DALLAS, Texas.- William Rodríguez lo acepta ante la cámara, es abogado y dice “ en un momento de mi historia pertenecí al Cartel de Cali”, pero esto quedó atrás ahora busca promover que los jóvenes y las familias se alejen de las drogas.
William Rodríguez: ex líder del Cartel de Cali ahora lucha contra las adicciones
Fue el tercero al mando del Cartel de Cali y ahora ha cambiado su vida, lejos de las adicciones y el poder, lo que William Rodríguez dice buscar es ayudar a los jóvenes a no caer en las drogas, ni el narcotráfico.

El colombiano, que reside en Estados Unidos, formó parte del panel de expositores del Simposio Internacional de Adicciones y Recuperación programado este fin de semana en Dallas. Si quieres registrarte o saber más de este panel puedes consultarlo dando click aquí.
Este espacio junta expositores que hablan de abordar la salud mental cómo método para combatir las adicciones, y Rodríguez expuso cómo logró salir del mundo de las drogas y del poder. Él acepta que “las personas tenemos adicción a algo, no sólo a las drogas y al licor, yo por ejemplo soy adicto al poder y al reconocimiento”.
En su juventud fue nombrado el tercero al mando del Cartel de Cali, organización criminal fundada por su padre Miguel Rodríguez Orejuela y que junto con el Cartel de Medellín lograron controlar la distribución de droga en Estados Unidos y hasta Europa en las décadas de los ochenta y noventa.
La historia de los carteles colombianos y mexicanos son abordadas en las series de plataformas de streaming y televisión, pero Rodríguez tiene fuertes críticas a estas: dice que glorifican el mundo del narcotráfico cuando en realidad destruye familias y golpea la vida de cientos de niños.
“No lo hacen de mala fe, pero lo hacen (porque es una empresa) es un efecto boomerang”, cuenta para Noticias 23. “Lo que hacen es mostrar una glorificación hacia una actividad que no es, porque no es la forma de obtener el éxito, ser un narcotraficante”.
Dice que de jóvenes se quieren las cosas fáciles y se ha mostrado una visión errónea del narcotráfico, al decir que se puede tener dinero y mujeres, sin contar que pocos llegan a sobrevivir en este ambiente.
“ La gente se ilusiona pero no es tan fácil. Lo vas a obtener (dinero y mujeres) pero pocas personas, de 1.000 llegará uno al lugar donde llegué yo”, dice.
Su vida cambió, relata, en 1996 cuando estuvo a punto de morir en un atentado a tiros y desde esa fecha ha vivido un proceso constante de psicoanálisis y transformación.
“Tuve un atentado en el 96 cuando recibí varios impactos de bala y yo creo que ese día cambió la historia, porque Dios me mostró que el único poder supremo es él”, confiesa. “Mi familia ha sido destruída totalmente por estar en ese mundo y pues hemos vivido situaciones extremas durante mucho tiempo y eso es lo que yo muestro”.
Ahora quiere probar cómo las situaciones extremas, a la que están expuestas algunas personas desde niño, dejan cicatrices en la edad adulta y que esto condiciona las decisiones buenas o malas que se tomen, y por esto habla de las adicciones.
“Desde niño estoy padeciendo situaciones y traumas que me afectaron en mi forma de ser. Y de pronto, si hubiera tenido una ayuda situación psicológica o mi padre, mi abuelo, pues fuera otra historia la de mi familia”, acepta.
Él repite que se acercó a Dios y que vio que estaba en un lugar equivocado. Ahora busca que los adolescentes no caigan en las drogas, ni en el narcotráfico.












