Tener veinte años no es fácil. Algunas personas nos consideran lo suficientemente grandes como para tomar ciertas decisiones y hacernos cargo de nuestra vida, pero otras personas piensas que somos demasiado inmaduros como para hacer las cosas de manera acertada, ¡y nos llenan de consejos!
Las veinteañeras están hartas de escuchar estos 5 consejos amorosos

Es probable que a ti también te pase, estás harta de escuchar estos consejos amorosos:
1. «Si no fueras tan... tendrías novio»
Para las personas mayores una mujer tenía que ser un dechado de virtudes para tener un novio, y muchas mujeres se pasaban la vida arreglándose, física y a nivel de personalidad, para hacerse más atractivas ante los hombres.
Lo que las nuevas generaciones nos hemos dado cuenta es que no tenemos que cambiar para atraer a otra persona, sino que se trata de encontrar a alguien que nos ame tal y como somos.

2. «Deja de buscar y va a aparecer»
Simplemente es un consejo que no nos ayuda, pues aunque no nos pasamos la vida buscando un hombre, a veces sentimos el deseo de tener un novio y si no lo buscamos, ¿cómo vamos a encontrarlo?
3. «Quizás deberías cambiar tu aspecto»
Parecido a lo anterior. Cuando una mujer joven no tiene novio algunas personas mayores piensan que se debe a cómo lucen, y que si lucieran mejor atraerían a los hombres. Lo cual nos lleva a otra de las cosas que hemos descubierto: que es mejor ser amadas y apreciadas por nuestro interior que por nuestro exterior.

4. «Espera tres días antes de escribirle o llamarlo»
Esto es algo que espero que las mujeres de las presentes y futuras generaciones ayuden a cambiar: la idea de que solo el hombre puede demostrar interés, y la mujer debe sentarse a esperar que el otro haga la primera jugada.
5. «Deberías volver a salir»
Después de una ruptura o de estar solas mucho tiempo, las personas mayores suelen preocuparse y tratan de animarnos a salir para conocer a alguien. Lo que no entienden es que a veces necesitamos un tiempo a solas para recomponernos, o simplemente disfrutar de la vida libre, feliz y despreocupada de solteras.
En casos como estos no está de más ese dicho que dice: «A palabras necias, oídos sordos».








