¿Quieres formarte un nuevo hábito? Según los científicos, no deberías pensarlo demasiado

Mientras más lo piensas, menos probabilidades hay de que logres forjarte ese conveniente hábito que tanto deseas. Mira por qué.

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¡No maltrates tu cerebro!

Imagen Thinkstock

Cuando pones demasiada mente en algo que deseas aprender y hacerlo costumbre, le ocasionas un cortocircuito a tu cerebro. Los hábitos son automatismos y estos no tienen una buena química con los pensamientos intensos, según ha comprobado una investigación de la Universidad del Sur de California.

Al parecer, es un problema de falta de entendimiento entre dos estructuras de programación que tenemos en nuestro cerebro. El sistema de memoria de procedimiento, que es el que necesitamos para hacer un hábito, no requiere mucha ayuda del consciente.

Por otro lado, la planificación y el comportamiento deliberado según un guión, son gobernados por el sistema de memoria declarativa, que necesita mucho consciente. Esta pelea consciente vs inconsciente nos hace fracasar.

¿Te gusta el sushi?

A muchos nos gusta, pero pocos lo preparamos en casa. Los investigadores hicieron un experimento sometiendo a dos grupos de personas a entrenamiento para elaborar el conocido plato japonés. La receta paso a paso fue montada en un video.

Al primer grupo solo se le pidió ver el video repetidamente, sin darle ninguna instrucción adicional. Al segundo grupo se le dieron unas instrucciones previas, alentándolo a recordarlas al ver el video.

El resultado fue que los candidatos a cocineros del primer grupo fueron declarados aptos para hacer sushi, mientras a los otros aspirantes a chefs se les dijo que no lo intentaran todavía.

Adicionalmente, los especialistas midieron los tiempos de respuesta con las dos situaciones. Se les dijo a los participantes que imaginaran que ya habían avanzado en la preparación de la receta y que identificaran cuál era el paso siguiente. Nuevamente, los que habían visto el video repetidamente y sin instrucciones tuvieron mejor y más rápida recordación.

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No piensas que estás bailando

Ya sabías que sí te concentraras demasiado en el ritmo y dirección que deben tener tus pasos mientras bailas, te la pasarías dándole pisotones a tu pareja o danzarías como un robot. Como es un comportamiento automático aprendido, es mejor que no pienses en ello. Este experimento es el primero en demostrar que se debe a un choque entre el cerebro deliberativo y el procedimental.

Por supuesto, la idea no es que arranques a formarte un hábito sin ni siquiera pensarlo. Es indispensable comenzar con un esfuerzo consciente. Pero una vez puesto, el chiste es encontrar el punto en hacer lo que te propones sin pensar mucho en ello.