Por qué en septiembre aparecen más cucarachas en Texas y cómo mantenerlas fuera
En septiembre aumenta la presencia de cucarachas en Texas. Te explicamos por qué sucede, cuáles son las especies más comunes y qué pasos prácticos puedes seguir para proteger a tu familia y mantener tu hogar libre de estos insectos.
Con la llegada del otoño, muchas familias en Texas notan un visitante indeseado:
las cucarachas. Septiembre y octubre son meses de mayor actividad porque las lluvias, el calor que aún persiste y las primeras noches frescas empujan a estos insectos a buscar refugio adentro. En esta guía te explicamos
por qué ocurre, qué especies son más comunes en el estado y qué medidas prácticas puedes tomar para
proteger a tu familia y tu hogar.
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El contexto: por qué se multiplican en esta temporada
Texas ofrece un escenario perfecto para las cucarachas:
calor casi todo el año, humedad tras tormentas y viviendas con muchas entradas pequeñas. Cuando llegan los primeros frentes fríos,
estos insectos aprovechan cualquier grieta para meterse a cocinas, baños y cocheras, indican las autoridades. A diferencia de otros insectos, las cucarachas no desaparecen en invierno:
En exteriores se refugian en alcantarillas, drenajes, pilas de hojas y grietas de patios.
En interiores sobreviven gracias a la calefacción, la comida almacenada y la humedad de fregaderos o baños.
Por eso en septiembre y octubre el problema se nota más:
las lluvias las desplazan y los cambios de temperatura aceleran su búsqueda de refugio.
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Las cucarachas más comunes en Texas
Americana: grande, rojiza, muy común en drenajes y alcantarillas. Puede medir hasta 5 cm.
Smokybrown: más oscura, suele venir de árboles, patios y tejados.
Alemana: pequeña, ámbar con dos líneas oscuras; la más problemática en interiores por su rápida reproducción.
De bandas cafés: busca lugares secos y cálidos como alacenas altas, detrás de cuadros o muebles.
En algunas regiones se les llama
“palmetto bugs” a las especies grandes, lo que genera confusión porque en realidad siguen siendo cucarachas.
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Riesgos para la salud
Las cucarachas no solo causan repulsión:
son portadoras de bacterias y una fuente importante de alérgenos que empeoran el asma, sobre todo en niños y adultos mayores. Pueden
contaminar superficies de cocina y utensilios con sus patas. Por eso la prevención no es solo una cuestión de comodidad,
sino de salud pública.
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Cómo proteger tu hogar: guía práctica
Las autoridades de salud en Texas recomiendan:
Bloquea entradas Instala materiales que puedan bloquear y “door sweeps” en puertas exteriores.
Coloca mallas en ventanas y respiraderos.
Sella grietas con silicón o masilla, sobre todo en áreas donde entran tuberías y cables.
Controla la humedad Repara fugas en baños y cocinas.
Ventila espacios cerrados.
Evita charcos en patios y cocheras.
Elimina comida y refugio Guarda alimentos y croquetas en recipientes herméticos.
Limpia grasa y migas, incluso detrás del refri y la estufa.
Mantén la basura bien cerrada y sácala a diario.
Reduce cajas de cartón acumuladas.
Monitorea Coloca trampas en esquinas, bajo fregaderos y detrás de electrodomésticos.
Revisa semanalmente: sirven como “alerta temprana” de infestación.
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Tratamiento seguro y efectivo
Cebos en gel: son la mejor opción en interiores. Las cucarachas los comen y llevan el veneno al nido. Colócalos en gotas pequeñas en esquinas y grietas.
Evita aerosoles y foggers: suelen dispersar a las cucarachas y dejan residuos dañinos para personas y mascotas.
Polvos (ácido bórico o tierra de diatomeas): pueden usarse en huecos secos y fuera del alcance de niños.
Si
ves cucarachas de día, encuentras varias cada noche o notas un olor extraño en alacenas, es señal de infestación: en ese caso, lo mejor es llamar a un profesional con licencia del
Texas Department of Agriculture.
Las cucarachas son una realidad en Texas, sobre todo cuando cambia la temporada. Con medidas sencillas de prevención (sellar entradas, reducir humedad, limpiar restos de comida y usar cebos seguros) puedes
reducir su presencia y proteger la salud de tu familia. La clave está en prevenir antes que reaccionar, porque
una vez dentro, eliminarlas puede ser más difícil y costoso.