Los acusan de esclavizar a una joven por 16 años, ellos afirman que la trataban como a una hija

El hijo de un presidente de la República de Guinea y su esposa están acusados de haber traído a una niña a EEUU y obligarla a cocinar, limpiar y cuidar de sus cinco hijos. Mientras estos iban a la escuela, hacían deportes y vestían a la moda, la joven dormía en el piso y era maltratada cuando se negaba a seguir sus instrucciones, afirma una querella federal. Abogados de la pareja aseveran que "nunca fue esclavizada y era considerada "una integrante de la familia".

Video Detienen a pareja de Southlake acusada de esclavizar a joven

Cuando venía rumbo a Estados Unidos, dejando atrás a su natal Guinea, una "amable azafata" le regaló una galleta y un juguete, según le relataría 16 años después a autoridades federales. Ese sería su recuerdo más claro de aquel viaje sin retorno, en el que habría tenido entre 5 y 14 años. Su edad exacta se desconoce.

Documentos judiciales del caso ofrecen detalles de la vida que la joven asegura haber encontrado en el norte de Texas, a donde fue traída por una pareja de exilados de su país: largas jornadas en las que debía limpiar, cocinar y lavar, en medio de gritos y palizas con un cable de electricidad, mientras ella misma crecía cuidando de los cinco niños de la familia.

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De acuerdo con la querella presentada esta semana, logró escapar con la ayuda de vecinos en agosto del 2016.

Denise Cros-Toure y Mohamed Toure, hijo del primer presidente de Guinea, Ahmed Sekou Toure, fueron arrestados el miércoles y acusados de someter a la joven a trabajos forzados. Sus abogados niegan los alegatos.

"Nunca fue esclavizada, forzada a hacer nada en contra de su voluntad", aseguró Scott Palmer, representante de Cors-Toure, quien confirmó a Univision Noticias los lazos políticos del acusado.

Los Touré viven en un vecindario adinerado de Southlake, en una casa valorada en 590,000 dólares y sus principales ingresos provienen de depósitos realizados desde el exterior, según la querella. Entre el 2000 y el 2016 recibieron en promedio 200,000 dólares al año.

Sus representantes legales aseguran que la familia está "devastada" y fue sorprendida por la acusación. La pareja, que fue detenida, tiene una audiencia el lunes. Los fiscales tienen 30 días para presentar su caso ante un gran jurado que decidirá si el caso avanza.

Querella: palizas y trabajo forzado

De acuerdo con el testimonio de la joven, era una niña cuando su propio padre la dejó en la ciudad para que trabajara con la familia Cros. Dejó así su casa de barro, de un solo cuarto y sin electricidad, en un área rural de Guinea, en África Occidental. Le pidieron cuidar a una niña ciega. En alguna ocasión que estaba triste, le dijeron que "dejara de llorar porque ahora ellos eran su familia".

Luego de uno o dos años, según la querella, la familia Cros-Toure coordinó para traerla a Estados Unidos. Llegó el 19 de enero del 2000 a Houston y de allí a Dallas, sin hablar inglés, se comunicaba en su dialecto y poco de francés. En el aeropuerto la esperaba Cros-Toure y sus tres hijos mayores, que tenían cerca de 5, 8 y 9 años. La visa de turista que traía la menor expiró tres meses después y la dejaron sin estatus legal en el país.

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A su llegada a la residencia de los Toure, se le pidió que cuidara del hijo menor de la pareja, de aproximadamente dos años de edad. Pero sus tareas fueron aumentando. En jornadas que empezaban a las 6:30-7:30 am y no terminaban hasta que los cinco niños de la pareja se dormían. Limpiar, cocinar, lavar, trabajos de pintura y jardinería, eran parte de las labores que se le exigían sin pago, señala la querella presentada en la corte federal del Norte de Texas.

La declaración jurada del agente especial del Servicio de Seguridad del Departamento de Estado que investigó el caso destaca el supuesto trato desigual que habría recibido: mientras los niños de la pareja iban a la escuela y luego a la universidad, no hay registro de que la joven haya sido inscrita en el distrito de Carroll ISD. Los hijos de los Toure iban bien vestidos y arreglados, mientras que ella usaba ropa vieja y usada, incluso por los varones. Para ellos había actividades deportivas y automóviles, pero a ella no la dejaban ir a jugar con otros niños. Por años, durmió en el piso y solo fue al médico cuando sufrió una infección y debieron extraerle un diente. No la dejaban sentarse en la mesa a comer con ellos.

La pareja le decía a otros que la joven era su sobrina y, cuando tuvo edad para haber culminado la escuela, que ya se había graduado de la preparatoria. Ella misma lo repetía porque "se avergonzaba de que no fuera cierto", señala la querella.

El pasaporte de la joven se venció en el 2003. Eventualmente, Cros-Toure le permitió trabajar como niñera con otras familias que le pagaban entre 20 y 40 dólares y le pidió a uno de los hijos de la familia que le comprara una tableta Kindle Fire.

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Autoridades federales afirman que la joven fue objeto de maltratos físicos y emocionales. En una ocasión, le arrancaron un arete rompiéndole el lóbulo de la oreja y en otras le pegaban con un cable de electricidad. "Observé cicatrices consistentes con el haber sido golpeada con un cable eléctrico en los brazos", indicó el agente federal. Con frecuencia, "la botaban de la casa para castigarla" y algunas veces "tuvo que dormir en un parque hasta que Cross-Touré le permitía regresar", acotó.

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Refutan acusaciones

"Creemos que esta querella está repleta de alegatos deshonestos, invenciones y mentiras", señaló Palmer, el abogado de Cros-Touré en una rueda de prensa.

Al rechazar las acusaciones, los abogados de la pareja aseguraron que la joven "era considerada como una integrante de la familia y tratada como una hija".

"Tenía tareas, pero todos los niños tenían tareas. Le encanta la jardinería. No era considerada una empleada doméstica", dijo Palmer, quien insistió en que no era una niñera.

De acuerdo con la ley federal, los trabajadores domésticos, sin importar su estatus migratorio, deben recibir al menos el salario mínimo por sus servicios.

La defensa mostró fotos que supuestamente la joven --quien no ha sido identificada por las autoridades-- habría publicado en las redes sociales, en las que aparece vestida de gala o arreglada. Aseveraron que le encanta correr y que con frecuencia hacía ejercicio fuera de la casa. Negaron que haya escapado o que estuviese aislada. Especularon que busca obtener una visa para víctimas que colaboran con las autoridades.

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Según agentes federales, el calvario de la joven terminó cuando se salió por una ventana de la vivienda luego de una discusión y vecinos la ayudaron a dejar la casa de los Touré. Varios de ellos aparecen como testigos en la querella en contra de la pareja, que debe presentarse en la corte este lunes.

De ir a juicio y ser condenados, podrían pasar hasta 20 años en prisión.

Con información de Laura Cruces, reportera de Noticias 23.

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