El pintor Roberto “Robentz” Márquez, residente de Dallas, dejó todo atrás para ir a Ucrania, ahora pinta murales y rescata cuerpos de soldados o civiles asesinados en la invasión rusa.
Un pintor hispano dejó Texas para rescatar cuerpos y entregarlos a sus familias en Ucrania
El pintor Roberto “Robentz” Márquez, de origen mexicano y residente de Dallas, dejó una vida tranquila para ir a Ucrania a hacer murales de protesta contra la guerra y ayudar en el rescate de cuerpos que dejan los combates.

Se enlistó con un grupo de voluntarios destinado para sacar cadáveres de las tumbas improvisadas y entregarlos a sus familiares para que les den digna sepultura.
Como voluntario recibe comida y techo sin costo, pero sigue usando recursos propios para mantenerse allá el tiempo que sea necesario.
"El estar aquí escarbando y que una madre esté al lado llorando por ese hijo que se está sacando, es una situación muy difícil. Son cosas en donde a veces no encuentro las palabras para describirlo", dice Márquez.
Las sábanas sucias con las que cubre los cadáveres las usa para fabricar el lienzo, con el cual y debajo de un puente destruido, pinta con esperanza algo más que una réplica de la famosa obra de Guernica de Pablo Picasso.
"Es una pieza que viene a ser testimonio de una catástrofe que está pasando y que hasta ahora es muy difícil de digerir. Y bueno, ojalá que sea bien recibida", expresa Márquez.
Márquez pinta murales y los guarda en su teléfono celular. Dice que reflejan no sólo a una madre perdiendo a su hijo, sino la destrucción de las ciudades y la devastación de un país completo.
El pintor Roberto Márquez hizo mural en icónico puente destruido de Ucrania
En un puente que está a 12 millas de Kiev, la capital de Ucrania, y que fue derribado por el ejército de ese país para evitar que las tropas rusas entraran a la ciudad, “Robentz” pintó su versión del Guernica.
"Estoy en lo que viene siendo el río que divide la capital de Ucrania que es Kiev e Irpin. Este puente es una de las imágenes icónicas", cuenta desde una videollamada.
"En esta área fue cuando empezó la agresión de los rusos a lo que viene siendo la ciudad de Pucha, una ciudad que está alrededor de 4 kilómetros de Irpin y salieron huyendo hacia la capital, o sea hacia aquí".
Tras ser testigo de esa devastación, Robentz retomó el origen por el cual decidió ir a Ucrania y desde el lugar de los hechos, plasmar en una pintura el dolor, la angustia, la injusticia y el horror que está representando la invasión rusa.
Su obra será donada a un museo o alguna galería en donde sirva como un testimonio más de lo que no debe suceder.














