El insólito caso de un inglés que solo recuerda 90 minutos vividos en 2005

¿Te imaginas que la chica de tus sueños al fin te dé una cita, te despidas porque tienes que ir al dentista y la olvides por completo menos de dos horas después? Un soldado británico solo tiene en su memoria los 90 minutos previos al momento en que se sentó en el sillón de su dentista, hace 10 años.

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Sobre la amnesia

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El diccionario de la RAE define la amnesia como la «pérdida o debilidad notable de la memoria». La investigación científica progresivamente ha ido arrojando luces sobre los trastornos de la memoria y hoy se cuenta con todo un abanico de amnesias.

La amnesia postraumática, como su nombre lo indica, es ocasionada por un traumatismo que hace olvidar lo ocurrido antes de la lesión. Es temporal con el tratamiento apropiado. La amnesia de la niñez impide recordar los hechos de la infancia y ha sido asociada a traumas psicológicos ocurridos a corta edad, que el adulto reprime hasta el punto de no recordarlos.

En el 2000, el director inglés  Christopher Nolan, hizo la película Amnesia, comercializada en algunos países con el nombre de Memento. En este thriller psicológico, que recibió dos nominaciones al Oscar, el protagonista, Leonard, encarnado por el actor australiano Guy Pearce, pierde la memoria después que su esposa es violada y asesinada.

Tras su trauma, Leonard queda incapacitado para almacenar los recuerdos, pero conserva la memoria sensorial. Así que decide hacerse una « memoria artificial» tomando fotos instantáneas a las personas y lugares que desea recordar. Pero este caso del soldado inglés es totalmente novedoso y los médicos no tienen ningún antecedente en que apoyarse.

Entre el quirófano del cirujano y la silla del dentista

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Los dentistas no son los profesionales de la salud que preferimos visitar y ellos lo comprenden, aunque cuando salimos del consultorio estamos de lo más felices por la blancura de nuestros dientes o por la desaparición de esa molestia dental que teníamos. El periodo de hora y media que recuerda el soldado inglés termina en el momento en que fue anestesiado localmente por su dentista.

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El primero en utilizar un producto anestésico no fue un dentista, sino un cirujano, aunque del hecho sacaría provecho precisamente un listo dentista. A mediados del siglo XIX, el médico estadounidense Crawford Williamson Long hizo una trascendental observación por la que todos le debemos estar enormemente agradecidos.

En ese tiempo, había un tipo de diversión en el que la gente inhalaba éter y Long se dio cuenta que estas personas parecían inmunes al dolor. Se le ocurrió la brillante idea de hacerle inhalar una buena dosis de vapores de éter a un paciente que iba a operar de un tumor en el cuello. Esa fue, en 1842, la primera intervención quirúrgica de la historia anestesiando al paciente.

Enterado de las novedosas propiedades del éter, en 1846, el dentista William Thomas Morton extrajo una muela aplicando el anestésico y el hecho fue muy publicitado. Fue retado a hacer una demostración que pudiera ser observada por la prensa y operó exitosamente un tumor a un paciente anestesiado con éter, atribuyéndose de paso el descubrimiento, aunque Long había seguido utilizándolo sin dar a conocer su hallazgo. El éter fue el anestésico de uso general hasta los años 1960.

A continuación te presentamos una animación sobre la función de la anestesia.

El asombroso caso del soldado William

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En 2005, el soldado inglés William, cuyo nombre completo se mantiene en reserva, viajó a Inglaterra para asistir al sepelio de su abuelo y regresó a su puesto militar en Alemania. Al día siguiente fue al dentista y su último recuerdo es el momento en que fue anestesiado y los 90 minutos anteriores.

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Un hecho único en la historia, revela la revista Neurocase, que ha llevado a los psicólogos a la inusual acción de dar a conocer los detalles del caso, precisamente para ver si encuentran ayuda para William. Al modo de la película Amnesia, William se ha hecho una memoria, en este caso electrónica, anotando todo en un diario, porque no retiene absolutamente nada de lo que hace. Cuando perdió su memoria tenía 28 años; ahora tiene 38.

Aunque lamentable, de ningún modo este insólito suceso puede llevarte a reducir tus visitas al dentista ni mucho menos a postergar una intervención quirúrgica. Desde mediados del siglo XIX se han realizado millones de operaciones y se han curado cientos de miles de caries sin que haya ocurrido algo como lo que le pasó a William. Además, ni siquiera se sabe si tuvo algo que ver con la anestesia local. Así que no hay nada por lo que preocuparse, salvo de que pronto pueda encontrarse una solución para la increíble amnesia de William.