Un reo condenado a muerte en Alabama logra por séptima vez diferir su ejecución

Thomas Arthur, condenado a pena capital por un asesinato cometido en 1982, obtuvo una prórroga de la Corte Suprema de Justicia el mismo día en que estaba programada su inyección letal.

Cámara de ejecución
Cámara de ejecución
Imagen Getty Images

Thomas Arthur, un condenado a muerte de 74 años por un homicidio cometido en 1982, estaba preparado para recibir la inyección letal en la prisión de Altmore, Alabama, este jueves a las 18:00 locales. Como si fuese el guión de una película, una decisión de último momento de la Corte Suprema de Justicia lo libró temporalmente de la ejecución.

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La prórroga, la séptima que ha conseguido desde que fue condenado a muerte, podría ser indefinida o solo de algunas horas, el tiempo para resolver algunas cuestiones jurídicas planteadas por los abogados del reo.

La Corte Suprema estadounidense no precisó la duración de la prórroga concedida al preso.

Robert Durham, director ejecutivo del Centro de Información de Pena de Muerte de Estados Unidos, colgó la decisión del Supremo en su cuenta de Twitter.


Para el reo, librarse de la ejecución no es nada extraño. Ésta fue la séptima vez que el condenado consiguió una prórroga. El estado de Alabama ha tratado de ejecutarlo desde 2001, pero gracias a los recursos presentados por sus abogados ha logrado eludir siempre la cita con el verdugo.

En esta ocasión, la defensa recurrió el protocolo de ejecuciones de Alabama y el sistema estatal de pena de muerte, único en el país después de que el Supremo desautorizara uno similar en Florida a inicios de este año porque concede demasiado poder al juez en detrimento del jurado.

"El señor Arthur ha sido condenado a muerte por un juez de Alabama, sobre la base de una recomendación no unánime de un jurado, al término de un proceso de condena a la pena capital que presenta los mismos funestos defectos que el de Florida", escribieron los abogados en el recurso.

Transcurridas cinco horas de la hora prevista para la ejecución, los magistrados decidieron aplazarla para ganar tiempo y deliberar, aunque no le dieron la razón a Arthur.


Arthur ha pasado décadas en el corredor de la muerte de una prisión de Alabama, en el sur de Estados Unidos, después de haber sido declarado culpable de una muerte cometida el 1 de febrero de 1982.

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"Tommy", como es conocido, mató a un hombre, Troy Wicker, cuya esposa se había convertido en su amante. Ella le había prometido 10,000 dólares a su amante con el fin de que matara a su marido.

Arthur le dio un disparo en un ojo a Wicker mntras este dormía en su vivienda de Muscle Shoals, una población mediana del noroeste de Alabama.

Tres meses después, ambos fueron detenidos. Arthur fue condenado a muerte y la esposa de Wicker recibió una cadena perpetua, aunque logró salir bajo libertad condicional tras cumplir diez años de cárcel.

En 1986, Arthur se fugó de la cárcel tras disparar a un guardia -que sobrevivió- en el cuello y escapó a Tennessee, donde fue detenido semanas después por robar un banco y fue extraditado a Alabama.

El condenado siempre ha proclamado su inocencia.

Estados Unidos ha ejecutado a 17 presos en lo que va de año y 1,439 desde que en 1976 el Tribunal Supremo reinstauró la pena de muerte en el país.

Alabama ha llevado a cabo 57 de esas ejecuciones.

En dos semanas, el estado de Georgia planea terminar con la vida de otro reo -Steven Spears- que fue condenado a muerte por asesinar a su exnovia en 2001 y que ha renunciado a presentar recursos para acelerar así la ejecución.

El ritmo de ejecuciones está en baja en Estados Unidos, debido a una conjunción de factores desfavorables a la pena de muerte, entre ellos la escasez de sustancias utilizadas en las inyecciones letales.