Lifestyle

5 reglas que quedaron en el pasado

Dicen que hay ciertos días en el mes en los que estamos raras, sensibles, cansadas y hasta capaz un poco histéricas (solo un poco).

PUBLICIDAD

Y sí. Es que cuando nos viene una revolución hormonal se lleva a cabo en nuestro cuerpo, nos hace sentir molestas y genera cambios repentinos en nuestra forma de ser y nuestras necesidades. 

Nada podemos hacer contra eso. Así que hombres ¡acostúmbrense!

Pero lo que sí podemos hacer es reírnos de todas estas costumbres y rituales ridículos que acompañan esa revolución y a las que todas nos hemos sometido alguna vez para estar seguras de nada se salga de su lugar. 

Descubrí cuáles son esas viejas reglas ¡y dejalas atrás!

Imagen Thinkstock

#5 Ir al baño cada media hora

Cortemos con esa necesidad imperiosa de estar revisando todo el tiempo si tenemos que cambiarnos o si algo se escapó: no es necesario. La gente va a empezar a elucubrar teorías de por qué de repente necesitas ir tan seguido al baño. ¡Dejalo atrás!

Imagen Thinkstock

#4 Hiperajustarse

Sentir todo apretado hacía sentir a muchas más seguras de sí mismas. Pero, ¿era realmente necesario? Ponerse calzas y esos vestidos súper apretados que después no nos dejan ni agacharnos no va más. ¡Podés sentirte linda y cómoda a la vez!

Imagen Thinkstock

#3 Chequeo full time

Cualquier lugar que emitiera algún tipo de reflejo era la  excusa perfecta para que giremos disimuladamente y revisemos si todo estaba bien. Ahora podés caminar con confianza sin estar mirando para atrás. 

Imagen Thinkstock

#2 Puro negro

¿A quién se le podía ocurrir ponerse un pantalón blanco en esos días? Seguro que tu prenda más usada siempre fue negra o bien oscura. Solo así podíamos sentirnos seguras, ¿no? Olvidate de esta regla y dale la bienvenida a los colores claros.

Imagen Thinkstock

#1 No me quiero sentar

Así de inocente como parece, un sillón blanco era el gran enemigo. Cuando nos enfrentábamos a él, mágicamente a todas nos encantaba quedarnos paradas. ¡Rídículo!

PUBLICIDAD

Sentate en donde sea y cuando quieras. Ya no hay que sufrir por este tipo de detalles.

No atentes más contra la moda en esos días ni te obligues a mantener rituales sin sentido. Relajate, ganá confianza ¡y reite de las viejas reglas!

Podés leer también: Ropa y humor: ¿Qué tienen en común?