Si bien no es común tener a unas de las figuras políticas más poderosas de un país juntas, es menos probable que esas dos figuras resulten ser justamente dos mujeres. Para este acontecimiento, para esta justa de las mujeres con la historia política de los Estados Unidos, Hillary Clinton y Michelle Obama aparecieron sobre el escenario de Winston-Salem, en Carolina del Norte, vestidas, por supuesto, de pantalones.
Los pantalones de Hillary Clinton y Michelle Obama que podrían cambiar la historia
En el escenario de Winston-Salem, en Carolina del Norte se juntaron por primera vez en esta campaña electoral la candidata presidencial demócrata y la primera dama. Su elección de estilo no solo habló del poder que ambas quieren dar a las mujeres, sino que dejó claro que entre ellas no hay rivalidades.
Con pantalones negros y tops de colores neutros lucieron Hillary Clinton y Michelle Obama en su primer encuentro juntas en esta campaña electoral.
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Michelle Obama dejó guardados sus femeninos vestidos y caminó hacia el terreno estilístico que tanto ha identificado a Hillary Clinton durante esta contienda. Mantuvo sin embargo su estilo, con sus estampados y sus telas ligeras y móviles. Hillary Clinton, por su parte, no se despegó de su tradicional y clásico sastre que por supuesto, fue de pantalón.
Porque si durante centurias las faldas fueron sinónimo de todo lo que no podían hacer las mujeres (no podían correr, montar a caballo, no podian trabajar) y los pantalones, por el contrario restringidos al uso de los hombres, fueron hasta casi los años 50 el emblema del poder y la hegemonía masculina, esta tarde, con la elección de Clinton y Obama de llevar juntas pantalones parecen dejar claro que ni siquiera la presidencia de los Estados Unidos está lejos de su alcance.
En tonos neutros como el café, el negro y el blanco estuvieron vestidas Hillary Clinton y Michelle Obama en su alocución en Carolina del Norte.
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Los trajes que llevaron cada una para la ocasión, una vez más fueron pensados con esmero. Si en el pasado, la secretaria de Estado y la primera dama no se mostraron muy cercanas y compartieron escenario escasamente una vez al año cuando se reunían en el evento que conmemora a las mujeres valientes del país, este encuentro en el estado de Carolina del Norte y la ropa que llevaron puesta fueron la evidencia de que cualquier diferencia tejida durante la campaña presidencial de 2012, ha quedado saldada.
No solo Michelle Obama se lo dejó claro al electorado al decirle “sí somos amigas”, su ropa negra y blanca también lo sentenció. Ambas invocaron tonos neutros, respetuosos como el café, el negro, el blanco, tonos clásicos que lograron ese dificilísimo arte en el cual ninguna brilla más que la otra, ninguna resalta más ante las cámaras, sino que ambas comparten protagonismo.
Los rojo y azules encendidos de Hillary Clinton, los vestidos despampanantes de Michelle Obama que tan bien saben atraer a la prensa, no tuvieron lugar en este contexto porque en este encuentro era necesario que la ropa jugara sólo como telón de fondo de las ideas de dos mujeres que al unirse pueden cambiar la historia.
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