Encañonan a comerciante hispano a plena luz del día muy cerca del edificio de la policía de Austin

Una familia hispana dueña de un camión de comida en Austin ha pasado por serias dificultades económicas que iniciaron con la pandemia de coronavirus. Sin embargo, esta semana enfrentaron algo peor: el padre de familia fue encañonado por un hombre a quien le pidió que no hiciera del baño atrás de su negocio.

“ Vino a cargar gasolina, desgraciadamente no le dieron permiso de entrar al baño y vino a hacer acá atrás”, dijo Ángel Garduño. “ Yo le dije que no hiciera del baño y se retiró. Terminó de cargar gasolina y regresó. Yo me subí a la troca a echarla a andar. Cuando menos me di cuenta, ya estaba ahí junto de mí y traía la pistola. Agarró y me la puso en la cabeza”, narró Ángel.

El incidente ocurrió este martes cerca de las 3:30pm en el negocio de la familia, ubicado cerca de la calle Sexta y la Interestatal 35.

“Lo primero que pensé fue en agarrar el bat que tengo ahí en la cocina”, dijo Matilde Olguín, esposa de Ángel, quien atestiguó lo ocurrido. “Cuando yo me asomé, mi esposo me dijo que no me saliera, que me metiera porque traía pistola… Me dio miedo, me puse a llorar. No sabía ni qué hacer”, agregó.

Minutos después el sospechoso subió a su auto y se fue del lugar. Ángel llamó a la Policía. Sin embargo, a pesar de que el Departamento está a pasos de su negocio, más de dos horas después no habían llegado. “ Ayer les hablé. Cuando les hablé eran como cuarto para las 4:00pm. Nos fuimos de aquí como al 20 para las 6:00pm. Nunca llegaron”, dijo Ángel.

Este hecho es tan solo uno de tantos eventos que Ángel y Matilde han pasado en un año y medio que tienen con su negocio de comida.

“Han pasado muchas cosas. No quisiera que alguien de mi familia o yo tuviera que pasr algo grave para que nos hagan caso”, dijo Matilde.

La familia ha pasado gran dificultad económica. Primero, a causa de la pandemia de coronavirus y ahora debido a las manifestaciones que se registran en el área que los han obligado a cambiar sus horarios de servicio. “Aquí hay que batallar mucho con las protestas. Ahorita ha cambiado bastante el negocio. Han bajado mucho las ventas”, dijo Ángel.

A pesar de las dificultades económicas, la familia asegura que seguirá con su negocio. “Es nuestro porvenir. Nosotros no tenemos de dónde echar mano... No tenemos otra manera de subsistir”, dijo Matilde.

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