Conoce la ciudad donde se cruzan todos los caminos de África

Designada en 1988 como Patrimonio de la Unesco, la ciudad de Tombuctú yace en el corazón del país africano de Mali y junto a un río Niger que aún sigue ofreciendo exóticas excursiones en barca.

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Más próxima al Magreb que al resto del continente africano al que representa, Tombuctú, la ciudad en la que se cruzan todos los caminos de África mantiene su belleza y encanto a pesar de la difícil situación política que el país de Mali sufre desde el golpe de estado de 2012. 

Cuando el desierto se convirtió en ciudad

En Tombuctú, la arena parece penetrar más que en ninguna otra ciudad del mundo, quizás por su ubicación, por las manos de los nómadas tuareg del Sáhara que elevaron los muros de la localidad hace casi mil años, empleando materiales como la paja, la caliza y la madera, confiriendo a la misma un aspecto de ciudad perfectamente camuflada en el desierto.

Su posición estratégica entre las poblaciones del Magreb y el resto de África Occidental la convirtieron en ciudad insignia de la ruta comercial conocida como transahariana a partir del siglo XIV, la cual permitía filtrar numerosos libros procedentes de diversas culturas, especialmente de la musulmana.

Fue este el motivo por el que los muchos escritos depositados en sus mezquitas comenzaron a ser analizados y estudiados por los jóvenes locales hasta convertir la Mezquita de Sankoré en la, según los expertos, primera universidad del mundo. Más de 25 mil estudiantes y 180 escuelas del Corán se distribuyeron por la Universidad de Sankoré a lo largo de los siglo XV y XVI, motivo por el que la prolífica aceptación de la misma llevó a la construcción de diversas madrazas, entre ellas Djingareiber, la más impresionante de todas además de la única a la que pueden entrar los visitantes no-musulmanes, y Sidi Yéhia, la cual cierra el trío monumental de la ciudad junto a otros dieciséis mausoleos. 

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Actualmente, Tombuctú es una de las ciudades más afectadas de África Occidental por muchos motivos, entre ellos, las fuertes tormentas de arena que erosionan la ciudad, la esporádica crecida del cauce del río Níger y, especialmente, los ataques de terroristas islámicos radicales acontecidos durante 2012 y que consumieron gran parte de los patrimonios de la ciudad, si bien el conjunto compuesto por las tres mezquitas mencionadas aún se sostiene.

Torres color desierto que se mantienen como reflejo de una época dorada en la que Tombuctú era el epicentro de África, el lugar por el que corría la sal del norte y el oro del sur, por la que los camellos caminaban errantes y la cultura se convertía en la inspiración de los muchos viajeros europeos que irrumpieron poco a poco en la ciudad a lo largo del siglo XIX.

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Tombuctú, una de las ciudades más históricas de Mali, ha mantenido su condición de epicentro cultural a pesar de los diversos sucesos de carácter ideológico y natural que llevan azotando sus murallas y mezquitas durante los últimos años. Confiemos en que la ciudad pueda recuperar el encanto (y seguridad) de antaño hasta volver a erigirse como uno de los lugares más esplendorosos del continente africano

¿Te gustaría viajar a Tombuctú?