombre de esa gentil y dulce mujer es Bertha Nunn, quien resultó ser una de las empleadas de la tienda Home Depot.

Desde que ingresé la tienda, alrededor de las 7 am y hasta las 1:30 pm, estuve haciendo mi trabajo sin interrupciones. Solo levante mi mirada para aceptar una taza caliente de café y un hot dog que Bertha me ofreció.

Los demás empleados de la tienda, incluyendo a la administradora, también me acogieron de manera muy especial. No sabían quién era yo o en que consistía mi trabajo, pero me proporcionaron un espacio calmado para trabajar.

Al final de mi estadía supieron que yo trabajaba para un canal de televisión solo porque los invité a tomarse una fotografía conmigo, para luego mencionar su desinteresado acto en esta historia.

Muchas gracias equipo de Home Depot: Bertha Nunn, José Sandoval, Nausha Bennett, Sabrina Baker, Gloria Bloodworth y Lunetta Scott.

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