¿Por qué los bebés huelen tan bien?

Quizás pienses que es el talco, las cremas para la piel delicada del bebé o el aroma del jabón de su ropa recién lavada, pero no; un estudio científico investigó por qué los bebés huelen tan bien que a una les gustaría comérselos a besos y olerlos todo el día. Sí, como acabas de leer. ¿Quieres saber de qué se trata? No te vayas que te cuento. 

El aroma de los bebés activa el cerebro 

¿A quién no le ha sucedido que cuando tiene a un hijo, un hermano, sobrino, primo, hijo de una amiga en brazos siente que es lo más bonito del mundo y que nada puede oler mejor que ese pequeño? ¡Qué levante la mano! Parece que esto fue lo que motivó a expertos canadienses de la Universidad de Montreal a realizar este estudio en el que se descubrió que el aroma de un bebé hace que se dé un surgimiento de una hormona llamada dopamina, que es similar al surgimiento que se da en nuestro cuerpo cuando tenemos hambre y obtenemos u olemos el alimento; por ejemplo, cuando tienes ganas de comer una hamburguesa y pasas por un restaurante y sientes el aroma, ¿cuál es la sensación? No hay nada mejor, ¿verdad? Parece que el aroma de un bebé es igual, es lo más reconfortante. 

Estos investigadores tomaron el aroma de bebé de prendas de pequeños con dos días de edad y se les pidió a dos grupos de mujeres que los olieran, un grupo fue de madres y el otro, de mujeres que nunca tuvieron hijos. ¿Cuáles fueron los resultados? El aroma provocó una activación de los circuitos cerebrales asociados con el sentimiento de recompensa y satisfacción. Como el de cuando te tomas una taza de té o café caliente cuando tienes mucho frío, ¿me explico? Ahora, ¿por qué se analizó el aroma desde dos grupos de estudio? ¿Las madres huelen diferente a los pequeños?

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Conexión madre e hijo 

El lazo que existe entre una madre y un hijo es incuestionable, pero parece que también tiene que ver con esto del aroma de los bebés. En el estudio del que te hablaba, las mujeres que acababan de dar a luz tuvieron una mayor activación del cerebro cuando se las comparó con aquellas mujeres que nunca dieron a luz. ¡Increíble! El circuito cerebral que se despierta cuando olemos a un bebé es el mismo que actúa cuando de adicciones se trata, por ejemplo, cuando el adicto al tabaco fuma, este circuito de recompensa y satisfacción se activa. 

Haciendo esta diferenciación entre mujeres que fueron madres y mujeres que no, los investigadores llegaron a la conclusión de que este circuito cerebral que se activa está realizado para la supervivencia, porque mediante su activación es que nos alimentamos, nos reproducimos, y creamos una conexión con los bebés. Si será sabia la naturaleza que incluso no siendo madres biológicas una parte de nuestro cerebro se activa cuando percibimos el aroma de un bebé por la necesidad de supervivencia; un bebé no puede sobrevivir solo y la naturaleza se encarga de que eso no suceda. ¡Sorprendente! 

Ahora que ya sabes por qué los bebés huelen tan rico y hemos llegado a la conclusión que es un tema de supervivencia, ¿qué me dices? Me encantaría saber tu opinión.

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