“A sus cuatro meses saltaron las alarmas, cuando su pediatra nos envió a una neuróloga, ya que Alberto no conseguía hacer lo que otros niños de su edad iban consiguiendo”, comenta el papá de Alberto Rodríguez, un niño de tres años que vive en España. Sufre de paraplejía espástica 50, una rara enfermedad que afecta su desarrollo y no tiene cura, hay menos de 100 casos en el mundo. Su “única oportunidad” está en un centro médico en Dallas, Texas. Con ayuda de un tratamiento experimental puede enfrentar el avance del padecimiento.