Un audio en el que David Santillán, exlíder de la infame banda de motociclistas Mongols, habla sobre una supuesta relación cercana con el agente federal que los investigaba, es el centro de atención en un caso criminal en California. La propia pandilla lo exhibió para tratar de limpiar su imagen.
"Es una rata": la insólita acusación de una banda de motociclistas contra su propio líder
La pandilla californiana Mongols asegura que su antiguo jefe era un informante del gobierno, lo cual facilitó que perdieran un juicio por crimen organizado en 2019 y les impusieran una multa de 500,000 dólares.

Se trata de una conversación telefónica en la que Santillán habla con su esposa Annie sobre la jubilación de John Ciccone, un agente del Buró Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) que espiaba las actividades criminales de los Mongols en el condado de Orange.
"Después de un año él se va y él no puede protegerme, entonces necesitamos una estrategia de salida", le dijo Santillán a su esposa en junio de 2021, sin saber que ella lo estaba grabando.
Tras descubrir que su marido tenía una amante, la mujer envió el audio a otros miembros de la banda y les dijo que su esposo “es una rata”, describe una moción que el abogado defensor de los Mongols interpuso en una corte de Santa Ana, afirmando que Santillán era un informante de la ATF.
Dicho documento solicita un nuevo juicio, tres años después de que la pandilla fue señalada de conspiración para cometer asesinatos y traficar drogas. Un juez la declaró culpable y ordenó que pagara una multa de 500,000 dólares. Ningún miembro en particular fue acusado en ese caso.

El argumento del abogado Joe Yanny es que la supuesta cooperación de Santillán le permitió al gobierno enterarse de la estrategia legal de la otra parte e influyó negativamente en cómo se defendió el caso.
"Era una línea de comunicación inapropiada, particularmente para un agente policial que intentaba condenar a una entidad por ser una organización criminal", dijo Yanny en la corte en junio.
La próxima semana se reanudarán las audiencias, en las cuales ya han testificado Santillán, su esposa y el agente de la ATF en cuestión. Será un magistrado quien determine si hay evidencia suficiente para que se realice otro juicio o se mantiene el veredicto.
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“La verdad prevalecerá”
A finales de junio, Santillán negó rotundamente que estaba dándole información al agente de la ATF. "La relación fue simplemente cordial, una relación respetuosa solo para mantener la paz entre nosotros y el club", declaró en el tribunal, de acuerdo con el canal ABC7.
Cuando un fiscal le preguntó directamente si fue informante de la ATF o de alguna otra agencia federal, el exlíder de los Mongols respondió: “nunca”.
En sus palabras, jamás le fue desleal a su pandilla, que lo expulsó en julio de 2021. "Acabo de decir la verdad y la verdad prevalecerá", dijo él, de acuerdo con el mismo medio.
La ATF y otras agencias federales se infiltran en pandillas, carteles y grupos criminales para recabar evidencia con las cuales puedan formular acusaciones. A cambio, ofrecen a los informantes sentencias reducidas, alivios migratorios, pagos, hacerlos testigos protegidos o incluso inmunidad judicial.
De eso se habría beneficiado Santillán, alegan los actuales líderes de los Mongols.
La banda asegura que el gobierno fue demasiado indulgente respeto a sus problemas con la ley, como haber participado en una pelea en una pista de carreras en 2014 y conducir su coche en estado de ebriedad y chocar varios autos estacionados en 2017.
“No hay manera de que se haya salido con la suya con estos incidentes sin repercusiones legales más significativas, a menos de que algún agente le haya ayudado”, dijo Yanny al diario New York Times.

El agente Ciccone afirmó en la corte hace un mes que solo se acercaba a Santillán cada vez que había reuniones de los Mongols, para evitar que ocurrieran actos violentos.
La esposa de Santillán también fue al tribunal para defenderlo: declaró que su marido jamás fue un informante y si lo había acusado de ser “una rata” fue para vengarse por su infidelidad.
“De lo único que es culpable es de hablar mucho con John (el agente de ATF) y tener algún tipo de relación con él”, dijo ella en una entrevista con el Times.
A través de una moción, la Fiscalía federal respondió que la solicitud de los Mongols para que se haga otro juicio está “repleta de alegaciones y especulaciones falsas y sin fundamento”.
El Departamento de Justicia no ha quitado el dedo del renglón en su intento por obligar a la banda a renunciar a los derechos de su logotipo. Desde 2008 no ha podido lograrlo. Un jurado le dio la razón en 2019, pero un juez rechazó el veredicto al considerar que violaba los derechos constitucionales del club.
Los fiscales ahora piden en una apelación que solo les quiten el derecho de exclusividad.
La banda de los Molgols fue fundada en 1969 en Montebello, un suburbio del condado de Los Ángeles. Tiene alrededor de 1,200 miembros en Estados Unidos, la mayoría hispanos. Varios de ellos han sido convictos por asesinatos, agresiones, tráfico de armas y robos.























