Los seres humanos sentimos verdadera fascinación por el conocimiento. Saber qué hay más allá de las fronteras de nuestro planeta, e incluso nuestro Sistema Solar, y ser capaces de visitar mundos extraños son metas que ya hemos cumplido con los viajes a la Luna. Sin embargo, nuestros cuerpos son más débiles de lo que creemos, y el morir de un ataque al corazón es más fácil si hemos viajado por el espacio.
Estudio sugiere que si viajas a la Luna, podrías morir de un ataque al corazón al volver a la Tierra

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Un estudio muestra que los astronautas que pisaron la Luna mueren por problemas cardíacos

En un estudio de reciente publicación llevado a cabo por Michael Delp y su equipo de la Universidad del Estado de Florida, en Estados Unidos, se ha demostrado que los astronautas que han viajado a la Luna tienen más posibilidades de morir por ataques cardíacos y sufrir problemas de corazón que un norteamericano promedio.
En este sentido, da igual la exigente preparación física y mental que todo astronauta debe tener. No importa que solo una pequeño grupo de la élite sea capaz de pisar la Luna o cualquier otro planeta que no sea la Tierra, no sirve de nada contar con los mejores cuidados médicos del mundo. Si has salido de la protección de la magnetosfera terrestre, tu salud cardiovascular se puede agravar hasta niveles alarmantes.
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¿A qué se deben estos problemas?

Según los datos obtenidos, casi la mitad de los astronautas que han viajado a la Luna, un 43 % en total, han sufrido enfermedades cardiacas. ¿El motivo? La falta de protección de la magnetosfera terrestre permite que el ser humano se exponga a la nociva radiación ionizante, como el caso en los rayos cósmicos o la proveniente de los cinturones de Van Allen, que tienen capacidad para dañar el mismo ADN.
Mirando los datos de los últimos estudios epidemiológicos, se observa que todo ser humano que ha sido expuesto a radiaciones de este tipo aumenta en gran medida el riesgo de sufrir problemas del corazón.
Así pues, todo aquel astronauta que ha superado la magnetosfera terrestre que protege a nuestro planeta de este tipo de radiaciones ha aumentando entre 4 y 5 veces las posibilidades de sufrir problemas cardiovasculares. De ahí que todos cuantos viajaron a la Luna ahora sufran en mayor o menor medida este tipo de afección.
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¿Ahora qué?

Es evidente que si en un viaje a la Luna, de la que nos separan apenas 400 000 kilómetros, provoca estragos en el cuerpo humano, ¿qué sucedería si vamos a Marte, a más de 40 millones de kilómetros?
Según los datos, una exposición de 6 meses a las diversas radiaciones del espacio profundo supone el mismo efecto que si lo hiciéramos durante 20 años en la Tierra. Es decir que si queremos volver a pisar la Luna o aterrizar en Marte, las naves deben ser infinitamente más seguras que las Apolo que un día nos transportaron allí.
¿Estará la tecnología a la altura algún día?
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