Esperanza en la lucha contra el coronavirus en casa

Después de semanas de angustiante espera, hoy pese a una larga fila fría espera, mi mamá junto a otros ancianitos de DFW lograron vacunarse y no precisamente en su condado.


Imagen Ana Maria Vargas

Dallas, Tx- A poco más de diez meses de padecer los estragos y efectos de esta esta larga pandemia del Coronavirus, hoy inicio de la mano de mi mamá, el proceso de vacunación contra este virus mortal.


Mi mamá forma parte del grupo incluido en la Fase 1-B y desde que se inició el proceso de vacunación para ese sector de la población aquí en el Norte de Texas me aplique a seguir el proceso de registro para sacar una cita para ella y que pudiera ser vacunada. Comencé en mi Condado, Collin, la registré, recibí confirmación vía telefónica de su registro, después una llamada en la que aparentemente limitaban la vacunación a ciertas ciudades del Condado y poco tiempo después otra en la que confirmaban que mi mamá estaba incluida en la lista de registrados, muy confuso y contradictorio.


Los días transcurrían, las semanas y la espera era cada vez más angustiante al estar actualizada con toda la información como periodista de Univision, Noticias 23 DFW, sobre el aumento de contagios y de muertes de COVID-19 en nuestra área, el incremento de las hospitalizaciones junto al reto de contener su propagación.

PUBLICIDAD

Una impotencia y frustración comenzaban a molestarme porque no concebía que, estando tan informada, no pudiera vacunar a uno de los seres que más quiero en mi vida.


La incertidumbre sobre saber si realmente estaba registrada en Collin, y ante la falta de información sobre su cita, me llevó a solicitar una cita en otros Condados: Tarrant y Dallas. Sin embargo, tras conocer la oportunidad que abría esta semana el Condado Dallas con la aplicación de la inmunización a cualquier residente de 75 años o más, esto me motivó a llevarla para que se la aplicarán.

Fue una espera que comenzó a las 11:30AM y que culminó en menos de un minuto, tiempo que duró la aplicación de la inmunización pero que en realidad terminó a las 5:00PM e implicó formarse por varias millas de distancia en nuestros vehículos.

A lo largo del recorrido percibimos desorganización y falta de señalamientos o información, guía durante el recorrido o en los puntos estratégicos; Había poca vigilancia y agilización del tráfico por parte de la Policía de Dallas, lo provocó que en una de las intersecciones los vehículos se metieran en la línea, sin respeto a los demás automovilistas.

Nadie informaba, todos solo hacían rápido su trabajo, pero no había orientación en los estacionamientos donde debías esperar por varias horas. Cuando las personas querían ir al baño, debían pedir un aventón a los carritos de golf que circulaban por el parque para acercar a las personas (la gran mayoría de la tercera edad, muchos en bastones y sillas de ruedas) y de regreso a su auto a seguir esperando su turno, formados para ir de un estacionamiento a otro.

PUBLICIDAD

Después el último y filtro más feliz, donde todos los afortunados de la tercera edad aguardan en sillas su turno para el momento del “pinchazo”, de la inyección, que según me dijo mi mamá es tal la emoción de recibirla, que ni la sintió.

Que nos dejó esta jornada a mi mama de 81 años y a una servidora, que a pesar de las limitaciones físicas y de salud de muchos de los presentes, del intenso viento helado que sopló a lo largo de todo el día, nada representó un impedimento para cientos de ancianos que acudieron a protegerse contra este mal que tanta muerte y dolor ha causado en la humanidad.

Durante la espera platique con muchos de los presentes, el joven delante de mí que llevaba a su papá de 76 años, al otro que llevaba a su mama de 87 años a quien el Coronavirus estuvo a punto de arrebatarle la vida, a otro trabajador que se tomó el día junto a su esposa para aprovechar este recurso sin costo, hispanos, anglosajones, asiáticos, afroamericanos, cada uno con sus propias historias y temores pero bajo una misma causa: la protección; que pese al cúmulo de residentes aguardando su turno, todos y cada uno estaba dispuesto a esperar como soldados por ésta oportunidad de intentar proteger su salud y aguardar por la segunda vacuna o dosis, en tres semanas, porque esta historia aún no termina.

Un aplauso al Condado Dallas y a todos los involucrados en este arduo proceso, gracias por expandir la oportunidad a otros residentes que confían en la ciencia y en la protección que ofrece esta vacuna.

PUBLICIDAD

Mientras tanto no queda más que no bajar la guardia, seguir haciendo nuestra parte, guardando distancia y usando cubrebocas, los que se aplicaron la primera dosis que se apliquen la segunda y a los que aún no calificamos y que deseamos inmunizarnos contra el COVID-19, solo queda seguir informados con Noticias 23 y aguardar pacientes el gran día.

Te puede interesar

: