Caso Besy Ayala: La cadena de eventos que llevó al hallazgo del cuerpo de la hispana en un apartamento de Houston

A Besy Ayala, de 39 años, sus familiares la recuerdan como una persona muy alegre y una madre que luchaba por sus hijos. Ella tuvo una relación amorosa de un año y medio con Edwin Gerardo Galdámez-Alas, pero lo dejó porque él era celoso, agresivo, la seguía y amenazaba con matarla, a decir de familiares. Dos meses después de haber terminado la relación, la hispana fue hallada muerta a balazos en su apartamento y a él lo acusan del crimen.

Video Madre de Besy Ayala, una hondureña asesinada en Houston, pide que no dejen libre al acusado del crimen

HOUSTON, Texas.Besy Ayala, una hondureña de 39 años y madre de cuatro hijos, estuvo en una relación de pareja durante un año y medio con Edwin Gerardo Galdámez-Alas, de 29, y en ese tiempo una estela de dolor y temor marcó el camino que la llevó a su muerte, según familiares.

El domingo 9 de abril de 2023, Yosmani, el hijo menor de Besy que tiene 12 años, junto a Jorge, un hermano de ella, descubrieron su cuerpo, con heridas de bala, en el apartamento donde vivía al oeste de Houston, dijo Gladys Barrientos, madre de la víctima, en una entrevista con Univision 45.

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Ese día, al anochecer, doña Gladys había ido con ellos y con una sobrina a ver qué le había pasado a su hija porque no contestaba llamadas o mensajes de texto.

"Ella siempre, siempre, tenía comunicación conmigo, muy seguido. Nosotros nos llevamos muy bien y ella todos los días me texteaba. Cuando ya no me texteaba, le texteaba yo", dijo su mamá.

El domingo, fue la excepción a esa costumbre, porque doña Gladys recuerda que se levantó temprano, hizo una sopa y, como le gustaba bromear con su hija, faltando 10 minutos para la 1 pm, le mandó un mensaje por WhatsApp. "Le puse: hay sopa para la goma (cruda)".

La señora había visto a su hija Besy el sábado anterior, por la noche, en una fiesta familiar en la que celebraban el cumpleaños de una nieta.

Entonces, cuando no le contestó, se le hizo raro, porque sabía que la pareja de su hija la mantenía amenazada. La seguía donde quiera que ella iba y la mantenía controlada. Besy le temía a Edwin Gerardo, porque ya una vez había intentado hacerle daño, armado con un machete, un cuchillo y una pistola, a decir de la madre.

"Ella esa noche andaba muy feliz, hasta me puso a bailar a mí con ella y estuvimos juntas. Compartimos, nos dimos un abrazo, nos dimos un beso. Pero jamás en mi vida yo me imaginé que esa era una despedida que nos estábamos dando", contó.

Hallan el cuerpo de Besy Ayala


“Cuando llegamos al apartamento, yo me quedé de última. No quise adelantarme, sino que quien se adelantó fue el niño… Salió corriendo y entró al cuarto, de una vez. Pero luego iba mi hijo atrás. Cuando mi hijo entró, miró que había mucho relajo en el apartamento y había sangre en la alfombra. Desde que miró eso, pensó lo peor”, relató la señora Gladys.

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Aunque Yosmani estuvo adentro del apartamento y trató de abrir la puerta del cuarto donde yacía su madre, no la alcanzó a ver de cerca. “Mi hijo (Jorge) lo agarró y le dijo: vete para afuera”.

En ese momento el niño salió del apartamento corriendo y cuando su abuela le preguntó qué estaba pasando, él no contestó nada.

“Yo solo lo miré al niño que cuando salió, salió con su carita blanca, blanca, de una vez y no me dijo nada… solo me hizo así (negó con cabeza). Entonces dije yo, algo pasó”, así recuerda ese momento la señora Gladys.

El hallazgo del cuerpo de Besy, con varios impactos de bala, ocurrió a eso de las 8 pm.

Caos y desesperanza afuera del apartamento de Besy


Doña Gladys trató de entrar al apartamento, pero su hijo Jorge se lo impidió. La forzó a quedarse afuera, diciéndole que Besy solo tenía una herida.

“Yo gritaba, desesperada, que yo quería verla, yo quería ver cómo estaba ella. Entonces al rato, pues le dijo mi sobrina, Jorge, mejor dile la verdad a mi tía”, según Gladys.

Cuando ella escuchó decir la frase: “dígale la verdad”, todo su mundo se derrumbó, comentó.

“Yo perdí el control porque nunca, jamás en mi vida, me imaginé que yo iba a perder mi hija. Nunca, nunca imaginé que me hicieran a mí pasar este dolor tan grande que yo estoy pasando”, agregó.

