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¿Por qué tus hijos odian los exámenes?

¿Por qué tus hijos odian los exámenes? Bueno, a algunos les parecerá una respuesta lógica, porque recuerdan el momento en que estudiaban, los nervios, las noches sin dormir, el estrés que significaba esperar al profesor y ver las preguntas.

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Sin embargo, hoy en día no sólo los estudiantes se están cuestionando la importancia de los exámenes, sino que cada vez más padres y educadores se preguntan hasta qué punto estos miden los conocimientos de los estudiantes.

Boicot a los exámenes

Cada vez más se está oyendo el argumento de que los exámenes causan efectos negativos en las clases y en los currículums. Este es un movimiento que surgió hace unos años y que cada vez gana más adeptos.

La teoría es que estos exámenes drenan la energía y atención por el verdadero aprendizaje y hacen el foco de atención en que los estudian regurgiten la información en cada examen, para luego olvidarla. Debemos cambiar la forma de educar de enseñar para los exámenes a enseñar verdaderos conocimientos académicos. De esta forma, los test son una mala forma de medir las habilidades cognitivas de nuestros hijos.

El entorno del estudiante influye

En muchos países se llevan a cabo pruebas de acceso a la universidad, en la que todos los estudiantes de todo el país pueden probarse para acceder a la enseñanza terciaria. Hay que tener en cuenta, que según de qué colegio vengan, todos tendrán conocimientos y formas de enseñanza muy diversa, por lo que estos exámenes no son tal vez el método más fiable.

Por ejemplo, aquellos colegios con más recursos y profesores mejor preparados, aquellos hogares de familias sin problemas emocionales y financieros, y con un mejor nivel de vida tienen mejores posibilidades de obtener buenos resultados que aquellos que vienen de colegios pobres, familias pobres y con problemas diversos -padres divorciados, madre soltera, drogas, alcoholismo, violencia familiar-. Otro factor importante es la cantidad de alumnos que tiene cada profesor: mientras mayor sea el número, más difícil es enseñar.

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Todo esto hace que, en un punto u otro, algunos estudiantes estén en desventaja frente a otros, y no se les puedan tener las consideraciones necesarias para dejarlos crecer.

¿Por qué tus hijos odian los exámenes? Probablemente, porque son una forma de medir que realmente no obtiene buenos resultados, que cuenta con muchas deficiencias a la hora de tener en cuenta las particularidades de cada estudiante. Sin duda alguna, debemos enfocar la educación de nuestros hijos hacia un punto diferente de medida de sus capacidades. ¿Tú qué piensas?