El magnate tejano Kelcy Warren, presidente y CEO de Dallas Energy Transfer Partners, es uno de los mejores 10 jefes de Estados Unidos, según la revista Fortune 100, quien lo colocó en el puesto número 8.
Multimillonario de Dallas se encuentra entre los 10 mejores jefes de Estados Unidos
El presidente y CEO de Dallas Energy Transfer Partners, empresa con la que la precandidata presidencial Elizabeth Warren mantiene una controversia, está entre los mejores líderes según Fortune 100.


El año pasado, el empresario que nació en Gladewater, fue incluido en la lista de los hombres más ricos de Estados Unidos de Forbes 400.
Según ese análisis el ejecutivo ha amasado una fortuna de $4.3 mil millones, lo que lo colocó en el puesto No. 159 de los hombres más ricos del país y el No. 17 de Texas.
Y ahora en este nuevo estudio, se le considera uno de los mejores jefes, recibiendo el 97% de calificación de sus empleados en sus funciones como líder, quedando en el puesto número 8, solo dos puntos por debajo de Mark Zuckerberg de Facebook.
Entre otras cosas sus empleados aseguran que el empresario mantiene una actitud relajada y que favorece un "estilo de gestión colaborativo no jerárquico".
El magnate que vive en una propiedad de 8 acres valorada en $25 millones en Preston Hollow, Dallas , fue descrito en el 2015 por Bloomberg como alguien que "sigue siendo una especie de chico de pueblo pequeño al que le gusta tener amigos en su mansión de Dallas los miércoles para tomar cervezas".
Sin embargo, su éxito no ha estado libre de controversias.
Recientemente la senadora y candidata presidencial del Partido Demócrata, Elizabeth Warren, entró en una controversia con Energuy Transfer.
La senadora de Massachusetts emitió una carta pública pidiendo que el ex Secretario de Energía de Estados Unidos, Ricky Perry, renunciara a la junta directiva de Energy Trasnfer (la empresa que lidera Kelcy Warren), por considerar que retomar ese cargo, después de haber salido del gobierno, es algo poco ético.
Energy Transfer, posee y opera más de 86,000 millas de tuberías en todo Estados Unidos, entre los cuales se encuentra el muy controversial Dakota Access Pipeline y el Trans-Pecos Pipeline, quienes se construyeron pese a las quejas de grupos de nativos americanos, ambientalistas y miles de opositores.