El levantamiento del cuerpo de la madre hondureña


Cuando la policía llegó a la escena del crimen, doña Gladys les pidió que le dejaran ver a su hija, pero tampoco se lo permitieron. Entonces ella permaneció la noche entera afuera, alerta, esperando que la sacaran.

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“Como a las a las 6 am la sacaron del apartamento en una camilla con una sábana negra. Y cuando yo quise acercarme, porque yo quería verla, mi ansia era verle la cara. Yo no pude ir, me desmayé”, dijo.

Tras recuperar el sentido, fue donde los policías le insistieron en no ver a Besy.

“Les suplicaba que por favor me dejaran verla. Siquiera un minuto les dije, denme un minuto para verle la cara a mi hija. Y no pude hacerlo”, explicó esta madre que no logra encontrar consuelo tras la tragedia.

“Esto es súper triste. Yo esto no se lo deseo a nadie. A ninguna madre que tiene sus hijas hembras… que aconsejen a sus hijas. Yo aconsejé mucho a mi hija, mucho la aconsejé. Yo le dije, y hasta se enojaba conmigo a veces, mira, hija, ese hombre no te conviene", recuerda la madre sobre cómo le insistía dejarlo.

Besy, una víctima de violencia doméstica


Doña Gladys no ha podido regresar al trabajo desde que mataron a su hija, se siente destrozada y ahora solo ruega que se haga justicia.

“Yo les pido a las autoridades y le pido a mi Dios eterno… a mi padre celestial que haga justicia, y que ese hombre no salga libre. Porque si ese hombre sale… él va a volver a hacerle daño a otra mujer, porque ya cuando un hombre es así, ya nada lo hace cambiar", anota Gladys sobre el supuesto comportamiento del acusado.

Dice que cuenta su historia con la esperanza de que otras mujeres, en situaciones similares de violencia doméstica, hagan un alto y busquen ayuda de inmediato.

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“Él era un celoso, era un tóxico”, dijo doña Gladys sobre el acusado del crimen de Besy. Recordó que cuando su hija venía a visitarla, él siempre la llamaba para que le probara donde estaba.

“No, aquí estoy donde mi mami... A ver, abre la cámara a ver si es verdad, que estás donde tu mamá. O si salía conmigo, tal vez a veces íbamos al Mall o íbamos a comer en familia, ella tenía que hacerle una videollamada para comprobarle de que ella estaba con nosotros”, detalló.

La madre de la víctima dijo que ellos estaban separados desde hacía unos dos meses, pero él siempre se le aparecía donde ella estaba.

En la madrugada del domingo 9 de abril, después de la fiesta familiar, Besy estaba con amigos y su expareja la siguió y la forzó, con amenazas de arma de fuego, a irse con él al apartamento de ella, según versiones de testigos compartidas con doña Gladys.

La última vez que alguien la vio con vida fue alrededor de las 8 am, de ese domingo. Luego, vecinos dijeron haber escuchado disparos.

Arresto de Edwin Gerardo Galdámez-Alas

La familia de Besy y amigos que estuvieron compartiendo con ella antes de que la mataran, denunciaron a Edwin Gerardo Galdámez-Alas, la expareja de la mujer, como sospechoso del crimen.

La policía estuvo buscándolo y lograron ubicarlo y arrestarlo cinco días después del asesinato, el viernes 14 de abril, mismo día que fue el funeral de Besy.

Según registros judiciales, Galdámez-Alas enfrenta cargos de asesinato y de manipulación de evidencias. Está detenido con una fianza de 250,000 dólares y tiene una orden de requisición de autoridades de inmigración.

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“Él se quiso transformar para que la policía no lo no lo detectara. Él siempre tenía barba y se la quitó… quería despistar a la policía porque, al parecer, se quería escapar”, contó la señora Gladys.

Existe ayuda para casos de Violencia Familiar


Según HHS Texas, la violencia familiar ocurre cuando un miembro de la familia o del hogar lastima físicamente o abusa emocionalmente a otro miembro del hogar. Un cónyuge o una pareja, un hombre o una mujer, pueden sufrir violencia familiar. Si usted sufre algún tipo de abuso, sepa que HHS Texas ofrece ayuda:

  • Refugio temporal las 24 horas. Los centros estatales proporcionan alojamiento de emergencia a corto plazo para los sobrevivientes de violencia familiar, las 24 horas y todos los días del año.
  • Línea de ayuda las 24 horas: 800-799-7233 (SAFE). Esta línea telefónica es atendida las 24 horas del día, todos los días del año, por voluntarios y empleados capacitado.

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