El altruismo hacia sectores y comunidades vulnerables siempre es necesario. Animar a otros a participar en actividades de voluntariado, es sin duda loable... pero deformar la buena intención es demasiado fácil en la era digital.
Si publicas tus “buenas acciones” en redes sociales, este hilo te hará sentir más vergüenza que nunca


De manera reciente, se viralizó un tuit sobre " influencers sin fronteras". En la publicación se observan fotografías de personas que aparentemente hacen una "buena obra"... pero conforme avanzas entre las imágenes, verás como tu incomodidad va creciendo, algo anda mal tras tanta "bondad"...
Influencers sin fronteras 🙏
— IX (@9000x) July 8, 2019
[ Abro Álbum ] pic.twitter.com/5EjIWvsg6W
Así es, a este fenómeno se le conoce como "activismo blanco, "activismo para redes" o "complejo de Mesías blanco". Es un fenómeno en creciente, tendencia, preocupante porque la premisa no es ayudar, sino presumir que ayudas y que todos tus contactos (o seguidores) vean la "inigualable" persona que eres.
Los tres términos mencionados, surgieron en la Assistance Fund de Noruega. Su directora Beathe Øgård, explica el concepto de forma clara:
«Es una tendencia actual entre las personas con dinero o privilegios muy marcados: acuden a comunidades pobres, vulnerables y/o violentadas para realizar donaciones en especie, pero lejos de retratar altruismo en sus "memorias", muestran una verdad simplificada y estereotipada al tomarse fotografías muy producidas mientras dan su apoyo».
Øgård hace hincapié en los protagonistas olvidados de las imágenes que van a parar en redes: las personas afectadas a las que supuestamente los activistas van a ayudar:
«Tomarse fotos con personas en situación vulnerable para corroborar que los estás apoyando, le quita la dignidad a los afectados. Hay que fijarse en la mayoría de las imágenes de activismo blanco: los perjudicados lucen incómodos o confundidos, lejos de hacerles un bien, estás contribuyendo a su rezago social, a que tus seguidores vean a tus acompañantes como personas "exóticas"».
Es una violación a los derechos humanos que puede parecer "inofensiva", pero existe, y contribuye a perpetuar el estigma.
Ante la creciente práctica de "miren cómo ayudo", la organización Failed Missionary creó una guía para evitar que los voluntarios desarrollen el complejo de Mesías blanco. El objetivo es que lejos de presumir, ayuden de verdad.
Failed Missionary se enfoca en datos estadounidenses de activismo blanco, de hecho estima que hay más de un millón de americanos enlistándose a causas de voluntariado cada año.
El 85 % de estos voluntarios provienen de condiciones privilegiadas, curiosamente, las travesías de ayuda entre estos grupos aumentó en cuanto el auge de las redes sociales tomó "por sorpresa" a la comunidad global (alrededor de 2012 hasta la fecha).
A pesar de las estadísticas, el complejo de Mesías blanco sucede con frecuencia a nivel mundial, generalmente entre los jóvenes de 18 a 35 años de edad que crecieron en familias ricas y/o privilegiadas socialmente.
Además de la guía mencionada para evitar atentar contra la dignidad de las personas, la Failed Missionary creó la cuenta satírica Barbie Savior en Instagram.
Lo anterior tiene como meta ejemplificar visualmente todo lo que NO debes hacer al estar de voluntario... ¿notas la similitud entre las fotos de Barbie (y sus absurdos comentarios) con el hilo viral de Twitter?
La recomendación general de Beathe Øgård y su equipo para evitar que te conviertas en "salvador blanco", es que siempre cuestiones tus intenciones:
«Piensa: ¿a qué quiero ir a tal comunidad?, ¿mi ayuda cambiará radicalmente la situación de las personas allí? Si la respuesta te coloca a ti como protagonista haciendo una muy mínima diferencia (como darle chocolate a un niño enfermo en lugar de medicinas), es mejor que hagas una donación monetaria y no vayas».
En conclusión: ayuda siempre que puedas, pero como suele decir la Øgård en sus publicaciones: la ayuda acaba cuando te tomas una selfie.
Antes de pensar en hacer un voluntariado o visitar una comunidad vulnerable, empatiza con las personas que la componen. Recuerda: NO se trata de ti ni de "lo buena persona" que eres.
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