Caminar por las iluminadas calles parisinas es un deleite para los sentidos, una ciudad que es guardiana de tesoros que van más allá de la imponente torre Eiffel. En esas mismas calles que te quitan el aliento con su presencia y belleza está enclavada una de las maravillas de la tierra francesa, con unos sofisticados escaparates exteriores que te convencerán y te atraerán a sus entrañas para dejarte cerrar los ojos y sentir el cielo…claro, después de formar una larga cola para entrar. Y es que este es un precio que gustosamente pagarás por entrar a degustar en esta boutique de ambrosías. Encontrarás los manjares más deliciosos que parecen provenir de un cuento directamente para alimentar sólo a los dioses. Siéntete satisfecho, los simples mortales como nosotros, podemos ingresar y degustar del arte de Pierre Hermé en un mordisco.
La pastelería de Pierre Hermé en París



Pierre Hermé, quien es considerado el Picasso de la pastelería, es un afamado chef francés dedicado a esta dulce labor. Ingenioso y meticuloso, presenta creaciones sobrenaturales a un público cada vez más ávido por sus nuevas colecciones que se renuevan constantemente dos veces al año.

Sus obras maestras, como aclara él, reflejan su personalidad. No sigue parámetros y sólo se deja guiar por su instinto. Ha trabajado con grandes como Gastón Lenôtre y en la renombrada pastelería Fauchon, pero fue en el año de 1998 cuando decidió regalarle al mundo su visión de la repostería empezando en Japón. En la actualidad sus delicias puedes encontrarlas en sus siete tiendas en Tokio, seis en París, uno en Londres y acceder a su tienda en línea.


En París puedes disfrutar en sus tiendas principales, de la 72 rue Bonaparte y la 185 rue de Vaugirardde, de sus afamados y aplaudidos especiales como el Isfahán, un pastelillo rosa con frambuesa y lichi; el Carrément Chocolat, el macaron, en todos los colores que puedas imaginar y combinando sabores como maracuyá, el azafrán y el aceite de oliva; tartas de chocolate y bombones, mermeladas y helados. Los macaroons, que son lo imperdible definitivamente, se encuentran extra grandes a € 3.60 cada uno, mientras que los pequeños cuestan € 72 a kilo.


Deja que navegue tu paladar entre sabores y fragancias que unidos desencadenarán sensaciones nunca antes sentidas y que cambiarán tu forma de apreciar la comida. Ya sea que estés en Japón, Londres o París. Pero sin duda el lugar que te entregará sabores fieles, reales y embriagantes y, como lo asegura el mismo Pierre Hermé, será París.







