El cierre de gobierno federal más largo de la historia ocurrió en el primer mandato de Donald Trump, duró 35 días, entre diciembre de 2018 y enero de 2019. El actual, que comenzó el pasado 1 de octubre, sin visos de solución, bien puede acabar superándolo: de momento está a una semana de los 21 días del que ocupa todavía el segundo lugar, el de Bill Clinton en 1995.
Por qué este podría ser el cierre de gobierno más largo de la historia
Johnson se niega a ceder mientras los demócratas insisten en mantener las ayudas de salud del Obamacare. Sin una salida a la vista, el cierre se espera que continúe.
“Nos encaminamos hacia uno de los cierres más largos en la historia de Estados Unidos”, dijo el lunes el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, advirtiendo que “no negociará” con los demócratas hasta que estos detengan sus exigencias en materia de salud y voten a favor de reabrir el grifo de la financiación para la administración.
Sin una salida a la vista, el cierre se espera que continúe por tiempo indefinido. La paralización ha detenido operaciones gubernamentales rutinarias, cerrado los museos Smithsonian y otros importantes espacios culturales, y ha causado caos en los aeropuertos por interrupciones de vuelos, inyectando aún más incertidumbre en una economía ya frágil.
Johnson, republicano de Louisiana, citó al presidente Barack Obama cuando dijo en 2013 que "no pagaría un rescate político a cambio de reabrir el gobierno".
“Lo que Barack Obama exigió entonces es exactamente lo que los republicanos decimos ahora: no permitiremos que el pueblo estadounidense sea tomado como rehén por exigencias partidistas”, declaró.
En qué punto están las negociaciones en el Congreso
La Cámara de Representantes está fuera de sesión legislativa, con Johnson negándose a convocar a los legisladores de vuelta a Washington, mientras que el Senado, cerrado el lunes por el feriado federal, regresará al trabajo este martes. Pero los senadores están atascados en un callejón sin salida tras múltiples votaciones fallidas, ya que los demócratas insisten en pedir una extensión de las subvenciones contempladas en la Ley de Cuidado de Salud Asequible (conocida como Obamacare), de las que dependen millones de personas en EEUU para poder pagar sus seguros médicos.
Johnson defendió su decisión de no convocar a los legisladores. “Estamos trabajando en las asignaciones presupuestarias”, declaró. “El próximo paquete de proyectos de ley ya está en preparación”.
“No sé qué están haciendo los demócratas, pero los republicanos de la Cámara hemos estado muy ocupados”, añadió. “Están haciendo un gran trabajo en sus distritos, ayudando a sus comunidades a sobrellevar esta crisis provocada por Chuck Schumer y su partido. El ‘cierre de Schumer’ está causando un dolor real a gente real: veteranos, ancianos y personas que dependen de estos servicios”.
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Por su parte, en una entrevista con MSNBC, el líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, aseguró que, tras cuatro semanas con la Cámara Baja prácticamente paralizada por los republicanos, no hay negociaciones reales en curso. “Han desaparecido del mapa”, declaró.
Con el Congreso y la Casa Blanca en punto muerto, algunos apuntan a finales de mes como la próxima fecha límite para intentar reabrir el gobierno.
El periodo de inscripción abierta para el programa de salud en disputa (cuya extensión exigen los demócratas) comienza el 1 de noviembre, y millones de estadounidenses podrían enfrentarse a aumentos drásticos en las primas de sus seguros. Según cálculos de la Fundación Kaiser, los costos mensuales podrían duplicarse si el Congreso no aprueba la renovación de los subsidios antes del 31 de diciembre.
Además, a finales de octubre, miles de empleados públicos, incluidos asesores de la Cámara Baja, se quedarán sin recibir sus salarios debido a la paralización gubernamental.
Encuestas recientes muestran que los votantes estadounidenses culpan prácticamente por igual por el cierre de gobierno a demócratas, republicanos, e incluso al propio Trump.
Los republicanos dicen que el tema de salud puede abordarse después, una vez que el gobierno vuelva a abrir, pero los demócratas no creen que vayan a cumplir esa promesa. El gran paquete de gastos aprobado a principios de año por los republicanos ya incluye la pérdida del acceso a la atención médica para más de 15 millones de personas.
Peculiaridades de este cierre de gobierno
Durante el primer mandato de Trump, el país vivió el cierre gubernamental más prolongado de su historia, provocado por su exigencia de fondos para levantar el muro fronterizo con México. Aquella parálisis se extendió por 35 días, hasta que finalmente se alcanzó un acuerdo en 2019.
Ahora, su administración vuelve a recurrir a medidas excepcionales: ha ampliado los despidos de empleados públicos, una maniobra que ha despertado críticas incluso entre miembros de su propio partido. Al mismo tiempo, el gobierno está decidiendo de manera selectiva quién sigue cobrando y quién no, aprovechando fondos alternativos y los recursos disponibles por la llamada 'gran y hermosa ley' de Trump, ya vigente.
El Pentágono, por ejemplo, anunció el fin de semana que consiguió reorientar unos 8,000 millones de dólares no utilizados en investigación y desarrollo para garantizar el pago de las nóminas militares, que corrían peligro inmediato. En contraste, el Departamento de Educación enfrenta recortes severos que han afectado programas de educación especial y actividades extracurriculares, entre otros.
De acuerdo con la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), la Casa Blanca aún dispone de márgenes legales para financiar tareas esenciales mediante fondos obligatorios establecidos en la ley de reconciliación de 2025 y otras fuentes similares. En una carta dirigida a la senadora Joni Ernst, la CBO detalló que Defensa, Tesoro, Seguridad Nacional y la Oficina de Administración y Presupuesto fueron algunos de los departamentos que recibieron partidas específicas bajo esa normativa.
Con información de AP.
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