Cuando tenemos pareja, nuestra vida cambia, incluida aquella de noches locas, cafés inesperados y viajes en grupo con tus amigas. Algunas personas se dejan absorber totalmente por esa nueva persona, mientras otras consiguen equilibrar dos aspectos sociales y personales vitales en la vida.
¿Cómo equilibrar tu vida entre amigos y pareja?

Sin embargo, objetivamente; ¿es bueno estar siempre con tu pareja? ¿Quizás mejor entregarnos a la independencia de las amistades? ¿Cómo se deben equilibrar los amigos y la pareja?
Amores diferentes
Durante gran parte de nuestra vida hemos formado parte de un grupo inseparable. Hemos ido de acampada juntos, viajado a muchos lugares, festejado entre clubs, confesado los más íntimos secretos y contado con cada amiga como una parte esencial de nosotros mismos.
Poco a poco, una de nuestras amigas comienza a salir con un chico, luego otra y, finalmente, nos toca a nosotros. Todo parece nuevo, hay deseo y pasión, ganas de estar las 24 horas con esa persona. Las llamadas de nuestras amigas (algunas solteras, otras estabilizadas también con pareja) no nos importan tanto, hacemos caso omiso y, además, las pocas veces que quedamos con ellas no tenemos otro tema de conversación que nuestra pareja.
Podría interesarte: ¿Cuánto influyen los amigos en la pareja?
Sí que es cierto que todo inicio de relación bien merece largas jornadas de intimidad y pasatiempos novedosos, algo que nuestras amigas comprenderán si nos quieren y han pasado por la misma situación. Sin embargo, a medida que la relación va tomando forma vemos que nos hemos acostumbrado a una situación que nos parece perfecta. Estamos muy cómodos en pareja, no nos apetecen las fiestas locas ni estar tomando café continuamente.
La costumbre puede jugarnos una mala pasada en estas situaciones, pues nos habremos habituado a esa rutina y a pasar por el filtro de nuestra pareja todas las decisiones personales que tomemos, desde una noche de viernes exclusiva para las amistades o un viaje planeado desde hace tiempo. Y si bien es cierto que hay novios demasiado posesivos, o relaciones que se desarrollan en un lugar diferente en el que el contacto con las amistades es complicado, vamos a suponer que los factores nos benefician para poder disfrutar tanto de nuestra pareja como de las amistades.

Cuidar de las amistades
Las amistades, al igual que la pareja, son como dos plantas que debemos regar, cuidar y mimar con el paso del tiempo, algo ante lo que tendremos una verdadera perspectiva cuando la relación haya avanzado. Reservar una noche a la semana para estar exclusivamente con tus amigas es algo que forma parte de tu propia individualidad y derecho. Ellas lo agradecerán y tú te despegaras un poco más de una simbiosis cuyo amor entiende de espacio y cierta independencia.
Combinar noches de amistades y pareja, en las que todos tengan cabida también es una buena idea para permitir la interacción de ambas partes y poder aprovechar más veces para traerle contigo.
Por otra parte, cuidar de nuestra relación y hacerle ver qué opina es un obligado, muchas parejas caen en esa otra rutina de tener que hacerlo todo con amigos, privándose de un momento de intimidad que no llega. Es bueno evitar las rutinas, ser espontáneo, y regalar la misma atención a dos partes que, si bien son importantes, también son diferentes.
Si no puedes quedar envía un mensaje para preguntar por ese examen o nuevo trabajo, interésate por tus amistades, organiza una cena en casa inesperada, permítete una jornada de shopping si las fiestas ya no son para ti y mima a tus amigas. Respecto a tu pareja comenta con él tus planes, cuenta con él en todas las circunstancias pero no permitas una actitud imperativa o excesivamente exigente. Equilibra, disfruta, vive, no sea que cuando la relación vaya mal te des cuenta de que algo no fue gestionado como debía.
Podría interesarte: 5 consecuencias de dejarlo todo por amor
Equilibrar la pareja y los amigos es algo que, lejos de ser difícil, sigue convirtiéndose en un problema para muchas personas, una fuente de malentendidos, frustraciones y, en ocasiones, rechazo. Sin embargo, nada mejor que los pequeños detalles, algo inesperado, rutinas fuera y, ante todo, la total aceptación de que ambas son ligas diferentes pero igualmente combinables.
¿Has tenido problemas por dedicarte demasiado a tu pareja? ¿O viceversa?









