Tienes que VIAJAR alguna vez en tu vida por estos motivos...

Muchas personas piensan que viajar es tan sólo una merecida recompensa a tantos meses de trabajo y ahorros.

Sin embargo, el simple hecho de escaparnos a ese pueblo a dos horas en coche debería formar parte de esa propia rutina. Más que una recompensa, es una necesidad, incluso terapia, apoyada por estos 7 motivos.

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1. Para oxigenar la rutina

Tanto si te dispones a viajar al otro lado del mundo como a esa ciudad no tan lejana, viajar de todas formas significa una pizca de aire fresco en esos días que siempre parecen iguales, a las tensiones laborales acumuladas, las diferencias emocionales con nuestra pareja o la sensación de estar haciendo todos los días lo mismo.

Nos sentiremos algo más libres y, aún mejor, expuestos a una experiencia que posee todo aquello que nos falta normalmente: lo impredecible.

2. Para conocer nuevas personas

Viajes solo o acompañado, escaparte siempre conlleva conocer nuevas personas que amplíen tu círculo social o te aporten nuevas visiones aunque nunca vuelvas a verlos.

Conocer otros puntos de vista, otras vidas, opiniones o, incluso, tener una historia de amor con fecha de caducidad, nos ayudan a cambiar algo más nuestro modo de ver el mundo y aumentar una agenda con contactos que posean unos gustos similares a los nuestros.

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3. Un tiempo a solas contigo misma

La gente, lo nuevo... sí, existen muchos motivos para viajar, pero uno de los más importantes es el simple hecho de hacerlo solos y conservar el tiempo suficiente para escucharnos mejor a nosotros mismos.

Escribe tus reflexiones en un cuaderno, practica meditación en esa playa solitaria, disfruta del placer de tomar un café en un jardín secreto y observa a tu alrededor, a tu pasado. . . y al futuro. Volverás totalmente renovada.

4. Para entrar en contacto con nuevas culturas

Uno de los grandes alicientes de viajar es el hecho de conocer nuevas gentes, costumbres y culturas, algo que no sólo nos permite abrir más la mente, sino que nos lleva a  aplicar esos nuevos conocimientos a nuestra rutina.

Desde cocinar platos nuevos hasta practicar disciplinas espirituales, valorar más nuestro confort, cultivar nuevas frutas en nuestro jardín o mirar la vida a través de un cristal de nuevos colores.

5. Viajar te hará EVOLUCIONAR

Un viaje puede cambiar tu vida por completo, especialmente si lo enfocamos a nivel laboral. Aprenderás nuevos idiomas, podrás escribir un libro, hacer contactos en ese nuevo destino, involucrarte en movimientos activistas y una larga lista de consecuencias que cambiarán tu vida, mejorarán tu trayectoria y, posiblemente, te acerquen algo más a la mujer que quisiste ser siempre.

¿Te gustaría trabajar viajando? ¡Es posible!

6. ¡Eres libre!

¿Acaso existe algo mejor que disponer de unos días sin obligaciones ni horarios? Viajar te permite ser dueña de tu vida por unos días, descansar cuando te apetezca, saltar de playa en playa, detenerte en un café a observar el ambiente, escribir una carta o perderte entre las ruinas de un antiguo palacio.

El mundo estás en tus manos y tu vida fluye libremente sin obligaciones.

7. Con un viaje valoras lo esencial

El hecho de encontrarnos en un lugar en el que podemos escucharnos y permitirnos la posibilidad de cambiar lo establecido también nos hará echar la vista hacia atrás y valorar lo realmente importante en la vida que dejamos en nuestra ciudad de origen. De este modo, la vuelta se hace menos costosa y valorar a tu familia, amigos, e incluso trabajo, se convierten en una absoluta bendición.

Ver también  6 sensaciones que experimentamos después de un viaje

Estos 7 motivos por los que tienes que viajar ahondan en los factores emocional y personal, dos de los aspectos que más afectados se ven por la tediosa rutina y esa constante ansia por encontrar el momento oportuno para perdernos por el mundo. No dejes que nadie te diga lo que debes hacer o no, procura estar contenta con tu trayectoria y si viajar es lo que te dicta tu intuición, ¡hazlo! Porque la vida da demasiadas vueltas y el tiempo pasa mientras tú te pierdes todas esas maravillas.

¿Te mueres por viajar pero no sabes cuando hacerlo?